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Prandelli superó el último examen del año, pero con dudas. Más allá del juego que mostraron los jugadores, los valencianistas pueden esperar la Navidad con la sensación de que al menos vieron pasar a los octavos a su equipo.
El Valencia se enfrentó a un Leganés que salió a buscar el balón y el gol para revertir el 1-3 sufrido en Butarque, por lo que esa voluntad hizo de este –al menos en la presunción- un partido interesante y con mucho ritmo. Sin embargo, al principio del mismo Rodrigo se acercó tres veces con peligro al área y tres veces desperdició con un par de colaboraciones del palo.
El partido se hundió en letargo propio de las fechas y, probablemente, la nula posibilidad del Leganés para dar la vuelta al marcador global desfavorable. A los 35’, Rodrigo Moreno se recuperó de las ocasiones fallidas y recibió un pase de Medrán para voltearse con facilidad y marcar el 1-0, en un bonito gol de juego colectivo.
El tiempo se consumió rápido y si bien Munir y Santi Mina se acercaron a la portería de Herrerín, llegó la orden del árbitro y ambos equipos se marcharon al descanso.
Iniciando el segundo tiempo Darwin Machís marcó tras un error de Enzo Pérez en el área, con Jaume implicado tras detener la pelota en un primer momento pero perdiéndole posteriormente. Con esta conquista, el partido se encendió sobre todo a causa de las ganas del Lega.
El duelo cambió después del empate y continuó con bastantes detenciones y cobros, mientras el Valencia no se rendía para conseguir un resultado favorable que le diera una satisfacción a los aficionados. Cuando el partido se apagaba en este lance, una fracción del público levantó una bandera que se preguntaba dónde estaba Peter Lim; una señal evidente del malestar por la temporada vivida.
A los 77’ Santi Mina, al igual que Munir (que salió por Rafa Mir) se resintió y el técnico italiano decidió poner a Gayà, que más que proyectarse serviría para no dejar descubierta la banda. Con esto el partido mantuvo el tono en una espera para que los blanquinegros clasificaran sin un buen juego.
Pero el choque no acabó sin que Carlos Soler, uno de los jóvenes que prometen y son preferidos de la afición, se arrancara por el medio y disparara después de una iluminación fantástica. Herrerín tapó pero apareció Rodrigo para definir y lograr el 2-1 definitivo.
Con esta victoria en Copa del Rey el Valencia cierra un año difícil y le da una señal a su entrenador y a los valencianistas: los de la cantera son los llamados a salvar al equipo este próximo año.