El diputado del área de Cultura, Xavier Rius, ha hecho acto de presencia esta mañana en la mesa de presentación de las Primeras Jornadas de Ideas y Proyectos Culturales, organizadas por el vicerrectorado de Cultura y Deportes de la Universitat de València y la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte. La mesa estaba formada por el anfitrión, Antonio Ariño, vicerrector de Cultura; Carmen Amoraga, subsecretaria de Cultura; y Abel Guarinos, director del Institut Valencià de Cultura. Las jornadas se han diseñado pensando en todas aquellas personas que tienen un papel activo dentro de la gestión cultural.
El área de Cultura de la Diputació ha querido sumarse a una iniciativa que pretende congregar a las personas que representan el ámbito cultural valenciano, en unas jornadas orientadas a compartir experiencias y a definir cuáles son los criterios de actuación que mueven a los y las representantes de la gestión cultural a promover este tipo de proyectos, caracterizados por una gran implicación social. Entre los objetivos de las jornadas, el de analizar, desde las perspectivas culturales, qué estrategias a largo plazo pueden fructificar y cómo activarlas.
Para el diputado de Cultura, Xavier Rius, “la Diputació de València ha entendido a la perfección que en el ámbito cultural no se puede actuar en una sola dirección, por eso hemos establecido relaciones y compromisos de colaboración con el resto de entidades de la administración pública, que ayudan a consolidar un territorio culturalmente plural y atento a la diversidad”. La subdirectora de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga, ha querido establecer una vía de proximidad con las personas, que a su parecer “deberían ser no solo las principales beneficiarias, sino los principales vehículos de proyección activa de la cultura”.
Una cultura diversa
Poco después de la presentación, el vicerrector de Cultura, Antonio Ariño, ha ofrecido una interesante conferencia con el título ‘Ciudadanía cultural’, donde ha desglosado la evolución, la influencia y los fracasos de los tradicionales modelos culturales anglosajón y francés.Para Antonio Ariño, los momentos actuales son de gran interés, ya que se ha demostrado que el modelo de multiculturalidad de influencia sajona no ha servido como herramienta de integración social, sino más bien para aislar y evitar la contaminación entre culturas. Por eso, según Ariño, un acercamiento mucho más real y enriquecedor a la situación actual de la cultura implicaría entender y promocionar el concepto de interculturalidad, una valor que resulta mucho más transversal y que nos permitirá construir una “democracia cultural no invasiva”. Haría falta, según las propuestas de Ariño, buscar alternativas a la sacralización o una idealización excesiva de la cultura, ganándose respeto y atención a las minorías y a los individuos, que podrían así ver reconocida la cultura propia sin apriorismos ni condicionantes de carácter económico.