Cultura

‘Nínive’, un relato sobre la resistencia de las personas o del propio teatro, llega al Rialto

Guada Sáez firma esta obra inspirada en la historia de su abuelo y en la que todas y todos podemos vernos reflejados de una forma u otra

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Lectura dramatizada de 'Nínive' (Tato Baeza), de Guada Sáez

Intentarlo, naufragar, resistir, fallar, sobrevivir. Son algunas de las cuestiones que aborda ‘Nínive’, la obra ganadora del XIV Premio de Textos Teatrales Jesús Domínguez de la Diputación de Huelva, con la que su autora, Guada Sáez, relata la historia de su abuelo, que estuvo a la deriva siete horas cuando su barco fue bombardeado en la Guerra Civil. Una historia que, como ella misma cuenta, podría ser un paralelismo con la actual situación del teatro - y de la cultura-, y que ultima detalles para su puesta en escena en el Teatro Rialto de València. 

Del 24 al 27 de octubre a las 19:00 horas se podrá descubrir esta propuesta de teatro de texto. “‘Nínive’ es una historia de rendiciones, una historia de cobardía y de naufragios. También es un barco en medio del mar Mediterráneo, una ciudad de Irak y la receta de unas natillas. Es mi abuelo y soy yo, su historia y la mía. Y la de un primo guardia civil y una prima con la que hace tiempo que no hablo, la de mi amiga yogui, la de una enfermera en turno de noche, la de mi madre, mi abuela, mi bisabuelo y la de Franco, sí. Pero Franco Battiato, el cantante”, señala Sáez para su sinopsis. Hablamos con la alicantina en medio de uno de sus ensayos para conocer cómo se prepara para el estreno. 

¿Cómo ha sido el proceso creativo de ‘Nínive’?

Comienza con una residencia de autoría del taller ‘Contaminante’ que hicimos varios autores de diferentes partes del Mediterráneo gracias a diferentes organismos. Nos pidieron que el punto de partida de nuestros textos fuese el Mediterráneo y, pensando en ello, recordé que mi abuelo tuvo un naufragio durante la Guerra Civil y cómo aguantó siete horas flotando en el mar. Pensé que era buena idea dar forma a esta historia y de ahí lo presenté a varios premios. Gané el Jesús Domínguez contra todo pronóstico, porque la verdad es que no estamos acostumbrados a ello. 

Ganó por unanimidad entre más de 60 obras… ¿Falta apoyo institucional al teatro?

Nunca hay suficiente apoyo a la creación de cualquier tipo, y no es de ahora, es algo endémico, siempre hemos vivido esta situación. De alguna forma existe un paralelismo entre la historia de mi abuelo con sus siete horas naufragando en el Mediterráneo y la situación de una compañía como pueda ser la mía - La familia política-, o de un compañero o compañera que decida dedicarse profesionalmente a esto y tenga que sobrevivir. 

Entrega del Premio Jesús Domínguez a Guada Sáez

¿Qué tipo de ayuda necesitáis desde las administraciones?

Hay que tener una política cultural fuerte y darle a la cultura el valor que tiene, apostar por compañías, creadores y creadoras que tienen un proyecto, permitir con financiación que se trabaje en unas condiciones laborales lo más dignas posibles, trabajar para evitar que nos vayamos precarizando cada vez más. Es cierto que en esta pieza he tenido mucho apoyo y la realidad actual de la creación es compleja. En este caso he tenido el apoyo, desde el principio, de Mónica Pérez, de la Muestra de Autores Contemporáneos de Alicante, que es quien me anima a presentarlo a la muestra y a estrenarlo en el Rialto. 

Entonces, ¿ha sido difícil ponerlo en escena?

No es nada fácil, sobre todo porque a día de hoy seguimos esperando la resolución de la convocatoria de ayudas de producción del Institut Valencià de Cultura (IVC) del año 2024. Estamos produciendo sin saber qué dinero tenemos. Puede salir bien, que significa que podamos pagarlo todo, o que salga mal y eso implique que no podamos pagarlo y como compañía tengamos que recurrir a una deuda. La inmensa mayoría de nosotros vivimos en estos márgenes. Cuando le preguntas a alguien del sector por qué hace esto, nunca tiene una respuesta. Te encuentras con gente maravillosa como la Sala L’Horta que nos deja ensayar gratuitamente, profesionales de otras compañías… pero siempre tienes los bancos donde vas a morir, estamos en la cuerda floja.

¿Cómo valoras el equipo artístico?

Es familia elegida. Somos un equipo amplio, son casa, esas personas que sabes que siempre están. En la dirección está Kika Garcelán, como intérpretes Mertxe Aguilar, Pau Gregori y Sandra Sasera; Pau Gregori y Jorge Valle están en la creación del espacio sonoro: Franco Battiato en la composición de la canción; Juan Serra y Mundi Gómez en iluminación; Santiago Ribelles con coreografía; Lola Domingo en la producción… Y no solo están, sino que entienden la realidad de la compañía y tienen paciencia. Además, tenemos la suerte de contar con personas externas que también están ahí, como Patricia Pardo, Xesca Salvà o Diego Sánchez. En la cultura estamos en el suma-resta todo el rato. 

imagen nnive

¿Debe ver la juventud ‘Nínive'?

Yo creo que es para todo el mundo. Aunque sea la historia de mi abuelo, es la historia de todas esas generaciones que nos han contado esa idea de resistir contra todo, de la necesidad de aguantar, de flotar en el mediterráneo, de por qué yo me mantengo empeñada en seguir creando… y creo que todo el mundo puede sentirse identificado con esa sensación de cansancio y resistencia. Y más ahora cuando parece que se lanzan mensajes sobre que todo depende de ti, porque a veces es más complicado y no podemos llegar a todo siempre. 

¿Por qué hay que verla?

Creo que es necesario ir al Rialto a ver ‘Nínive’ como ir a cualquier sala a ver una obra de teatro, porque es un acto comunitario y asambleario maravilloso, porque construyes una memoria colectiva, te conectas con otros, y porque el mundo debería ir en esa línea de sostenernos entre todos. El teatro por precariedad sistémica o por cabezonería de los creadores y creadoras tiene mucho de familia, de sostenernos y aguantarnos entre todos. Y en ese momento estamos no solo en el Rialto, sino en Sala l’Horta, Inestable, Escalante…