Post tenebras lux ("luego de las tinieblas, la luz"). Después de la tormenta viene la calma. Al final de la noche siempre sale el sol, etc., etc., etc... Estos y muchos otros dichos propios de carteles de Facebook sirven para ilustrar el actual momento del equipo blanquinegro.
Más allá de la sabiduría popular, el hecho incuestionable es que el Valencia es un colador. Últimos en la tabla de posiciones, el conjunto necesitaba una reestructuración absoluta, la que por cierto debiera haberse realizado antes del inicio de la Liga. ¿Con qué fin? No tener que soportar las dolorosas derrotas en las dos primeras fechas.
Ayer se cerraron las puertas del mercado de fichajes, período en el que han salido muchos jugadores de las filas del Mestalla y han entrado otros para reforzar las líneas con más problemas. Para seguir con los dichos atingentes: más vale tarde que nunca. Y más vale tarde que nunca porque, a pesar de que los valencianistas pueden estar enfadados por el éxodo que empezó con Alcácer, desde hoy pueden presumir de incorporaciones que sin duda están al nivel esperado.
Los que se fueron: Alcácer, Mustafi, Orban, Vezo e Ibáñez
El mismo día en que Paco Alcácer llegó oficialmente al Barcelona, Shkodran Mustafi, una de las garantías que tenía Ayestarán en la defensa y quien funcionó mejor en los primeros dos partidos, fue presentado finalmente en el Arsenal, con lo que se confirman los primeros rumores sobre su partida. Los londinenses pagaron 41 millones de euros por el central, quien firmó por las cinco próximas temporadas en un equipo con un imprescindible Per Mertesacker lesionado.
Después de llegar el 2014 al equipo che y ser cedido al Levante, sin buenos resultados, el argentino Lucas Orbán fue desvinculado ayer para firmar con el Genoa de Italia, que terminó en el décimo lugar de la Serie A en la última temporada. El equipo de la región de Liguria pagó una cantidad simbólica tras la rescisión de su contrato en el Valencia.
El defensa Rubén Vezo, por su parte, se va cedido al Granada hasta el final de temporada, así como Rober Ibáñez, el interior derecho que hasta ahora jugaba en el Valencia, se va cedido hasta el próximo 30 de junio de 2017 al Leganés, después de su paso por el mismo equipo andaluz en la pasada temporada.
Como dato especial, trascendió que el brasileño Aderllan Santos, otro de los defensas que no han funcionado bien junto a Abdennour, consiguió tramitar su pasaporte portugués para hacerse comunitario. Se decía que los che no contaban con el brasileño, quien al cierre del mercado se quedó en el club blanquinegro, pero liberando una de las plazas para no ocupar plaza de extranjero. Una ventaja pequeña, pero una ventaja al fin y al cabo.
Los que llegaron: Garay y Mangala
Con estas salidas, el equipo del Turia puede cuadrar sus números y acomodarse en el Fair Play Financiero para comenzar a fichar. El martes llegó Munir gracias a la Operación Alcácer y ayer, por fin, los tan ansiados defensas. Con esto, la idea es levantar cabeza en todas las áreas del campo de juego, incluida esa zona tan cuestionada. ¿Los elegidos para reformarla? Ezequiel Garay y Eliaquim Mangala.
El argentino, proveniente de un Zenit de Rusia que comparte con los blanquinegros las urgencias del Fair Play Financiero, venía sonando hace un par de semanas en el Valencia e incluso se había despedido de sus compañeros en el último duelo del conjunto de San Petersburgo. Su familia vive en España, posee pasaporte español y su experiencia en la Liga —en el Racing desde el 2006 al 2009 y en el Real Madrid desde el 2009 al 2011— lo convirtieron en un fichaje atractivo para los directivos del Valencia, que vieron en el jugador una buena opción para liderar la defensa.
Garay, según su ex entrenador Mircea Lucescu, tenía deseos de jugar en España y particularmente en el Valencia atendiendo a su interés. Tras una intensa última jornada en el cierre del mercado, a la 23.45 hrs, se anunció que el jugador, que jugó 78 partidos y marcó 3 goles en su período ruso, llega al club che tras sellarse el traspaso por aproximadamente 25 millones de euros y una firma hasta el 30 de junio del 2020.
El francés Mangala es un caso distinto al de Garay. Su traspaso es lo que se llama un “tapado” para el final de suspenso. Hace tres días su nombre no aparecía relacionado con el Valencia en ningún medio, pero bastó que empezara el 31 de agosto, el último día del mercado de fichajes, para que su nombre sonara en todas partes.
El defensa es seleccionado francés y estuvo presente en la última Eurocopa. En otros términos, jugó en el Standard Lieja de Bélgica entre el 2008 y el 2011, en el Porto entre el 2011 y el 2014, y en el Manchester City desde el 2012. El equipo de Guardiola necesitaba darle salida hacia algún tiempo y la solución más cercana fue el Valencia, que carecía de refuerzos para la retaguardia. En la Operación Otamendi del año pasado, con Pellegrini al mando del City, estuvo a punto de firmar en el Mestalla, pero finalmente la negociación no llegó a buen puerto.
De forma que Mangala pasó la revisión médica la mañana de ayer y se convirtió en el flamante nuevo refuerzo del Valencia tras la reunión de Suso y Jorge Mendes, grandes responsables de estos importantes traspasos, que se reunieron en Madrid para llegar al acuerdo definitivo. Conclusión: el jugador de 25 años llega cedido al Valencia hasta junio de 2017.
Con estos movimientos se termina el mercado de fichajes, se cierra agosto, se abre septiembre y —encima— llega el frío. Este otoño-invierno, el Valencia de Ayestarán se reestructura para obtener buenos resultados y darle alegrías a una afición que luego de tantos tropiezos y sufrimientos se merece unas cuantas.