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El partido de esta noche ha sido especial para ambos equipos. El Madrid llegó a Mestalla a confirmar su categoría de líder, mientras que el Valencia buscó con esfuerzo continuar con su buen momento. “Jugar contra el Real Madrid siempre es un aliciente”, dijo Voro.
Este es el tipo de encuentros que prometen en la teoría y en la práctica dan mucho más. El axioma se demostró de inmediato, en apenas cinco minutos, cuando el Valencia robó el balón y Simone Zaza, con una tremenda media vuelta, superó a Keylor Navas e hizo explotar a Mestalla.
Pero el asunto no acabó ahí. Tres minutos después, en un excelente contragolpe valencianista, el chileno Fabián Orellana, como un murciélago, se escabulló por el área y recibió de Nani para hacer el 2-0 en menos de diez minutos de juego.
La primera media hora fue sin ninguna duda de los blanquinegros, que encerraron al equipo de Zidane en su campo. Benzema y Cristiano llegaban, pero Alves no prestaba atención a los nombres y paraba todo intento.
A los 39’, después de una carrera en solitario de Nani por la banda izquierda, Parejo la tiró ligeramente fuera de la portería de Navas. El portugués hubo de ser atendido y salió lesionado para que entrara Siqueira, en un cambio que varió el planteamiento del partido.
Cuando se extinguía el primer tiempo el Madrid despertó de la pesadilla y, con centro de Marcelo, consiguió que su mayor estrella, Cristiano Ronaldo, metiera el 2-1 como haciéndole una advertencia al Valencia.
El Madrid salió a buscar su noche en la segunda parte y el equipo de Voro a aguantar la artillería de la BBC, que necesitó muy pronto a Bale. Mangala y Garay tuvieron mucho trabajo al soportar la furia de los merengues a cada aproximación.
A los 54’ la visita tuvo el segundo en un tiro de falta de Cristiano, que chocó en la barrera y no significó más peligro. Mientras Alves alentaba a Mestalla, Voro decidía prescindir de Orellana para dar lugar a Carlos Soler. Un cambio inteligente del de Alcudia para quitarle los espacios al líder de la Liga.
Mientras Bale, que entró a los 62’, intentaba tomar la banda los valencianistas siguieron combatiendo el impulso de los madrileños. Cancelo, Mangala, Garay y Siqueira formaron un esquema en el que Zaza también baja a ayudar cuando podía.
A los 65’ se sembró la polémica en otro contragolpe de Valencia después de un empujón a Zaza, que casi se fabrica el tercero. En la vuelta Mangala derribó a Benzema que se arrancaba por la banda derecha, recibiendo la cuarta amarilla del equipo y la sexta del partido.
Minutos después la polémica se alimentó más. Munir arrancó, esquivó a Marcelo y, al darse la vuelta, fue derribado por Ramos en una falta que se vio desde la Luna. Burgos Bengoetxea ignoró el hecho y dejó continuar el partido con Zaza lesionado en una actitud que sería imposible tildar de inédita.
Cuando quedaban quince Zidane puso a Lucas Vásquez y sacó a Modric para encontrar el gol que necesitaba, mientras el árbitro vasco erraba una y otra vez para ambos lados. A solo cinco minutos del final Parejo cayó al borde del campo y el partido se pausó por un momento, dando lugar a los últimos instantes de un duelo inolvidable para todo valencianista.
Los cuatro minutos de añadido fueron otro escollo superado que dio paso al triunfo más grande del Valencia en muchísimo tiempo.