Las vidas minadas de Gervasio Sánchez regresan a L’ETNO visibilizando la realidad de las víctimas

El museo de la Diputació de València acoge una nueva exposición del artista, Premio Nacional de Fotografía

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Una visitante de la exposición de Gervasio Sánchez en el MuVIM
Una visitante de la exposición de Gervasio Sánchez en el MuVIM

Con el objetivo de visibilizar el día a día de las víctimas de minas antipersona, el fotoperiodista Gervasio Sánchez puso en marcha en el año 1995 un proyecto fotográfico que relata historias sobre la lucha por la supervivencia y la dignidad. Ahora, con ‘Vidas minadas. 25 años’, el proyecto regresa a L’ETNO, el Museu Valencià d’Etnologia, con el fin de dar continuidad a la trayectoria de vida de estas personas que desgraciadamente sufrieron esta lacra.

Angola, Mozambique, Camboya, Afganistán, Irak, El Salvador, Nicaragua y Bosnia-Herzegovina son los países de procedencia de las siete personas que Gervasio Sánchez se cruzó en hospitales, centros ortopédicos, fundaciones o en familias que sobrevivían con muchas dificultades. El fotoperiodista, Premio Nacional de Fotografía, da voz a estos testimonios que se presentan como un grito contra una terrible injusticia y un drama diario.

Gervasio Sánchez ha apuntado que estar de nuevo en L’ETNO “supone un momento muy emotivo; fue en el año 1998 cuando presenté en este museo ‘Vidas minadas’, un proyecto que  inicié en 1995, hace ya 30 años, y aquí encontré un calor muy especial, y siempre que he pensado en la ciudad de Valencia para llevar a cabo una exposición grande finalmente la he realizado aquí”.

En cuanto a la muestra que se inaugura este martes, el fotoperiodista apunta que “tras pasar más de 40 años en la guerra uno acaba sintiendo como que ha fracasado como periodista; estudié periodismo y me especialicé en conflictos armados porque pensaba mejorar el mundo, llevo toda mi vida en guerras y he llegado a la conclusión de que nunca jamás acabaremos con ellas”.

“He visto niñas como Sofía con trece años sin dos piernas -continúa el periodista-; su hermana María murió por culpa de una mina; a Adis, de Sarajevo, me lo encontré en el año 96, una mina casi lo mata en el proceso de pacificación de Bosnia… Estas personas y sus historias, sus evoluciones de vida que yo he fotografiado y que he seguido me han permitido pensar que, en medio de la debacle, hay personas que se resisten a la guerra, a la violencia, y se comportan con dignidad, la dignidad que suele fallar en todas partes”. “Estas historias me dan la posibilidad de formalizar un contacto moral periodístico, es mi anclaje moral y ético para seguir creyendo en el periodismo”, ha finalizado.

Por su parte, el diputado de Cultura, Paco Teruel, ha señalado que ‘Vidas Minadas, 25 años’ es un paso firme en la larga relación que el museo de la Diputació mantiene con Gervasio Sánchez. “Gervasio es un fotoperiodista de reconocido prestigio que ha desarrollado una parte importante de su carrera en el campo de los conflictos bélicos por todo el mundo. El suyo ha sido, y es, un trabajo difícil que quiere mantener la conciencia alrededor de la dureza de las guerras y sus consecuencias”, ha destacado el diputado.

El director de L’ETNO, Joan Seguí, ha señalado que ‘Vidas minadas’ “es parte del proyecto de L’ETNO, ya que está con nosotros desde el 98”. Asimismo, ha apuntado que para el museo “es importante contribuir a la no banalización de la guerra, seguir el trabajo que hace Gervasio Sánchez, y este proyecto se basa fundamentalmente sobre las consecuencias, que son una ventana que nos tiene que ayudar a reflexionar más profundamente sobre qué pasa cuando las personas decidimos matarnos entre nosotros en lugar de sentarnos a hablar y dar soluciones”.

Siete protagonistas

La exposición presenta 85 fotografías de siete protagonistas: Manuel Orellana, víctima de una mina cuando cultivaba café en El Salvador en 1991; Sofía Elface Fumo de Mozambique, que pisó una mina mientras recogía leña; Medy Ewaz Ali, herido por una mina en Afganistán; Adis Smajic, bosnio herido mientras jugaba al fútbol en Sarajevo; Sokheurm Man, que perdió una pierna en Camboya mientras iba al colegio; Mónica Paola Ardila, herida por una mina en el municipio colombiano de San Pablo cuando regresaba de la escuela; y Joaquina Natchilombo, mutilada por la explosión de una mina que mató a su hija y a su hermana, ambas adolescentes.   

Cada toma fotográfica de Gervasio Sánchez descubre un relato, el de Sofía, Medy, Mónica Paola… son historias que, gracias a la fuerza de las imágenes, cobran tal fuerza que logran permanecer en la retina del visitante. Muestran el camino que estas personas han tenido que recorrer con las heridas físicas que mantienen en sus cuerpos y las consecuencias de las mismas en sus vidas diarias. Aun así, han sabido adaptarse, reconstruir sus vidas y conseguir en la medida de lo posible sus proyectos de futuro. L'ETNO lleva desde 1998 unido a este proyecto; ese año se expuso la primera edición de la muestra, que regresó al museo en el año 2008 y que ahora vuelve para hacer un recorrido por sus 25 años de historia.

Gervasio Sánchez

Gervasio Sánchez lleva trabajando con víctimas de esta lacra desde septiembre de 1995. En 1997, 2002 y 2007 presentó diferentes versiones de este proyecto que recorren la mayor parte de su vida profesional. ‘Vidas minadas’ surge hace más de 30 años mediante un encargo realizado por una revista del corazón que le permitió viajar a Angola y descubrir el mundo del horror y el dolor. La guerra había concluido, pero cada día se multiplicaba el número de víctimas por las explosiones de minas antipersona que los diferentes ejércitos habían plantado en las zonas desalojadas por los combates, y donde los desplazados regresaban para reiniciar sus vidas como campesinos. 

Sánchez nació en Córdoba en agosto de 1959 y se licenció en la rama de Periodismo de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Autónoma de Barcelona. Desde entonces ha trabajado como periodista independiente para diferentes diarios y revistas, especializándose en conflictos armados. Desde 1987 mantiene una estrecha relación con el diario Heraldo de Aragón. 

Desde 1984 hasta 1992 cubrió la mayor parte de los conflictos armados habidos en Latinoamérica. Ha trabajado como enviado especial de Heraldo de Aragón tanto en la guerra del Golfo de 1991 como en los distintos conflictos armados en la antigua Yugoslavia, África, Asia y Latinoamérica. Dirige desde 2001 el Seminario de Fotografía y Periodismo que organiza la Fundación Santa Maria de Albarracín. Es presidente de honor de la Asociación Fotográfica Cordobesa (AFOCO) desde 2021 y maestro de la Fundación Gabo (Gabriel García Márquez).

Desde que en 1984 apareció su primera publicación sobre el cerco de Sarajevo, Gervasio Sánchez ha publicado numerosos libros de fotografías -editados por la Editorial BLUME- sobre las víctimas y desaparecidos de conflictos de los cinco continentes producidos en el último tercio del siglo XX. Un legado fotográfico que nos habla de un horror que no debemos olvidar. 

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