El Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (MuVIM) presenta al público la primera exposición retrospectiva de Manolo Millares en València. Un monográfico que se podrá descubrir desde este miércoles 18 de septiembre hasta el 1 de diciembre y que es fruto de la colaboración entre el museo de la Diputació de València, la Fundación Antonio Pérez de la Diputación de Cuenca y la propia familia del artista.
La Sala Parpalló del MuVIM ha acogido hoy la presentación de la muestra de la mano del diputado de Cultura, Paco Teruel; el director del centro, Rafa Company; el jefe de exposiciones, Amador Griñó; el director de la Fundación Antonio Pérez de Cuenca, Jesús Carrascosa; y el comisario de la exposición, Alfonso de la Torre, que han coincidido en poner en valor la importancia de contar con esta selección de obras de Millares no solo en la capital del Túria, sino en toda la Comunitat Valenciana.
Así, ‘Manolo Millares. Circa los cincuenta (Buscando la dimensión perdida)’, trae a València una selección de pinturas prácticamente inéditas del pintor canario que “dejan con la boca abierta al público” del centro conquense, donde se encuentra la mayor colección del artista, según ha señalado el propio Carrascosa.
Una oportunidad para descubrir desde sus creaciones más tempranas e inspiradas en grandes maestros, hasta las obras que lo convirtieron en uno de los artistas más renovadores del arte plástico. Pinturas, muros, pictografías, sus primeras arpilleras y también las más conocidas conforman esta exposición.
Una retrospectiva del artista
‘Manolo Millares. Circa los cincuenta (Buscando la dimensión perdida)’. Bajo este título, el MuVIM expone un conjunto de 26 pinturas prácticamente inéditas del artista, desde su mítico autorretrato ‘Fou Mad’ (1950) pasando por una cuidada selección de sus obras tempranas de los cincuenta: muros, pictografías y primeras arpilleras, hasta llegar a sus arpilleras más conocidas, en buena parte custodiadas por la Fundación Antonio Pérez en Cuenca. Junto a estas obras también se recogen algunas piezas fílmicas y musicales vinculados a Millares.
El comisario, Alfonso de la Torre, ha apuntado que el título de la exposición “habla del viaje de Millares desde sus primeros encuentros con las pinturas de Van Gogh, impresionistas, hacia la modernidad”. Esta muestra ha sido posible gracias a la familia de Millares y al cuidado de estas dos instituciones amigas, en esa especie de sinergia que es tan poco frecuente y tan fructífera”.
El artista estuvo desde temprano vinculado a Valencia y promovió la exposición en el Ateneo Mercantil-Instituto Iberoamericano de Valencia ‘Arte Abstracto Español. I Salón Nacional de Arte No Figurativo (1956)’, que impulsó uno de los más significativos actos previos a ‘El Paso’. Esa vinculación con la ciudad incluyó también una amistad con Manolo Gil y el grupo Parpalló y, en especial, Vicente Aguilera Cerni.
La indagación sígnica que Millares aborda a mediados de los cincuenta en las llamadas pictografías se sintetiza posteriormente, adquiriendo su obra características de un collage de materias diversas, principalmente pequeñas maderas, tejidos y elementos de origen mineral (teselas, restos cerámicos y pigmentos de aspecto arenoso).
Artista tejedor, Millares utilizaba el hilo como una forma de escritura. Buscar, indagar e ir más allá era el signo de los tiempos, eso que Millares llamó “la búsqueda de la dimensión perdida” y “esos hoyos infinitos de misterio”, en una actitud inquieta, deseosa de investigar en otros ámbitos más allá de la mera pintura.