Después de diversas entregas sin demasiada historia, la franquicia Spider-Man de los estudios Marvel resurge de nuevo con un aire más fresco y juvenil gracias a un Peter Parker (Tom Holland) adolescente y en edad escolar, rodeado de compañeros de clase, y atraído por una chica del instituto a quien quiere llevar al baile del final de curso.
Parker asume su nuevo rol de Spider-Man como un juego, grabándose con su móvil cuando participa en acción de los Vengadores. Parker actuará como un aprendiz de superhéroe, tentando los límites, con entuertos fuera de clase y de casa, a las espaldas de su tía (Marisa Tomei) o de su compañero de estudios, los cuales ignoran su nueva doble identidad cuando se enfunda el ajustado vestido arácnido con poderes especiales.
Un retrato muy cercano a una problemática generacional, con este Parker como un chaval tan deseoso de nuevas aventuras y de actuar por libre y muy reticente a las responsabilidades, empujado en busca de una cierta notoriedad, desarrollando su ego juvenil. Su inmadurez y inexperiencia hace que esté tutelado por Tony Stark (Robert Downey Jr.), su jefe, el que le saca las castañas del fuego, que actúa como mentor o, incluso, como padre adoptivo con buenos consejos.
El principal conflicto de la trama es combatir a Buitre (Michael Keaton), el malo de la función, después de fabricar armamento destructivo aprovechando tecnología robada, un Buitre que se transforma en un pájaro de metal y fuego, y que nos retrotrae de alguna manera al personaje de superhéroe del mismo Keaton a "Birdman" de Iñárritu. En esta rivalidad entre el joven hombre-araña y este nuevo enemigo, un oportuno giro de guión que afecta a la relación de Parker con la chica que le gusta, da un imprevisto cariz al enfrentamiento.
Prevalece el enfoque de comedia, con un tono ligero y distendido, lleno de guiños de ojo a personajes del universo Marvel, como el capitán América, y con margen para las bromas, ocurrencias y un cierto ingenio. Una mirada que se sitúa lejos del dramatismo o la épica que impregna otros relatos de superhéroes, echando así los traumas y trastornos de todo tipo que han abrumado a los superhéroes de nuestros tiempos, convirtiéndose así en un perfecto pasatiempo veraniego, muy refrescante y efervescente.