El 2017 tendría que ser un mejor año para el Valencia CF que el 2016. En este año que ya pasó se vivieron momentos difíciles de superar y un adiós que quedará guardado en los recuerdos valencianistas.
Sin embargo, los temblores empiezan rápido. Se acerca el mercado de invierno y con la misión salida que explotó con el viaje a Singapur de Prandelli, Suso y la presidenta, además de esa dura conferencia de prensa del italiano, se pueden esperar muchas cosas. Parejo es un ejemplo, el hombre más buscado.
En lo deportivo, el equipo tiene varias tareas que afrontar. Gracias a que avanzó a los octavos de final de la Copa del Rey al vencer al Leganés, su próximo rival será el Celta este mismo martes. Cinco días después enfrentará al Osasuna de visita —que también es asiduo a la zona roja— y el jueves 12 de enero la vuelta contra el conjunto de Berizzo.
Pero el terremoto que ha dejado la salida de Prandelli supone muchas dudas del proyecto del Valencia CF para este nuevo año. ¿Qué se puede esperar de un equipo al que su entrenador abandona sin contemplaciones? ¿Es posible un cambio de 180 grados a mitad de competición?
La agenda es apretada y los asuntos por definir complejos. Por eso, el equipo del Túria debe organizarse, levantar la cabeza y dejar de mirar al suelo. De este modo, podrá ascender puestos rápidamente en la clasificación al encontrarse desde la jornada 20 con rivales que lo hicieron sufrir en Mestalla, como Las Palmas o el Betis, en una oportunidad de revancha que es también una prioridad.
El futuro está aquí, en una posibilidad de avanzar en la Copa y conseguir un título que se convertiría en una señal clara de una mejora futbolística. Del cuerpo técnico y de los jugadores depende que el 2017 sea el año del resurgimiento del Valencia Club de Fútbol… o todo lo contrario.