Pablo Carreiro: "en cada página te hablo de algún aspecto diferente de la cultura japonesa, el manga o la ciudad de Tokio"

Pablo Carreiro visita mañana València para presentar su nuevo cómic Ukiyo.

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Portada del libro UKIYO! del autor Pablo Carreiro.
Portada del libro UKIYO! del autor Pablo Carreiro.

¿Cómo surge este nuevo cómic “Ukiyo!”?

Llevaba tiempo con ganas de hacer algo sobre Japón, lo que no tenía muy claro era la forma en la que quería expresarme. Descarté crear un blog con mucho texto porque lo mío no son las palabras y también algo más visual con solo fotografías porque mi colección de fotos durante mis viajes a Tokio consideré que no estaba a la altura.

Un buen día me vino a luz, lo mío es el cómic y convertir todo eso que quiero contar en piezas visuales en las que hablo del tema muy “en plan de andar por casa”, conmigo como narrador, es la forma más sincera de rendir homenaje al japonismo. Repito el formato de tira autoconclusiva, con el que trabajo en mis obras anteriores, y en cada página te hablo de algún aspecto diferente de la cultura japonesa, el manga o la ciudad de Tokio.

¿Qué sorprende más al lector de estas nuevas tiras sobre la cultura japonesa?

Es muy divertido porque a cada lector le llama la atención cosas diferentes y me encanta que después de leérselo me escriban compartiendo sus impresiones. Hay un festival sobre el que hablo sorprende a muchos, el “Kanamara Matsuri”. En él se venera la figura del pene. Muy chisposo todo. Para mí es un éxito que el cómic lo esté leyendo gente a la que no le interesa especialmente la cultura japonesa y, gracia a “Ukiyo!”, se estén acercando a este universo.

En este nuevo cómic, vemos la presencia de los derechos LGTBQ+. ¿Cómo ves a la cultura nipona de comprometida en los derechos del colectivo?

Queda mucho camino por recorrer en cuanto a derechos del colectivo Lgtbq+ en Japón. El matrimonio entre personas del mismo sexo solo es válido en ciertas regiones , pero a nivel simbólico, sin apenas cobertura legal que lo equipare al de parejas heterosexuales. Por otra parte, es obligatorio someterse a una esterilización y a una cirugía de reasignación genital para poder cambiar de sexo en el registro. Otro problema al que se enfrenta el colectivo es la invisibilidad. En una sociedad tan global en la que el grupo prima sobre el individuo, cualquier desvío de la norma se silencia para preservar la “armonía”. Lo que sí que es cierto es que allá apenas hay agresiones homófobas ni “bullying” físico. Hablamos de un país con cuotas de violencia bajo mínimos. En los últimos años el colectivo ha ido cogiendo más fuerza. Cuentan con su propia celebración del orgullo y una presencia activa para, confío en que será pronto, equiparar sus derechos al resto de la población.

Sailor Moon o Freddie Mercury tienen un gran peso en la obra. ¿Qué representan para ti y qué crees que han aportado al mundo?

Crecí con Sailor Moon y a día de hoy las “preciosas marineras” me siguen acompañando (Si es que soy de subirme a un tren y no bajarme). De todas las cosas que podría destacarte sobre este título me quedo con el carisma de sus cinco protagonistas. Descritas y retratadas con mucha humanidad, es imposible no empatizar con ellas, sentirte identificado y tener una favorita; la mías es venus. Además, “Sailor Moon” resultó revolucionaria a la hora de incorporar personajes Lgtbq+ en sus tramas con total naturalidad. Los niños de los ochenta crecimos con poca representación del colectivo, ver en este título una pareja de gays, lesbianas o una familia homoparental con total normalidad y sin que esto fuese un aspecto central de la trama fue todo un lujo. La pareja lésbica formada por Sailor Neptuno y Urano es una de las relaciones más sólidas y reales que he visto en ficción.

Pocas cosas molan más que Freddie Mercury. Mas allá de su legado musical con Queen y en solitario, él se ha convertido en leyenda. Un sentido del espectáculo impresionante y un personaje entrañable con sus luces y sombras. Siempre que leo sobre él o dibujo escuchando sus canciones fantaseo con haber sido su amigo, lo habríamos pasado tan bien. Él, como yo, era un gran admirador de Japón y su cultura. Estuvo muy unido a este país de diferentes formas y su tira en “Ukiyo!” es más que merecida.

¿Qué tenemos en común con la cultura japonesa y qué es en lo que menos nos parecemos?

Pues así de pronto se me ocurre que tanto España como Japón son países muy hospitalarios con el turista extranjero. La sociedad japonesa es muy hermética a la hora de incluir forasteros en su “familia” pero como turista la comunidad te recibe y abraza. El hecho de no tener ni idea de japonés nunca ha sido un problema en mis visitas, siempre han tenido la voluntad de entenderme y hacerse entender. Además, también tenemos en común una riqueza gastronómica maravillosa.

Diferencias, pues muchísimas. Nosotros somos infinitamente más individualistas y estamos a años luz de su respeto por las normas. Y otra cosa que, como melómano quiero destacar, es que en Japón se siguen vendiendo discos en formato físico a mansalva. La industria musical continúa siendo un gigante a pesar de la piratería, el “streaming” y otros gigantes que aquí la han hecho tambalearse.

Llegas a Valencia pero ya has visitado otras ciudades en este Tour. ¿Cuál está siendo la respuesta del público?

La gira de presentación de “Ukiyo!” ya lleva un par de fechas encima y está siendo un viaje fabuloso. Es muy emocionante regresar a ciudad en las que ya me conocen por “Chico!”, mi anterior trabajo, y reencontrarme con caras viejas y otras nuevas. Me dicen mucho que les sorprende el giro didáctico que he tomado mas allá de contar historias. Quizás de todas estas paradas la más especial ha sido regresar al colegio donde estudié para celebrar un coloquio con los niños. No les hablé, específicamente de “Ukiyo!” sino de la profesión de ilustrador, un recorrido por mis obras y el diseño de personajes. Para mí fue muy emocionante poder dar la charla a la que de pequeño me hubiese encantado haber ido para ver que es posible “vivir de los dibujos”, algo que en esos años me parecía muy lejano. Confío en haber podido sembrar esa ilusión en alguno de ellos y que, en unos años, seamos “colegas”.

La última vez que viniste a València, nos trajiste la Exposición Viva Spice. ¿Cómo fue la respuesta del público con el paso del tiempo?

“Viva Spice” me da muchas alegrías allá por donde va. Si es que las Spice son todo un ícono del positivismo así que no es de extrañar que todo lo empapen de buenrollismo.  “Viva Spice” me ha permitido acercarme a otros fans como yo que aparecen hasta debajo de las piedras. Además, ha sido lujo acercar la banda un público que o bien no las conocía o tenían una imagen diferente de ellas. Pensar en ellas como un “producto de marketing” es una visión simplona. Algo mágico y, sobre todo real, deben de tener cuando tras tantos años no nos hayamos podido olvidar de ellas. Una madre me contó que su hija descubrió el grupo, gracias a la expo, y ahora le pedía que se las pusiera todos los días. Misión cumplida total. ¡Ojalá algún día me nombren embajador spice!

Como fan de las Spice, y pese a los rumores. ¿Esperas una nueva gira para el 2023?

Que hagan lo que quieran mientras sea con ganas. Verlas en los escenarios en 2019 fue fabuloso. No eran cinco chicas alocadas con la ambición de comerse el mundo sino cuatro señoras con ganas de pasarlo bien. Creo que esta fue la clave de que esta reunión funcionase tan bien incluso sin Victoria. Ahora reunirlas de nuevo tiene que ser complicado. Teniendo en cuenta lo que me cuesta poner de acuerdo a mis amigas de Vigo para salir un día a cenar, no quiero ni imaginar lo complicado que tiene que ser juntar a las Spice. Sea para lo que sea allí estaremos. Siempre hay ganas de nuevas aventuras en el “Spiceworld”.

¿Cuales serán tus próximos proyectos?

Voy a decir una frase muy típica de estrellita pop, ahí va: “Tengo un proyecto secreto en el que estoy trabajando pero aún no me dejan contar mucho sobre el tema”. Siento quedar de misterioso, pronto podré compartirlo. Antes de que acabe el año quiero lanzar una nueva entrega (ya van tres) de “Chico!”, mi cómic en el que cuento las cotidianeces de un muchacho corriente en la que me planteo dar un salto en el tiempo hacia atrás y llevar sus personajes de vuelta al colegio. Además, tras “visitar” Japón y su cultura, fantaseo mucho con hacer algo similar con mi tierra, Galicia, y hacer un cómic con bien de poderes mágicos y luchadores uniformados. Esta cabecita mía nunca descansa.

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