El ya exgerente del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (CMCV) y exdirector del Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC), José Luis Pérez Pont, ha realizado sus primeras declaraciones públicas tras ser cesado de su cargo, este martes, por el consejo rector del CMCV.
A través de un comunicado, Pérez Pont, ha lamentado la decisión con la que “se trunca abruptamente un proyecto con el que durante estos siete años y medio he desarrollado un nuevo modelo de gestión cultural pública, que va más allá de la cultura gourmet para especialistas, con el propósito de incorporar a los públicos en el disfrute del arte y las expresiones culturales de nuestro tiempo”.
Un modelo innovador que ha conseguido atraer a unas 400.000 personas en 2023, la mayoría de ellas jóvenes, a un espacio cultural que había perdido su atractivo, no solo con sus exposiciones de artistas locales, nacionales e internacionales, sino también con su agenda de actividades dirigidas a todos los públicos.
Por otro lado, Pérez Pont ha apuntado directamente al vicepresidente primero y conseller de Cultura y Deporte, Vicente Barrera, de realizar filtraciones "a traición" a la prensa que “atacan mi profesionalidad y mi honorabilidad”. “En ningún momento, en estos cuatro meses, se me ha planteado ninguna de las cuestiones que hoy han sido utilizadas como excusas para el cese. No ha habido ningún diálogo sincero conmigo desde el equipo de la vicepresidencia, sino en todo caso palabras de reconocimiento y felicitación mientras se preparaba este ataque, que es un golpe al modelo de gestión profesional, independiente y en libertad de la cultura”, ha denunciado. En este sentido, estudiará emprender acciones legales al respecto.
“He trabajado y seguiré trabajando por la democratización y la accesibilidad del arte y la cultura, porque solo desde el amor somos capaces de transformar la realidad. Los políticos están de paso, los profesionales hemos venido para quedarnos”, finaliza el comunicado.
Comunicado de José Luis Pérez Pont
En abril de 2016 fui seleccionado a través de una convocatoria pública para dirigir el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana y el Centre del Carme.
Me encontré con una institución atrófica tanto en su gestión económica y administrativa, como carente de misión en lo que respecta a lo artístico y cultural.
Tras cinco años, mi contrato se renovó en 2021, conforme a lo establecido en la convocatoria, habiendo sido previamente evaluados los objetivos logrados y presentando un nuevo proyecto de gestión para el periodo 2021-2026.
Hoy se trunca abruptamente un proyecto con el que durante estos siete años y medio he desarrollado un nuevo modelo de gestión cultural pública, que va más allá de la cultura gourmet para especialistas, con el propósito de incorporar a los públicos en el disfrute del arte y las expresiones culturales de nuestro tiempo. Los resultados, de sobra ya conocidos, son incontestables, por lo que no es necesario entrar aquí a detallarlos. Ha sido para mi una prioridad trabajar estrechamente con los sectores culturales del territorio y tejer redes con los agentes sociales más variados, pues defiendo y creo en la cultura que emerge de la base de la sociedad, dándole desde la institución el respaldo y la visibilidad que tanto talento merece. La agitación cultural se ha convertido en el sello que identifica esta nueva forma de hacer, traspasando fronteras y convirtiéndose en un modelo de éxito, pues apoya a los profesionales a la vez que atiende las necesidades culturales de la población de un modo innovador, inclusivo, diverso, respetuoso con las diferencias y fortalecedor de las capacidades críticas, a nivel individual y colectivo.
Llevamos décadas luchando por la aplicación de las buenas prácticas en el sector cultural, y especialmente en el ámbito de los museos e instituciones culturales, para garantizar el funcionamiento profesional de las mismas y la no injerencia partidista. Debo manifestar, alto y claro, que durante los años que he desempeñado profesionalmente mis funciones con el gobierno anterior he trabajado con libertad, independencia y sin injerencias políticas, algo que en la actualidad comenzaba a no suceder.
Lamento profundamente tener que vivir este ataque tan injusto a mi honorabilidad y a mi profesionalidad, y lamento que el Consorci de Museus y el CCCC se vean expuestos públicamente a escándalo por las personas que tienen la máxima responsabilidad sobre él, encabezados por el presidente de su Consejo General.
Se trata de un ataque innecesario, pues el Vicepresidente Primero y Conseller de Cultura y Deporte, como presidente del Consorci, tiene la prerrogativa (omitiendo lógicamente el manual de buenas prácticas) de proponer mi cese, pero en lugar de plantearlo honestamente, lo ha hecho a traición y con filtraciones a la prensa, que atacan mi profesionalidad.
Tengo que decir que en ningún momento, en estos cuatro meses, se me ha planteado ninguna de las cuestiones que hoy han sido utilizadas como excusas para el cese. No ha habido ningún diálogo sincero conmigo desde el equipo de la vicepresidencia, sino en todo caso palabras de reconocimiento y felicitación mientras se preparaba este ataque, que es un golpe al modelo de gestión profesional, independiente y en libertad de la cultura.
Por ello, en la reunión del Consejo General del Consorci de Museus, he manifestado mi disconformidad con el cese en los términos en los que se ha planteado, y que me reservo el derecho de emprender las acciones legales oportunas.
Al final, lo importante es el trabajo realizado durante estos últimos 7 años y medio, en la promoción del arte contemporáneo valenciano, en la dinamización de los espacios museísticos del Consorci de Museus, con el CCCC como buque insignia, en el apoyo a artistas emergentes y en el desarrollo de proyectos artísticos diversos, inclusivos y transformadores. Un trabajo que es ampliamente reconocido por todo el sector cultural valenciano y también a nivel nacional e internacional.
He trabajado y seguiré trabajando por la democratización y la accesibilidad del arte y la cultura, porque solo desde el amor somos capaces de transformar la realidad. Los políticos están de paso, los profesionales hemos venido para quedarnos.