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Voro finalmente puso a Munir por derecha, a Nani por izquierda y a Zaza al medio. El chileno Fabián Orellana jugó de mediapunta para apuntar los balones hacia adelante y sorprender al equipo de Valverde.
Desde el primer minuto el Athletic tuvo el dominio del balón, pero el Valencia empezó a recuperar el balón con astucia y tuvo a los 4’ la primera aproximación de Zaza, que intentó poner el gol a la derecha de Iraizoz. En adelante solo llegaron los blanquinegros al área de los leones adelantando sus líneas y poniendo su confianza en Alves, que paró un tiro de Lekue a los 12’.
A los 13’ Orellana, de excelente primer tiempo, coló un balón con un pase excelente a Nani, que definió con la pierna derecha para confirmar lo bien que lo hacían los locales en los minutos del inicio.
La defensa valencianista no tuvo mayor trabajo gracias a un Mangala que desde hace algunas jornadas viene mostrando su poderío a la hora de eliminar las desinteligencias. Junto a Enzo, muy encendido, fue el más presente en las zonas más bajas del campo; había que contener el avance del Athletic alrededor de la primera media hora.
Incluso Zaza quitaba balones en la dinámica que tenía al conjunto del Túria, muy armado en todas sus líneas. Después de una combinación frustrada entre este y Orellana para superar al portero vasco, el Valencia apareció con Munir, quien se la dio de nuevo a Zaza para que el italiano hiciera el 2-0 al final del primer tiempo y provocara la algarabía de un Mestalla que por fin veía buen fútbol.
En el segundo el Athletic salió a remontar, pero los de Voro pusieron obstáculos con su inamovible configuración. Así, Valverde no quiso ahorrar más y quemó sus naves mandando al campo a Aduriz e Iñaki Williams. Sin embargo, cinco minutos después el seleccionado español salía lesionado y aplaudido por Mestalla dejando a su equipo con diez.
El Valencia ganó coraje con su superioridad numérica y a través de Nani y Orellana, entendiéndose muy bien, intentaron hacer el tercero a unos leones decaídos por la mala suerte y el impecable —e inédito— juego del rival. Mientras el segundo parecía un tiempo de descanso para el equipo local, Voro, como gesto de confianza, sacó a Enzo y puso a Soler, ambos aplaudidos por la afición. Lo mismo hizo con Montoya y el ingreso de Cancelo, así como con Bakkali y Orellana. El chileno tuvo un partido ejemplar esta vez.
De principio a fin, desde Alves a Zaza, el Valencia superó con estrategia y orden a un Athletic agotado que en la teoría llegaba como favorito para aprovechar el mal momento valencianista. Un concepto que tal vez pase de moda si los blanquinegros siguen haciendo partidos como este.