València se posiciona contra aquellos que amenazan los derechos y las libertades de pensar, sentir o creer de determinados colectivos. Así, si hace algo más de un año, el Alcalde de València, Joan Ribó, y el Presidente de la Generalitat en funciones, Ximo Puig, firmaban un convenio de colaboración interinstitucional para la formación de la Policía Local de València para prevenir y combatir los delitos de odio, la semana pasada, en la primera Jornada contra los Delitos de Odio, Ribó anunciaba la apertura, para la próxima legislatura, de una Oficina de Delitos de Odio para prevenir este tipo de conductas, pero también para proteger a las víctimas.
Sin embargo, no se trata de la primera vez que desde el Govern de la Nau se pone freno a conductas que van en contra de la libertad de expresión. Sin ir más lejos, fue el mismo Alcalde de València quien garantizó tanto la actuación del humorista Dani Mateo con su espectáculo ‘Nunca os olvidaremos’, como el de Mongolia en La Rambleta, después de que se produjera un llamamiento de la extrema derecha para boicotear dichas representaciones.
Y es que como ha defendido en ambas ocasiones, “los grupos de extrema derecha no pueden condicionar los actos de una ciudad libre. La libertad de expresión es un derecho fundamental de la Constitución española, y València no va a tolerar un chantaje de este tipo”, a lo que añadía que “la agenda cultural de nuestra ciudad la programan los agentes culturales y nadie más”.
Una situación que también se ha repetido cuando el autobús de HazteOír intentó circular por las calles de la ciudad lanzando un mensaje directo en contra del movimiento feminista, mediante la utilización de la imagen de Hitler modificada, junto con la frase “no es violencia de género, sino violencia doméstica”. Finalmente, este autobús no cumplía con la normativa para poder circular por las calles de València. Aun así, la Policía Local de València sí que anunció que denunciaría por delito de odio al autobús de HazteOír.
Los delitos de odio han ido aumentando, en apenas dos años, de manera considerable. Y es que las redes sociales también han jugado un papel muy importante en la propagación de estos discursos. Por este motivo, es esencial que desde las instituciones públicas se impulsen medidas para frenar mensajes que atentan contra las libertades de las personas. Desde el Govern de la Nau siempre lo han tenido claro, y esta política continuará desarrollándose con acciones como la Oficina de Delitos de Odio que contará con un asesoramiento integral para la víctima.