El legado pictórico de Pablo Picasso (Málaga, 1991) aterriza en la Fundación Bancaja de València con “Picasso y la modelo. El perfil de Jacqueline”, una muestra comisionada por Laura Campos Vicent y Fernando Castro Flórez. Se trata de una nueva exposición que inaugura la programación del segundo semestre del año en este recinto artístico y cultural ubicado en el número 23 de la plaza Tetuán y que se podrá visitar hasta el próximo 2 de marzo de 2025.
En concreto, esta exhibición de la obra de Picasso hace un recorrido por las composiciones que el artista creó durante sus últimos 20 años de vida y que se materializaron a caballo entre las residencias y talleres de La Californie en Cannes y Mougins, en la población francesa de Notre-Dame-de-Vie). Dos décadas en las que el artista convivió con Jacqueline Roque, su última mujer, quien además se convirtió en la última musa que pintó Picasso desde que la conociera en 1952 hasta su muerte en 1973.
“Con esta exposición, València entra en el circuito de las grandes ciudades picassianas como Barcelona y Málaga”, ha manifestado Rafael Alcón, presidente de la Fundación Bancaja. Y es que la entidad busca situar a la capital valenciana como una “ciudad picassiana” y crear así “un corredor mediterráneo desde Barcelona, hasta Málaga pasando por València” para realzar la obra y legado artístico de uno de los grandes pintores de la historia.
En total, son más de 250 las obras que conforman la muestra procedentes tanto de la colección de la Fundación Bancaja como de otras pinacotecas como el Museo Picasso de Barcelona, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Galería Guillermo de Osma, el Museo Picasso de Málaga o ABANCA. A través de óleos, grabados, libros ilustrados y fotografías, el visitante podrá descubrir la relación que tuvieron Picasso y su esposa y cómo esta influyó en la producción más tardía, pero también más prolífica del artista.
Una figura, la de Jacqueline Roque, que se representa en la muestra a través de 164 retratos, pero de quien el visitante conocerá únicamente su perfil, ya que estos muestran “el miedo a la muerte que tenía Picasso y su obsesión por las cerámicas griegas en las que todos los elementos humanos se representaban de perfil “y los que están de frente, como la gorgona y Dionisio,” es porque aluden a la muerte. “Esta exposición muestra la relación entre la vida y el arte y aunque parezca que está llena de felicidad y color, representa la aplacable llegada de la senectud y la mortandad”, ha explicado el comisario Fernando Castro Flórez.
“Reinvindicar la figura de Jacqueline”
Aunque Jacqueline es la figura central en torno a la que gira el hilo temático de la exposición su representación gráfica en los cuadros y grabados trasciende los lienzos y busca visibilizar su figura como colaboradora durante la última etapa del artista. “Jacqueline fue una mujer denostada porque se la veía como una tirana que maltrataba a todo el entorno de Picasso, pero lo que trataba de evitar era que el pintor estuviera rodeado de aduladores por interés. Con ello lo que hacía era preservar su tiempo de trabajo y por eso le ayudaba, colaboraba en las obras y ordenaba los grabados”, expone Castro.
Es por este motivo que entre las obras y dibujos del pintor se incluyen fotografías tomadas por Edward Quinn y David Douglas Duncan, quienes a través de sus cámaras retrataron durante sus 20 años de relación a la pareja en sus lugares de creación. “En las fotografías se puede ver a Jacqueline en el estudio junto a Picasso, ayudándole en sus obras, sosteniendo las planchas, ordenando los grabados o posando para él”, finaliza el comisario.
El Picasso grabador
Pablo Picasso fue pintor, poeta, escritor y también grabador. Precisamente, esta última faceta de creador de grabados es una de las que sale a la luz en esta muestra. Así, su obra como grabador está presente en la exposiciómn con obras de la “Suite 347” y la “Suite 156” junto con linóleos y una decena de libros ilustrados por el artista entre los que se encuentran “Carnet de La Californie”, “Le Carmen des Carmen” y “Les Dames de Mougins”.
Toda esta colección gráfica de Picasso que se exhibe ahora proviene de los fondos de la Fundación Bancaja, una de las más completas e importantes a nivel mundial: desde grabados, estampas, libros iluestrados hasta linograbados como aquellos dedicados a Jacqueline que realizó en el año 1963.