La afición del Valencia CF ha dicho basta. La deriva del club en los últimos meses ha provocado una creciente indignación en diferentes sectores valencianistas que se están organizando para tomar los aledaños de Mestalla y pedir que el máximo accionista, Peter Lim, cambie el rumbo de la gestión o venda su paquete accionarial.
El próximo sábado a las 18:30 horas hay prevista una manifestación que partirá desde la plaza Zaragoza, en el cruce con la avenida de Aragón, con destino final a las puertas de tribuna, situadas en la avenida de Suecia, para mostrar el descontento y el hartazgo ante la gestión de Meriton Holdings, empresa que posee cerca del 85% del accionariado.
El colectivo Libertad Valencia y la Curva Nord son los organizadores de una marcha que está contando con más adeptos con el paso de los días, como ha sido el caso de la Agrupació de Penyes, que ha animado a sus socios a participar, o de futbolistas históricos como Mario Alberto Kempes.
Esta manifestación, que se prevé masiva, pretende ser un reflejo de la oleada de protestas que se está viviendo en Inglaterra contra los propietarios de los clubes del "Big Six" y que el pasado fin de semana ya obligó a aplazar el Manchester United – Liverpool por la irrupción de los aficionados en Old Trafford.
En el caso de la iniciativa valencianista, desde la organización se hace hincapié en la necesidad de que sea pacífica, recuperando el espíritu de la marcha cívica ya realizada durante los actos del centenario, y contando con todas las medidas de seguridad impuestas por la pandemia.
UNA DINÁMICA CON DIFÍCIL SALIDA
Esta movilización se realizará horas antes del encuentro crucial que disputará el Valencia CF ante el Valladolid el domingo a las 16:15 horas. Un partido contra un rival directo por la permanencia en una lucha que el club de Mestalla se ha metido tras la mala e irregular dinámica de esta temporada.Una dinámica que el lunes le costaba el puesto al hasta entonces entrenador del primer equipo, Javi Gracia. La última derrota ante el FB Barcelona deja al conjunto blanquinegro a seis puntos del descenso a falta de cuatro partidos para finalizar la temporada.
La venta de los mejores jugadores el pasado verano unida a la decisión de la propiedad de no invertir en refuerzos y de prescindir de Marcelino García Toral y Mateu Alemany, impulsores del equipo campeón de Copa del Rey en 2019, han provocado que el equipo se vea abocado a luchar por evitar el descenso a la Segunda División.
Esta caída en la clasificación liguera impedirá, por un lado, que el Valencia CF dispute el próximo año competición europea con la merma económica que esto supone y, por otro, reducirá el dinero que percibe por derechos de televisión por parte de La Liga.
Una bajada de ingresos que obligará, de cara al próximo curso, a seguir con la venta de los mejores jugadores, hecho que seguirá provocando un debilitamiento aún mayor y una imposibilidad de volver a luchar por estar en la parte más alta. Un ciclo del que no se ve salida sin un cambio de rumbo en la gestión que inyecte capital en la entidad y que evite llegar a la temida causa de disolución.
PROBLEMA CON LA ATE
La complicada situación deportiva ligada a la asfixiante situación financiera tiene otra arista de la que, actualmente, no se vislumbra una solución: el nuevo Mestalla. Esta semana se conocía que el Valencia CF tendrá un margen de tres meses más para dar "algún paso adelante" respecto a la Actuación Territorial Estratégica (ATE), tal y como confirmó hace unos días Arcadi España, conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad.El plazo de finalización de la ATE que se le concedió al club para facilitar la construcción del nuevo estadio y para vender las parcelas del actual Mestalla se ha retrasado tres meses por el primer estado de alarma que se vivió por la pandemia del coronavirus.
Pese a que ya que esta ATE ya está incumplida, ya que no es posible la finalización del nuevo Mestalla antes de los plazos establecidos (en un principio a mitad de mayo y actualmente a finales de agosto), las autoridades barajan qué hacer al respecto: cumplir la ley y cancelarla o ampliar el plazo hasta 2024 tal y como ha pedido el club.
España, el departamento del cual tendrá la última palabra al respecto, afirmó la pasada semana que el plan que han presentado los dirigentes del club para retomar en dos años las obras del nuevo Mestalla "es bastante flojo", un documento presentado hace unos días en la Conselleria de Economía en el que aseguraba que su intención era empezar de manera inminente (en enero de 2022) el pabellón que debe construir en Benicalap y retomar en 2024 las obras de su nuevo estadio para acabarlas en dos años.
"Es una declaración de intenciones y estamos muy acostumbrados a que el actual propietario del Valencia hable en esos términos de manifestaciones de voluntad", consideraba España.
Este hartazgo común entre afición e instituciones se expresará el próximo sábado. Un momento crucial en los 102 años de historia del club para salvar el futuro de la entidad más importante de la Comunitat Valenciana.