Se sabía que el debut iba a tener vértigo, pero no todo lo que tuvo. 37000 aficionados vieron cómo estalló el Mestalla a los 6 minutos cuando se abría el marcador tras cabezazo de Santi Mina después de un córner muy bien colocado de Dani Parejo. Las cosas apuntaban bien, pero terminaron mal. Esta acción del 1-0 confirmaba lo bien que funcionaban los valencianistas arriba, con un Gayà que subiendo por la parte izquierda causó estragos en la defensa canaria. Sin embargo, no los suficientes estragos.
Si bien en el primer tiempo el Valencia dominó el partido, el gol de Liveja a los 15’ revivió los fantasmas de una defensa improcedente y empezó a marcar el tono del partido logrando el empate 1-1. Solo bastaron quince minutos más para que Las Palmas se pusiera arriba con un 1-3: primero con un controvertido penalti —muy mal arbitraje el de Garrido, en todo caso— convertido por Viera tras falta de Cancelo, a los 25’, y luego con un gol de cabeza de Kevin Prince Boateng, nuevo fichaje canario, a los 31’.
Con esto la moral podía venirse abajo completamente y no fue así, porque de nuevo apareció Santi Mina dos minutos después para hacer su segundo gol en Liga y realizar el momentáneo 2-3. Con un Gayà muy inquieto por izquierda, subiendo y bajando, el Valencia buscaba y buscaba. Mientras, Cancelo se equivocaba y Abdennour hacía la propio, impreciso, impreciso e impreciso.
Llegó el segundo tiempo y se podía pensar en las eventuales palabras de Ayestarán en el vestuario: atacar sin tregua para romper la portería de Las Palmas y remontar. Entró Mustafi por Vezo, una especie de señal de que no dejará el equipo, pero no fue suficiente para apoyar en la defensa aunque lo hizo bastante bien. Cada vez que llegaban Las Palmas había peligro en la portería de Ryan… una defensa demasiado endeble en los primeros minutos del segundo tiempo y, por qué no, en el partido completo.
Si bien Dani Parejo creaba con insistencia y Medrán buscaba el balón, Alcácer no respondía, desanimado como en el partido contra la Fiorentina en el Trofeo Naranja. Santi Mina seguía intentado, pero nada. Los blanquinegros querían atacar y ser agresivos, pero la efectividad se extrañaba muchísimo.
Así, Las Palmas se situó en su área tras los apretones del Valencia. A los 65’ entró Bakkali por Martín Montoya, con mucha fuerza aunque no la suficiente para hacer la diferencia. Así transcurrieron los minutos, un ataque tras otro del Valencia y sin goles. El 2-3 seguía pesando en el estadio hasta los 88’, que todo se confirmó. Livaja aprovechó un contragolpe hizo el 2-4 para Las Palmas con una defensa desconcentrada y un área prácticamente desierta.
En su debut, el equipo de Ayestarán pagó con goles en contra la irresponsabilidad económica y deportiva de no asegurar fichajes en la defensa con la Liga ya iniciada; de su ataque, salvo la ineficacia, no hay mucho que decir. Las Palmas, por su parte, jugó inteligentemente y se lleva a casa cuatro goles impensados en un partido en el que los locales dominaron sin efectividad.
El próximo sábado 27 el Valencia visita al Eibar y tratará de revertir este mal comienzo.