Las desigualdades sociales, la cara B de la Covid-19

Des d’ASACOVID-19 estimen que, en 2021, 8 de cada 10 persones podrien necessitar ajuda psicològica

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Gente paseando por el barrio del Carmen de València
Gente paseando por el barrio del Carmen de València

La pérdida de trabajo, los ERTE, la necesidad de acceder a ayudas sociales para poder seguir adelante, pero también el miedo a la pérdida de un familiar o a contagiarnos conforman la cara B del coronavirus. Desde la Asociación de Afectados por la Covid-19 (ASACOVID-19) tienen claro que, en 2021, serán más visibles las desigualdades sociales que ha traído este virus: "es la gran lacra que va a dejar".

Pero, además, desde que se pusieron en marcha, de manera completamente altruista, también han detectado un aumento del número de personas que necesitan ayuda psicológica para tratar el insomnio o la depresión. "Es una secuela de la Covid y, en 2021, 8 de cada 10 personas podrían necesitar ayuda psicológica". Hoy, València Extra, habla con ASACOVID-19.

¿Cómo nace ASACOVID-19?

La asociación nace en València, aunque actuamos en toda España, a las dos semanas de aplicarse el estado de alarma para dar respuestas a preguntas de los usuarios. Preguntas súper comunes que teníamos todo el mundo y que por desgracia no se estaban contestando. Por ejemplo, gente que tenía billetes de avión y no sabia qué hacer, gente que tenía familiares suyos dentro de residencias y quería tramitar algún tipo de comunicación con ellos y no podían, o casos de defunciones, ERTE… Al principio, eran, sobre todo, situaciones muy concretas.

Sin embargo, por mayo – junio, la gente empezó a hablar de síntomas postcovid, y es cuando empezamos a organizar un departamento médico, encabezado por psicólogos. Porque esta pandemia, si nos va a dejar algo a corto y medio plazo, son problemas psicológicos como insomnio, depresión… Es necesario empezar a preparar a la gente para lo que viene porque ya no es solo la enfermedad o las secuelas físicas que puede dejar, sino también las psicológicas derivadas, en la mayoría de los casos, por la pérdida de un familiar, del trabajo, etc.

Hemos hablado de problemas, sobre todo psicológicos, ¿de qué manera los abordáis desde la asociación?

Es cierto que, durante la pandemia, se crearon muchas redes de contacto, como YACovid.com, a través de las que la gente podía ofrecer o solicitar ayuda. A nosotros, por ejemplo, nos ha funcionado muy bien la iniciativa ‘Ánimo para llevar’, que es una sección semanal que publicamos para que la gente se sienta entendida y escuchada. Con la Covid, hemos notado que la gente quería hablar.

Todo lo que hacemos, lo hacemos de manera completamente gratuita. Entonces, hemos creado una red de médicos, abogados, psicólogos, gente de comunicación… que, en la medida de lo posible, damos una respuesta y una solución a las personas, estamos haciendo de mediadores. A día de hoy, somos 7.000 asociados y contamos con 20 grupos de trabajo. Estamos sorprendidos de cómo la gente se está volcando. Pero, sobre todo, queremos ofrecer herramientas para que la gente sea capaz de afrontar las consecuencias que acarreará la Covid porque calculamos que, en 2021, 8 de cada 10 personas irá al psicólogo.

¿Cuál es la edad media de las personas que acuden a ASACOVID-19?

Al ser una plataforma que la gente encuentra por Internet, nuestra media está desde los 20 años hasta los 55, que no es una población para nada envejecida. Rompe un poco la media que nos están enseñando.

¿Se está invisibilizando todos estos problemas psicológicos que ha traído la Covid?

Más que invisibilizando, creo que la gente no es consciente que es un derivado de la Covid, pero, al final, esto es como cualquier duelo. Tú lo interiorizas de manera personal, pero cuando lo hablas y ves que el de al lado tiene las mismas preocupaciones, empieza a asociarlo a esta enfermedad. La gente, por desconocimiento, o por no saber si era un síntoma, no lo está verbalizando.

¿Qué es lo que más ha afectado a la gente? Miedo al virus, no poder salir de casa...

Lo que nos comentan a menudo, y es muy repetido, es el problema del miedo a salir otra vez. También, la soledad es muy mala y hay mucha gente que ha tenido un punto de inflexión, y luego todo lo derivado de problemas sociales. No hay que olvidar que esta pandemia, al fin y al cabo, es un desequilibrio social. La gente ha perdido trabajos, gente que ingresaba en su vivienda dos sueldos ahora es uno o ninguno. Nos ha llegado casos de gente que no ha podido matricular a sus hijos en la universidad… Realmente, el problema que ahora mismo a todo el mundo nos asusta es la pérdida, el ponerme enfermo y morirme, que se muera un familiar… En ese sentido somos más conscientes, o al menos deberíamos, pero además este virus va a dejar una gran lacra, que va a ser las desigualdades sociales.

Entonces, todo apunta a que en 2021 todas estas desigualdades que comentas serán más visibles...

Exacto. Ahora la preocupación es si me podré juntar en Navidad, pero hay que mirar un poco más allá porque, en 2021, vamos a alucinar con los datos que saldrán de gente que ha perdido su trabajo, familias que han tenido que pedir el subsidio, gente que necesita ayuda psicológica… Va a ser la cara B del virus. Y si no nos concienciamos de la importancia de cumplir con las medidas, llegará la tercera ola.

¿Qué mensaje lanzarías a la sociedad?

Que hay que preocuparse por estar sano, pero no solo físicamente sino también mentalmente porque esto tiene sus consecuencias: el encierro, volver a la ‘normalidad’ pero con mascarillas, el distanciamiento físico… Todo esto puede generar problemas a nivel anímico. Por eso, es importante pedir ayuda cuando la necesitemos. Si estamos detectando problemas, mejor empezar a tratarlos cuanto antes.
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