El Teatro Escalante se caracteriza por hacer obras dirigidas a los más pequeños, pero gran parte de ellas también apuntan a un público adulto que sabe discernir entre una metáfora, una alusión al contexto y el humor necesario.
Vives, la obra dirigida por Gabriel Ochoa, se centra en los cambios políticos y sociales que ha vivido la sociedad valenciana en los últimos años. Fueron casi 25 años el tiempo en que culturalmente se atenuaron las luces en una ciudad que ahora renace con producciones como esta, por lo que funciona como símbolo para aludir a ciertos vientos de cambios.
La obra también ataca el problema de la pedagogía, la educación y la justicia social desde otro flanco: la figura de Luis Vives, uno de los estudiosos más destacados del siglo XVI, amigo de Tomás Moro (el autor de "Utopía") y uno de los impulsores del carácter asistencialista de muchos Estados modernos europeos.
La familia de Vives murió quemada a raíz de una Inquisición que no soportaba sus orígenes judíos. Esta desgracia es uno de los motores de esta obra, que vincula la producción literaria y filosófica y la vida del ideólogo con los acontecimientos reivindicativos del Instituto que lleva su nombre hace cinco años, en febrero de 2012, conocida gracias a Pau Alabajos, quien canta en la obra, como la #primaveravalenciana.
Las enseñanzas contenidas en los libros, la innovación pedagógica y el trato de las ideas por medio de la organización y colaboración humana complementan una creación llamada a revolucionar la escena local. En ella se grafican los conceptos de ideología, humanismo y el anacrónico "herejía", aquello que en su momento condenó la existencia del importante pensador.
Vives, producida y gestionada por el Escalante, se estrena hoy en el TEM para funciones escolares y este domingo tendrá su primera presentación para todo público.