En la Comunidad Valenciana, las diversas modalidades del juego de la pilota se han mantenido a lo largo de los años. Así, el Raspall y la Escala i Corda son las modalidades que cuentan con un gran número de jugadores profesionales, y que coexisten con el Frontón valenciano, la Galotxa y les Llargues, que también presumen de numerosa afición. Sin embargo, la pilota valenciana también se nutre de otras modalidades que aún continúan vivas como el Juego Internacional, les Galotxetes o el Frontón con frares.
Jugada desde tiempos inmemoriales, la pilota valenciana se ha mantenido viva a lo largo de los siglos. Pero, ¿cuáles fueron sus orígenes? De la mano del sociólogo de la Universidad de Valencia, Víctor Agulló, pero también de la experiencia contada a través del expilotari Rovellet, emprendemos un viaje para descubrir el pasado, el presente y el futuro de uno de los deportes más antiguos, pero también más practicados alrededor del mundo: la pilota.
“A diferencia de los deportes modernos, que provienen de finales del siglo XIX, la pilota tiene más de siete siglos de historia”. Pueblos tan diversos como los egipcios o los japoneses ya la practicaban, y aunque existen referencias de una fuerte presencia en la antigua Grecia y en Roma, donde, además de ser recomendada como un ejercicio más que saludable para todas las edades y condiciones, se llegaron a fundar asociaciones y federaciones de competición, lo cierto es que no sería hasta la llegada de Jaume I El Conquistador a tierras valencianas cuando aparecerán las primeras referencias a la pilota valenciana.
“La primera evidencia de que, en el reino de Valencia, se juega a la pilota, la encontramos en el año 1250, en Alcoy. De hecho, existe una crónica, de cuando Al-Azraq ataca la ciudad, en la que se habla de una plaza llamada ‘El jugador de Pilota’. Mayoritariamente, las hipótesis se centran en que el juego de la pilota valenciana deriva del francés, y que fueron los mismos que acompañaron a Jaume I en la conquista los que lo trajeron a Valencia. Es cierto que otros investigadores apuntan a que podría provenir del Margreb, del Norte de Francia, pero la mayoría apostamos más por la primera hipótesis”, explica el sociólogo Víctor Agulló.
“Las mayores manifestaciones de Valencia han sido para pedir que no se prohibiera la pilota valenciana”
Su práctica corrió como la pólvora. ¿El secreto? Un juego sin distinciones. “Lo jugaba desde la nobleza hasta el pueblo”. Y tal fue su omnipresencia y popularidad que el 14 de junio de 1391, el Consell General de la Ciutat de València hizo público un bando prohibiendo su práctica, al considerarla un factor de agitación social, que también se extendió a otras ciudades como Castellón, Alcoy o Gandía. Sin embargo, esta prohibición no afectó a la pilota valenciana que, pese a las multas y sanciones, siguió disfrutando de buena salud unos cuantos años más.
“Poca gente lo sabe, pero las mayores manifestaciones de Valencia han sido para pedir que no se prohibiera el juego de la pilota valenciana. Que la gente jugara, y no trabajara, no estaba bien visto por las autoridades. En el sigo XIV, lo intentaron, pero no lo consiguieron. Aun así, no fue el único intento. Han habido muchos más a lo largo de la historia de la pilota valenciana”, recuerda Agulló.
Las luces y las sombras de la pilota valenciana
Alberto Arnal Navarro 'Xiquet de Quart' en el Trinquet de Pelayo (1947)Del siglo XIX se dice que fue el siglo de oro de la pilota valenciana. Una época de máximo esplendor, que se tradujo no solo en el aumento del número de trinquetes en Valencia, sino también en el aumento de la afición y de grandes partidas lideradas por jugadores de gran envergadura que pasaron a la historia, y que permanecen vivos en la memoria de los aficionados de la pilota valenciana.
Nel de Murla, Juliet o Rovellet fueron algunos de estos héroes populares, que se convirtieron en auténticas estrellas de un deporte que se encontraba en pleno auge. Y, ahí, en el trinquete de Pelayo, toda una institución nacida en el siglo XIX, testigo de insuperables partidas, y bajo las fotografías de los grandes de la pilota, hablamos con el expilotari Rovellet.
Amante de este deporte desde bien pequeño, emprendió una carrera estelar en el mundo de la pilota, quizá, siguiendo los pasos de su padre. “Mi padre era pilotari profesional, y yo pasaba mucho tiempo aquí, en el trinquete. Ya a los 14-15 años, comencé como profesional en este mundo, aunque sin licencia ni nada”, sonríe mientras se le iluminan los ojos al recordar toda una vida dedicada a su pasión: la pilota. “Fue una época muy buena a la que todavía no hemos podido volver. Ahora, se ha comenzado a recuperar, pero cuesta mucho”. Y es que estos años dorados se fueron apagando para dar paso a una época de sombras.
“Las clases altas valencianas reniegan de la pilota y abrazan los nuevos deportes”
“Todo cambia en el siglo XX. La industrialización; la expulsión de las calles por la presencia, cada vez mayor, de vehículos; la entrada de deportes extranjeros con aires modernos; y la deserción de la burguesía generaron que se comenzara a asociar la pilota con lo rural”, apunta Víctor Agulló. “Las clases altas valencianas, a diferencia de las vascas, reniegan de la pilota, y abrazan los nuevos deportes”. Un cambio de época que relega a la pilota, dejando a un lado, también, las raíces y la tradición valenciana.
Sin embargo, la oscuridad estaba por llegar. “En los años 60 es cuando pasa lo peor. Se empieza a desprestigiar a la pilota valenciana, creando como una especie de leyenda negra que la asocia con un deporte rudo y que blasfema”. Después de la Guerra Civil, con la llegada del franquismo, la pilota valenciana vuelve a sufrir un fuerte revés. “Además del incremento del tránsito rodado, las nuevas construcciones o la decoración en las tiendas, es decir, esa transformación social y urbanística que afectaron a la práctica de la pilota en las calles, con el régimen de Franco se persiguió abiertamente todo lo relacionado con este mundo”.
“Empezaron las multas por jugar a la pilota o hablar en valenciano”
De esta manera, no solo se empezaron a considerar los trinquetes como lugares poco recomendables para los valencianos católicos, sino que empezó a proliferar un desprecio hacia las raíces populares valencianas entre las que se incluía el uso de nuestra lengua. “La gente católica no quería relacionarse con este deporte porque, según sus creencias, era un deporte donde se blasfemaba y, por supuesto, se hablaba en valenciano. Las clases altas le dieron la espalda y, de hecho, empezaron las multas por jugar o hablar en valenciano”. Estos intentos de prohibición hicieron mella en la práctica de la pilota, pero no la esperada. “Se seguía jugando en las calles de los pueblos y en los trinquetes, donde la prohibición de hablar valenciano no surtió efecto, y pasaron a ser un núcleo importante de resistencia”.
Partida de pilota en las calles
Con la llegada de la democracia, la situación cambia drásticamente. “No solo se vuelve a poner en valor el valenciano y la riqueza lingüística que aporta, sino que volvió a surgir ese ansia por volver a los orígenes y recuperar nuestra historia y nuestro patrimonio”. Y en este momento de recuperación, surge la figura de Paco Cabanes ‘El Genovés'. “Fue el primer pilotari de masas que trasciende en todo el ámbito de la pilota por su carisma. Fue un auténtico fenómeno, capaz de desafiar a cualquier jugador”. La pilota valenciana resurgía de las cenizas gracias a la figura de este mítico pilotari, que volvió a llenar los trinquetes y a traer de vuelta a una afición perdida.
Además, “la constitución de la Federación de Pilota Valenciana también contribuye a este resurgir de la pilota. Se empezaron a organizar torneos oficiales, a construir instalaciones e, incluso, se empezó a visibilizar este deporte con la creación de escuelas, que también han sido las encargadas de mantener viva la tradición”, concluye el sociólogo Víctor Agulló.
Los grandes pilotaris
La pilota valenciana, el ADN de Bankia
Una historia repleta de altibajos forma parte del ADN de la pilota valenciana. Una lucha incansable por mantener a flote un deporte que es mucho más que eso. Es identidad valenciana, es cultura y es historia. Poco a poco, la pilota ha ido renaciendo, gracias también a los pueblos que, durante años, han preservado la tradición y que, en la actualidad, continúan nutriendo este deporte con profesionales.“Hemos estado siempre al lado de la pilota valenciana, y nos queda por delante mucho recorrido”
Pero, también, gracias al trabajo incansable de la Federación de Pilota Valenciana; a las instituciones públicas, que han introducido recursos para poder enseñar este deporte en las escuelas; y a las instituciones privadas, como Bankia, que han apoyado este deporte tan nuestro mediante el patrocinio. Bankia mantiene un compromiso histórico con la pilota, es más, “forma parte del ADN de nuestra entidad” y, por eso, un año más han renovado su compromiso, patrocinando competiciones de primer nivel para las que, prácticamente, han doblado la cantidad económica que aporta a las competiciones que patrocina.
Así, Bankia patrocina los dos campeonatos profesionales de pilota, la lliga y los individuales, tanto de “escala i corda” como de “raspall”, y las competiciones femeninas, la lliga y el individual “d’Elit de raspall”.
“Hemos estado siempre al lado de la pilota valenciana, y nos queda por delante mucho recorrido. Queremos dar apoyo también a las grandes deportistas porque, solo así, conseguiremos responder a la realidad de este deporte en la Comunidad Valenciana, y seguir asegurando el porvenir de una práctica deportiva que vertebra todo el territorio”, explica Rosa Piqueras, Directora Comercial de la Dirección Territorial de Castellón y Valencia de Bankia. Una clara apuesta institucional que, además de continuar afianzando este deporte en la sociedad valenciana actual, también contribuye a asegurar un futuro cargado de buenas expectativas para la pilota valenciana.
Rovellet, expilotari
La entrada de la pilota en los colegios; la presencia de las mujeres, cada vez mayor, en este deporte; o la inclusión de personas con diversidad funcional que, como explica Víctor Agulló, “han conseguido mejorar su calidad de vida y su sociabilidad gracias a este deporte” son síntomas de que a la pilota valenciana todavía le queda mucho futuro por delante.
Compañerismo, solidaridad y la nobleza de ser tu propio juez son atributos que han acompañado a este deporte desde sus orígenes. Un deporte que todavía mantiene encendida la llama porque como dice Rovellet “la pilota puede haber pasado por periodos de crisis, pero es innata. Por eso, tengo claro que la pilota nunca puede desaparecer porque es del pueblo, y es el pueblo”.