Las series de casos valencianos, ¿el remedio a los errores del pasado o un arma de doble filo?

L’associació de víctimes del metro de València considera que les sèries són bones plataformes per a expandir les seues reivindicacions, però sempre amb un tractament des del respecte

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València ha sido el epicentro de la corrupción, y pese a que se han destapado importantes tramas que vinculan a políticos o a empresarios, poco a poco continúan saliendo a la luz otros casos que han marcado a la sociedad valenciana. No solo a través de noticias o exclusivas de medios de comunicación, sino por una tendencia que parece que ha encontrado inspiración en el territorio valenciano: las series de ficción o las basadas en casos reales.

El pasado 14 de junio, la plataforma digital internacional Netflix estrenaba ‘El caso Alcàsser, una serie de cinco capítulos que trata de desgranar todo lo que ocurrió en el asesinato de las tres adolescentes del municipio de Alcàsser en 1992. Pero el objetivo de la producción española va más allá de hacer una crónica de lo que ocurrió y de destapar nuevas cosas, para que los medios de comunicación hagan autocrítica sobre la cobertura de este caso y tengan en cuenta los errores para no repetirlos en el futuro y dejar atrás el sensacionalismo.

El audiovisual se ha acogido con muchas expectativas mezcladas con críticas por considerar que, precisamente, ‘El caso Alcàsser’ está empañado de sensacionalismo y amarillismo, pero otras voces defienden que trasladar una historia como esta a una plataforma digital podría ser una buena opción para expandir la denuncia, visibilizarla y conseguir que más casos silenciados u olvidados salgan a la luz y muestren que hay que actuar.

En este sentido, Rosa Garrote, presidenta de la Asociación de Víctimas del Metro 3 de Julio (AVM3J), explica que gracias al libro Lluitant contra l’oblit (Laura Ballester), el documental en profundidad La estrategia del silencio (Barret Films y Mediapro), el cómic El dia 3 (Cristina Durán y Miguel Ángel Giner) y el programa Los Olvidados en Salvados han sido claves para visibilizar su lucha contra la impunidad.

“El caso del accidente de metro es muy concreto, pero creo que podría extrapolarse a otras situaciones y lugares porque es un acontecimiento en el que se demostró que sin la dejadez de los responsables se podría haber evitado el accidente”, señala. Para la presidenta, todos estos formatos han ayudado a demostrar que hay que movilizarse para que las personas que hay detrás de estos hechos no se salven de lo que han hecho y que eso puede más que la manipulación que se ha producido a nivel mediático y de implicados.

Garrote detalla que el libro de Ballester ha sido una de las grandes contribuciones a su lucha, así como el documental de Barret Films, “con el que gente que ha vivido otras situaciones ya podía sentirse identificada”, aunque el cómic ha sido “muy beneficioso porque es uno de los soportes que más ha llegado a la gente por su formato”. Y el programa de Jordi Évole “marcó un antes y un después, porque dio a conocer al público qué pasó a nivel estatal”.

Es por ello que ante el hipotético caso de una oferta para rodar la serie del accidente de metro que marcó a los valencianos y las valencianas, la representante considera que podría ser positivo, pero con límites. “Lo ideal sería tratar el tema desde un punto de vista no morboso, siempre con respeto y dando prioridad a lo que más nos interesa, que es demostrar que nuestras concentraciones no eran movidas por el rencor, sino que llevaban detrás unos motivos documentados y avalados. Lo que nos gustaría en ese caso es que se centrase principalmente en la investigación”, matiza.

Quién sabe si este caso podría unirse a la larga lista de producciones que se han inspirado en València en los últimos años. Una oportunidad para muchos, pero también un arma de doble filo que podría repetir errores del pasado. Rosa Garrote insiste en que un buen periodismo como con el que se han topado podría evitarlo: “No queremos que se olvide este tema, sino que se extrapole a una reivindicación social porque no es algo único. Le puede pasar a cualquier ciudadano que lucha contra un gigante y al que el Estado no le da respuesta y el mensaje que hay que dejar claro es que estamos atentos a lo que hacen nuestros gobernantes”.

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