Russafa Escènica – Festival de Tardor consigue un incremento de espectadores, de ‘sold out’, de funciones y de artistas en 2024

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Equipo de Russafa Escènica
Equipo de Russafa Escènica

Russafa Escènica – Festival de Tardor organizó su XIV edición a lo largo de 12 meses bajo el lema ‘Hasta aquí llegará el mar’. El que no se imaginaba, era que iba a llegar tan lejos. 

Esta iniciativa privada - con apoyo de varias instituciones públicas y privadas – trata desde 2010 de impulsar la escena valenciana y a los creadores emergentes. Y este año se ha encontrado con la mayor oleada de aceptación de su trayectoria. 

La respuesta del público a la programación escénica ha crecido superando los 5.300 espectadores y participantes en sus actividades. Esto suma 5 puntos respecto a 2023. Además, se ha incrementado un 55% las veces que (con una gran sonrisa) han colgado el cartel de ‘sold out’ en la selección de piezas breves (Viveros) y largas (Bosques) programadas.

“Estamos muy contentos de haber conseguido más de un 81% de ocupación media. Hay que pensar que hay funciones de jueves a domingo, algunas a las 18:15h, un horario más complicado de compaginar con la vida laboral y personal. Aun así, se han llenado los pases y los artistas han tenido la ocasión de mostrar su trabajo tanto a espectadores como programadores venidos de la Comunidad y otras partes del Estado”, ha comentado Jerónimo Cornelles, muy satisfecho por el impacto en la vida cultural valenciana del festival a lo largo de las últimas dos semanas, con una serie de actividades formativas (cursos de escritura e interpretación, lecturas dramatizadas, encuentros con profesionales...). 

Especialmente significativa ha sido la respuesta del público en los Bosques, piezas de larga duración. Sobre todo en las cuatro coproducidas por el festival, el teatro (público o privado) donde se ha representado y la compañía creadora, como ha sido el caso de Yo soy 451, de La Teta Calva; Valparaíso (cuatro días, cuatro noches), de La Portuaria; Híbrit, de Begoña Tena; y Cosica, de Marta García, que han agotado las entradas prácticamente todos los días.

“Hemos tenido la suerte de ayudar a meter de pie espectáculos que demuestran el nivel de los creadores valencianos, su diversidad y capacidad de conectar con el público. Estamos viviendo un momento muy dulce en cuanto a la calidad de nuestra escena. Es hora de apoyar a los artistas para llevar a cabo sus proyectos, de situar València al nivel de regiones escénicamente tan potentes como Madrid, Cataluña o País Vasco porque está más que claro que tenemos la materia prima”, explica Cornelles, satisfecho del papel que hace Russafa Escènica – Festival de Tardor, dentro de sus posibilidades, en la dinamización del sector. Una tarea para la que reclama una mayor implicación a largo plazo por parte de las instituciones. 

“Somos un festival estratégico, estamos dando oportunidades laborales y visibilidad a artistas emergentes que serán el futuro de las artes escénicas valencianas. Es una responsabilidad que asumimos desde el ámbito privado por pura convicción. Pero pedimos el mismo compromiso por parte de las instituciones, vista a la respuesta tan positiva del público y de los profesionales al festival”, recordando que este año han trabajado 100 artistas en las representaciones, un 42% que el año anterior. 

UNA PROGRAMACIÓN QUE FUNCIONA COMO ESPEJO DE LA SOCIEDAD Y DE LA ESCENA VALENCIANA CONTEMPORÁNEA

Una de las ventajas del festival es que, al nacer del propio sector, conoce las tendencias, los procesos de investigación, las problemáticas que más afectan a los trabajadores de las artes escénicas y, por extensión, a la sociedad de la que forman parte. 

Para esta edición se han recibido un centenar de propuestas de las que, con el equipo y medios previstos, se ha podido apoyar a 22 espectáculos. Una selección donde se ha dialogado con nuevas tecnologías, la interdisciplinariedad, la experimentación a nivel narrativo y estético... Pistas de la dirección hacia donde anda el siglo XXI. 

El público ha disfrutado de propuestas que hablaban de la precariedad laboral, del nuevo concepto de familia para el colectivo queer, de la necesidad de preservar la memoria individual (que no deja de ser compartida), de la carencia generacional de expectativas, de la ecoansiedad, de las dificultades de las relaciones afectivas a la sociedad contemporánea... Son algunas de las temáticas de espectáculos que nacen de la sensibilidad de creadores valencianos, pero que podrían conectar perfectamente con audiencias de prácticamente cualquier lugar. Esto se espera de la pequeña gira que harán los Viveros por los municipios acogidos en la red de distribución intermunicipal Vía Escènica, con el apoyo del SARC de la Diputación de València. Y de la posibilidad de conseguir contrataciones después del contacto de los creadores y sus espectáculos con programadores. 

EL PREMI DE DRAMATÚRGIA SGAE – RUSSAFA ESCÈNICA 2024 RECONOCE A SEQUÍA, UNA PROPUESTA QUE PLANTEA LA COLABORACIÓN POSIBLE O IMPOSIBLE ENTRE LA IA Y EL TEATRO 

Una de las piezas que ya tiene garantizada una continuidad es la ganadora del Premi de Dramatúrgia SGAE- Russafa Escènica 2024. El jurado formado por la actriz Laura Useleti, la gestora cultural Marina Díaz y la productora de Olympia Metropolitana Paula Esquembre, ha elegido entre las 10 piezas breves aquella en la que han encontrado mayor potencial para crecer como espectáculo de larga duración, pasando de los 30 a los 60 – 90 minutos. 

“Ha sido muy complicado porque había mucha diversidad, tanto a las temáticas como la propuesta escénica. Pero nos teníamos que centrar en el tema de la dramaturgia y aquí nos sorprendió muchísimo Sequía por la utilización que habían hecho de la inteligencia artificial, pidiéndole al ChatGPT que escribiera con ellas el espectáculo”, comenta el jurado. Las situaciones cómicas creadas tanto por las incongruencias de la IA como por las situaciones que atraviesan las protagonistas, las dificultades de conciliar la familia con la interpretación, la paciencia finita frente a una gran oportunidad que nunca acaba de llegar... “Era muy interesante ver si la tecnología nos puede ayudar a romper una sequía creativa, los límites de la autoría digital y analógica... son temas que están candentes en todos los ámbitos y también a las artes escénicas”, argumentan Useleti, Díaz y Esquembre, quienes dieron una mención especial al espectáculo Equilibrium por la sensibilidad de la temática tratada con diversidad de herramientas expresivas, convirtiendo la representación en una experiencia tan intelectual como sensorial y emocional. 

Las creadoras de Sequía, Wanda Bellanza, Marta Santandreu y Àgueda Llorca, son un reflejo de intérpretes que han empezado una trayectoria a las artes escénicas valencianas, pero se sienten atraídas por el formato del festival, las piezas breves representadas a espacios no convencionales (comercios, coworkings...) y la libertad investigadora, expresiva que permite su programación para mostrar nuevas facetas de sus capacidades creativas e interpretativas, buscando un nuevo impulso. Ahora podrán retomar el espectáculo con ayuda de Roberto Hoyo, quien les acompañará como tutor en el proceso de alargar la pieza. “Tenemos muchísimas ideas, descartamos tanto de material durante el proceso y tenemos tanta curiosidad para continuar colaborando con la IA para ver que eje de todo esto que estamos deseando empezar la ampliación del espectáculo”, aseguran las creadoras, directoras e intérpretes de esta comedia. Un trabajo para el que contarán con una dotación económica de 1000€ y una primera la lectura dramatizada en la sede valenciana de la SGAE en 2025. 

Con la entrega de este premio y una fiesta de clausura ha concluido un festival que busca nuevas fórmulas para renacer, marcando una nueva etapa. “Asumimos un trabajo innovador y pionero, que deberían hacer las instituciones y que ha supuesto un modelo replicado en otras ciudades. Pero, tras catorce años, no podemos seguir trabajando de la misma manera. Hemos pedido un soporte y ayuda concreto institucional. Estamos a la espera de respuesta y el silencio administrativo no suele ser buen augurio… Pero somos optimistas por la empatía mostrada y el reconocimiento del valor de Russafa Escènica – Festival de Tardor, tanto para el sector de las artes escénicas valencianas como para la ciudadanía”, señalan desde la organización. 

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