monica alvaro

Opinión

De cómo los Cotino nos limpiaron y vaciaron el bolsillo

Portaveu adjunta de Compromís

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  • Haremos, haremos… Y al final nada cambiaremos
  • ¡Ya era hora!
  • Y aún no se ha acabado...

Hay que reconocer que el Sr. Cotino, si algo es, es limpio. Por allá donde va el gran terrateniente de caquis, después no queda ni rastro, ni siquiera los que por ley tendrían que estar. Yo misma pude comprobar cómo el que fuera presidente de las Corts Valencianes limpió su registro personal y donde tenía que constar su declaración de bienes, no había nada. La sustrajo, la hurtó de la guarda y custodia de consellería con una cara dura impresionante y, en resumen, donde debían de estar publicadas sus cuentas corrientes y patrimonio para la prosperidad, sólo hay un “posit” que viene a decir: “los papeles se los llevó Cotino un día que pasaba por aquí y nunca más los volvió a traer”.

Y con esos antecedentes a esta diputada no le extraña lo más mínimo que Villarejo en 2009 le cantara al político valenciano que el sobrinísimo, don Vicente Cotino, tenía que limpiar los papeles sucios, puesto que iban a ser investigados enseguida.

Cuando cayó en mis manos el turbio asunto de las residencias de tercera edad con las que se lucró la familia Cotino, era porque en las Corts abrimos una Comisión de Investigación de la cual nadie, seamos sinceros, esperaba gran cosa. De hecho, excepto un par de irreductibles periodistas de investigación, la prensa en general no se hizo demasiado eco de lo que pasaba en la Sala C de comisiones todos los martes. Dedicamos largas horas y estudiamos muchos papeles, hicimos más trabajo que Casado con su máster, evidentemente. Y hoy, sin ningún tipo de modestia, puedo afirmar que hicimos un gran trabajo demostrando cómo los que precedieron al gobierno del Botánico habían corrompido el sistema, y cómo Cotino, Blasco, Rus, el yonki, Ortiz y el sobrinísimo metieron cucharada a expensas de nuestros mayores. Y al resto nos dejaron el bolsillo más limpio que una patena.

Hoy Villarejo viene a corroborar todo esto. Exactamente no sé a qué de todo se refería el comisario cuando decía esto de “limpiar de papeles”, si lo que había que hacer desaparecer eran informes que nunca vieron la luz de por qué la Consellería de Cotino pagaba regularmente a las empresas familiares cuando el resto de residencias tenían que esperar al FLA, si hacía falta triturar los papeles de cómo apareció, por arte de magia, una segunda residencia concertada en El Puig para la familia Cotino, que nunca estuvo proyectada, o si había que destruir las pruebas de quienes pagaban las carreteras de acceso a esa residencia. Igual era necesario borrar las amenazas que profería el clan Cotino a alcaldes y alcaldesas para que les cedieran terrenos gratuitamente para sus residencias, cuando según la ley tenían que adquirirlos o a lo que Villarejo hacía referencia con esa obsesión por la pulcritud era a acabar con cualquier indicio por escrito de cómo tío y sobrino pensaban “inyectar pasta” a la empresa Savia mientras que, textualmente, a otras empresas como Novaire “que les dieran por culo”, tal y como aparece en los audios de Brugal, que una no es tan malhablada.

Efectivamente en 2009 había muchas cosas por borrar, mucho saneamiento por hacer. Y todo y el pulcro y limpio del Sr. Cotino, no pudo limpiarlo todo. El resultado fue que la empresa Savia, regentada por Vicente Cotino ‘el sobrinísimo’, pasó de ingresar once millones en 2006 a más de 40 millones en 2009. Y todavía tuvimos que escuchar de boca del ilustre sobrino que esto fue un mal negocio para el clan.

Hoy recuerdo nítidamente la claridad con la que acusé a Vicente Cotino de financiar ilegalmente al PP, cosa que después él reconoce, y también lo señalé como poseedor de información privilegiada que utilizó para enriquecerse. lo que yo no sabía entonces era que López del Hierro, marido de Cospedal y que también salió a relucir en la Comisión de Savia en diferentes ocasiones, facilitaría los contactos de los Cotino con el mayor “acusica” del reino. Hasta ese extremo mi clarividencia no llega y tampoco tengo a ningún comisario delator que me diga por donde tengo que ir, afortunadamente.

En una serie televisiva de mucho de éxito suelen decir aquello de “se acerca el invierno”. Aquí en la terreta lo que se acerca es el final de la temporada del caqui, Sr. Juan Cotino. Y la fruta podrida, al final, cae del árbol.

Mònica Álvaro,portavoz adjunta de Compromís en las Corts

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