Daniela González: "Casi todas nuestras escuelas y sociedades musicales son deficitarias y necesitan una mejor financiación"

Presidenta de la Federació de Societats Musicals de la Comunitat Valenciana

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Toca el clarinete desde los 6 años y es de Chilches. Daniela González se convirtió el pasado 11 de mayo en la nueva presidenta de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV). Ella es la encargada de suceder al anterior máximo responsable de las sociedades musicales de nuestro territorio, Pedro Rodríguez, que abandonó el cargo para ejercer como senador independiente en el grupo del PSOE, pasándose al escenario político -así como también hizo el antecesor de Rodríguez, Josep Francesc Almería, que se fue a Podemos-.

González, en la Asamblea celebrada en Pego, se convirtió en la primera presidenta de la FSMCV, una entidad que este año celebra su medio siglo de vida y que, a pesar de todo, nunca había sido encabezada por una mujer. Ella afirma que hay que normalizar el hecho de que las mujeres ocupen cargos de importancia como el suyo y que, además, hay que incentivar que cada vez haya más figuras femeninas ocupando puestos de trabajo donde nunca habían estado presentes, como el de directora o el de compositora.

Por otro lado, la presidenta también recalca la situación deficitaria de las escuelas de música de la comunidad y la carencia de financiación por parte de los gobiernos hacia nuestras sociedades musicales. Este, junto con el fomento de la empleabilidad de los músicos y la regulación de la Ley Valenciana de la Música de 1998, es el objetivo más importante para Rodríguez.

Cuando te nombraron presidenta de la FSMCV, la noticia fue que, por primera vez en 50 años, este cargo lo ocupaba una mujer. ¿Qué opinas sobre esto?

Yo creo que es un efecto de lo que está pasando en la sociedad en cuanto al papel de la mujer: nuestras sociedades musicales siempre han tenido al frente figuras masculinas y ahora es importante normalizar que haya mujeres en estos altos cargos. Poco a poco, empiezan a haber más mujeres en lugares que no habían sido ocupados nunca por figuras femeninas y esto hace que muchas chicas se planteen otros futuros, puesto que tienen más modelos a los que parecerse. Y esto es muy positivo, aunque creo que se tendría que plantear de una forma más normalizada. Es cierto que, cuando me nombraron presidenta de la FSMCV, la noticia era que, por primera vez en 50 años, una mujer ocupaba este cargo. Y eso es totalmente cierto. Pero a mí me gusta más pensar que necesitamos normalizarlo cada vez más, con todo el que está pasando con los derechos de la mujer. Cada vez, hay más mujeres directivas, más mujeres presidentas, más mujeres directoras... Hay que seguir trabajando en este sentido, porque por ejemplo hay pocas mujeres directoras, compositoras... dentro del mundo de la música.

¿Y cómo se hace para que cada vez más mujeres se interesen por estos cargos?

Yo empecé a estudiar música en los 6 años de edad. En ese momento, no había visto nunca a una mujer dirigir una banda. Ni aquí, en nuestra tierra, ni en el ámbito nacional o internacional. Todo eran hombres. Esto está asumido y erróneamente normalizado, puesto que al final ni te planteas que las mujeres puedan dedicarse a ciertas profesiones históricamente masculinas. La mujer, paulatinamente, empieza a estudiar de forma mucho más normalizada en la universidad, hasta llegar a la actualidad, cuando empieza a ocupar importantes cargos directivos. Y creo que, lo que más hacen falta son referentes para las mujeres que continúan viniendo y que, en un futuro próximo, quizás ocupen cargos de importancia; y no solo hablo sobre el mundo de la música o de la cultura, sino sobre todos los ámbitos laborales.

Cuando te nombraron presidenta de la FSMCV, dijiste que uno de tus objetivos era fomentar la empleabilidad de los músicos. ¿Cómo pretendéis lograr esta medida?

Nosotros, además de esta medida, también tenemos otras que están en nuestro programa electoral, como por ejemplo, retos educativos, la promoción de sellos propios... En cuanto a la empleabilidad de músicos, queremos tratar de proporcionar y facilitar nuevas salidas profesionales especializadas. No solo puedes ser músico profesional, sino que hay nuevas vías de trabajo. Nosotros firmaremos la próxima semana un convenio con la Universitat de València para potenciar el emprendimiento de los músicos jóvenes. Además, yo creo que hay muchas salidas profesionales que hasta ahora están por explotar, salidas que no solo se limitan al trabajo de músico de una orquesta o profesor de música, sino que van más allá. Sobretodo, desde la FSMCV tenemos que estudiar y dar a conocer otras posibles vías laborales para nuestros músicos. Ese es nuestro objetivo.

¿Qué carencias y fortalezas tienen las sociedades musicales de nuestra comunidad?

En cuanto a las fortalezas lo tengo muy claro: los valores que se fomentan en nuestras sociedades musicales son muy valiosos. Por ejemplo, en una banda hay niños de 10 años tocando y hablando con hombres de 80 años, y se respetan y se hablan de tú a tú, aprenden el uno del otro. También se potencia el trabajo en equipo, la confianza mutua, la hermandad... Se potencian muchos valores y muchos aspectos intangibles que tiene mucha importancia. Yo siempre digo que una banda de música es como una familia, y no lo digo por decir, sino porque lo he vivido así y lo pienso de verdad. Es un ambiente muy sano donde nuestros niños están muy tranquilos y muy integrados, porque todo lo que se potencia en las sociedades es muy divertido y positivo para ellos: la creatividad, la amistad, y todo lo que se puede llegar a hacer y a vivir gracias a saber tocar un instrumento.

Por otro lado, la principal carencia es evidente: la insuficiente financiación de las sociedades musicales. Nuestras escuelas de música, a pesar de la crisis, están creciendo. Pero yo creo que se necesita todavía más financiación, porque los docentes necesitan adaptarse a nuevas metodologías. Yo, por ejemplo, empecé con un libro muy antiguo de ejercicios para clarinete, el instrumento que yo toco, que se denominaba Eslava. Sinceramente, no sé cómo mis compañeros y yo llegamos a ser músicos con esa metodología tan aburrida. Ahora, las cosas han cambiado, y hay metodologías muy entretenidas y divertidas tanto para los docentes como para los alumnos. Con las nuevas formas de aprendizaje musical, todo es más visual, puesto que un niño que está aprendiendo a leer ya sabe tocar algún instrumento. Entonces, nuestras escuelas de música se tienen que adecuar a esto. Hay algunas que ya lo han hecho y que, gracias a implantar pizarras digitales y todo tipo de material actualizado, están creciendo; pero también hay otros que necesitan adecuarse a estas nuevas necesidades metodológicas. Además, casi todas nuestras escuelas son deficitarias y necesitan más dinero. Solo están subvencionadas en un 20%.

Entonces, ¿la razón por la cual la FSMCV sigue pidiendo más dinero a pesar de haber obtenido la asignación más grande de la historia (14.810.000 euros) en los presupuestos de la Generalitat es la necesidad de adecuar las escuelas de música?

Sí, claro, es la razón principal.

¿Y hace falta tanto dinero?

Sí, por supuesto. De hecho, en todas las elecciones que se han celebrado hemos enviado a todos los partidos políticos un informe con todas las necesidades de la FSMCV. En este, el tema de la reforma de las escuelas de música es una de las grandes partidas que necesita dinero. Ya te digo que están subvencionadas en casi un 20%, y son más de 400 escuelas de música.

¿Y cuánto dinero, exactamente, necesitaríais para lograr este objetivo?

La última vez que me lo preguntaron y lo dije, se asustaron. Pero bueno, lo digo. Nosotros hemos pedido este año 27 millones de euros para cumplir nuestras necesidades. Lo utilizaremos, sobretodo, para las escuelas de música. Ahora estamos invirtiendo en un programa de gestión integral para todas las sociedades musicales, es decir, para un total de 553 sociedades musicales. Porque, como sabrá cualquier músico que pertenezca a una sociedad musical, todos ellos son voluntarios y todos los profesores tienen que estar dados de alta. Esto implica que un 40% de su sueldo vaya dedicado a la seguridad social. Entonces, esta plataforma de gestión nace para que las escuelas de música no tengan que gastarse ellas todo el dinero, y puedan ser gestionadas desde la FSMCV. Por eso se necesita tanto dinero. Por ejemplo, para implementar las nuevas metodologías con nuevas tecnologías habrá que reorientar y reformar a nuestros profesores, es decir, enseñarles nuevas estrategias pedagógicas para ir más allá. Toda la tecnología que queremos implementar cuesta mucho dinero. Además, muchas bandas de música no pueden darles los instrumentos a sus alumnos, porque no tienen los suficientes. En cuanto a infraestructuras, hay muchas sociedades musicales que no gozan de ellas: no tienen local para ensayar y, si lo tienen, puede no estar adaptado para personas con diversidad funcional... En la ciudad de Valencia, esto, por ejemplo, es un problema. Es decir, los 27 millones no los hemos pedido por pedir, sino que hemos hecho un estudio previo sobre cuánto dinero necesitamos para llevar a cabo todos los cambios que queremos poner en marcha y, a pesar de que la cifra sea muy abundante para quien no conozca la situación actual de las sociedades musicales, para nosotros es la cifra perfecta.

¿Por qué queréis regular la Ley Valenciana de la Música?

Hay que dotarla de contenido, porque el primer punto de la ley dice que se haría una agencia valenciana de la música y todavía no se ha cumplido...y la ley es del 1988. Tenemos que actualizar la ley y dotarla de contenido. Nosotros, el año pasado, ya presentamos un escrito para empezar a trabajar con los partidos políticos y la cosa se quedó así: en el aire. Ahora, en esta nueva legislatura, parece que se quiere tratar el tema. Yo estoy esperando a que esté definitivamente formado todo el gobierno para empezar a mantener reuniones y ver si podemos conseguir, por fin, una Ley de la Música de la cual podamos estar orgullosos.

Tus antecesores en el cargo, Pedro Rodríguez y Josep Vicent Almería, han pasado del ámbito cultural al mundo de la política. ¿Tienes pensado hacer lo mismo que ellos?

No. Me gusta la política como ciudadana, es decir, me gusta leer los programas electorales y saber qué dice cada partido. Pero no creo que nunca me meta dentro del mundo de la política. Yo respeto profundamente la postura de Almería y de Rodríguez ante su inclusión dentro del mundo de la política, pero yo nunca lo haré. Y a veces pienso que, quién mejor que ellos para ayudarnos a los miembros de la FSMCV y a todas las entidades culturales valencianas que necesitan a los políticos para avanzar, puesto que ellos han ocupado mi cargo y sabrán mejor que cualquier otro político lo que necesitamos.

¿Crees que el cargo que ostentas tiene alguna conexión con la política?

Sí, claro. Evidentemente, en este puesto de trabajo tienes que hablar con todos los políticos pero no de política, sino de nuestro asunto, la música. Y, aunque no te guste, te tienes que relacionar con todos los partidos políticos porque son los que, al fin y al cabo, te tienen que dar las subvenciones. Es un trato muy directo que a mí me gusta. Tengo que hablar con todos pero de cultura y de música. Hace falta un diálogo entre las instituciones y nosotros. El diálogo hace falta que esté de su parte y de la nuestra. Hay que explicar el porqué de las cosas como, por ejemplo, lo que yo te he explicado antes sobre adónde irán a parar los 27 millones de euros. Tienes que sentarte y dialogar, explicarlo todo para que todo el mundo entienda por qué, en este caso, necesitas 27 millones y no tienes bastante con 15 millones. Está conectado en el sentido que los políticos y las sociedades musicales nos necesitamos mutuamente.

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