En 1964, el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, puso en marcha una de las mayores operaciones de imagen conocidas en nuestra historia reciente con el fin de conmemorar el final de la guerra civil y los veinticinco años de supuesta paz que los españoles venían ‘disfrutando’ desde 1939.
Nueve meses de intensa actividad cultural, religiosa, deportiva, política, militar... con los que enaltecer el desarrollo económico, insuflando esperanza y optimismo entre la ciudadanía, al tiempo que mejorar la percepción exterior de España.
La exposición “¿25 años de paz? El lavado de cara del franquismo en 1964” que podemos visitar en el MuVIM hasta el 2 de octubre reflexiona sobre esta campaña “siempre desde un análisis crítico del discurso, de los dominantes pero, igualmente, de los no hegemónicos” afirma la diputada del MuVIM, Gloria Tello.
Grandes carteles inundaron las ciudades, se organizaron festivales, concursos... pero también la radio jugó un papel crucial y es que fue un instrumento de propaganda del régimen e, igualmente, medio de comunicación de la oposición exiliada: ello explica su presencia en esta exposición.
Una radio artesanal de l’Horta
En los años treinta del siglo pasado la radio llegó a las casas poco a poco, pero fue en los años cuarenta y cincuenta cuando, gracias al avance de la tecnología, podían fabricarse con un coste menor y una mejor calidad. De esta manera su incorporación en las viviendas particulares llega a tener una repercusión comparable a la que supuso la aparición de la televisión en los años cincuenta y sesenta, aunque a menor escala.
Además de contribuir al entretenimiento de la población, la radio fue un instrumento de propaganda del régimen franquista y de difusión de valores nacional-católicos, e igualmente, fuente de información proveniente del extranjero y, en particular, medio de comunicación de la oposición exiliada: la Radio España Independiente –La Pirenaica- fue creada por el Partido Comunista de España y emitió programación entre 1941 y 1977.
En la muestra encontramos una radio que no es la habitual de la época de posguerra, se trata de una radio hecha artesanalmente, con madera de nogal y caoba cubana, al estilo de la década de los años veinte. Una radio-mueble, que como otras de este género, formaba parte del conjunto decorativo de algunas viviendas, de ahí que su caja o continente sea una pieza de madera con motivos decorativos particulares. El aparato aún funciona con válvulas termoiónicas y lleva incorporado lo que se llama el «ojo mágico», una lámpara de radio de color verde que facilita la sintonización de la emisora.
Se trata de una pieza tallada y ensamblada por Amalio Llácer Llácer (Alcàsser 1910-1988) que pretendió plasmar en una radio, el principal interés de su familia: la música. Por ello el motivo decorativo central es una lira, que junto con el resto de ornamentos, expone claramente su misión, ser una loa a la música, enaltecerla, darle su merecido valor, para que de forma plástica quede para la posteridad.
La sala de mayores dimensiones del MuVIM es el espacio que acoge una exposición tan pedagógica como “¿25 años de paz? El lavado de cara del franquismo en 1964” hasta el mes de octubre.