Cultura

El Museo de Bellas Artes de Valencia amplía su colección permanente de barroco español con la incorporación de la ‘Santa Faz’ de Zurbarán

La obra ha sido adquirida por 320.000 euros por el Ministerio de Cultura para el Museo de Bellas Artes de Valencia

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La nueva obra

El Museo de Bellas Artes de Valencia (MuBAV) ha presentado este martes la obra ‘Santa Faz’, del maestro del barroco Francisco de Zurbarán (1598-1664). Se trata de un lienzo que fue adquirido el año pasado y con la que el Museo amplía su colección permanente de barroco español.

Al acto ha asistido el conseller de Educación, Cultura, Universidades y Empleo, José Antonio Rovira; la secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar; junto con el secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí Grau; la directora general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, Ángeles Albert León; y el director del Museo de Bellas Artes, Pablo González Tornel.

Tébar ha destacado en su intervención que los museos “son instituciones vivas” y ha incidido en la importancia de “apostar por el crecimiento de sus colecciones como a través de nuevas adquisiciones que enriquecen la historia del museo”.

Asimismo ha resaltado que la incorporación de este “magnífico Zurbarán” a la colección permanente del MuBAV contribuirá, además, a incrementar los visitantes que acuden a conocer los fondos del museo.

Por su parte, el director del Museo de Bellas Artes de Valencia, Pablo González Tornel, ha subrayado que la inclusión “de esta Verónica de Zurbarán refuerza el discurso sobre pintura española del barroco en el Museo, uniéndose así a Ribera, Murillo y Velázquez”. De esta forma, “maestros valencianos como Ribalta y Espinosa cuentan ahora con los mejores compañeros de viaje en el Bellas Artes”, ha incidido.

Primera ‘Santa Faz’ de Zurbarán

La nueva pintura, que ya puede visitarse en la sala dedicada a la pintura española del siglo XVII en la primera planta del centro, es un óleo sobre lienzo (101 x 78 cm) que representa el velo blanco de la Verónica en el que, según la tradición cristiana, quedó impreso el rostro de Cristo al usarlo una piadosa mujer para secar el sudor y la sangre de Jesús en una de sus caídas camino del Calvario.

El velo aparece en la pintura en forma de paño adherido con alfileres a un muro neutro, un tema sobre el que Zurbarán volvió a lo largo de toda su vida.

La ‘Santa Faz’ del Museo de Bellas Artes de València, firmada y fechada en 1631, es la primera de las realizadas por Zurbarán y se conservan cuatro réplicas muy similares en las que el retrato pictórico de Cristo aparece sobre un verdadero trampantojo textil que se presenta casi como una naturaleza muerta.

En fechas muy tardías Zurbarán realizó variaciones sobre este tipo iconográfico, como la del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, de 1658, que muestra los rasgos de Jesús apenas esbozados, o la del Museo de Bellas Artes de Bilbao, de hacia 1660, con un rostro de apariencia fantasmal y gesto de intenso sufrimiento.

El tipo iconográfico es de enorme relevancia para la definición de la imagen religiosa del barroco, pues el paño, milagrosamente imprimado con las facciones de Cristo, es el único objeto de la tradición cristiana que es, al mismo tiempo, reliquia e imagen. Por esta razón la Verónica fue fundamental durante la Contrarreforma católica, ya que su existencia avalaba el valor de la imagen artística religiosa frente a los ataques iconoclastas.

La pintura fue declarada Bien de Interés Cultural en 2020 por el Ministerio de Cultura, y se adquirió en 2024 mediante oferta de venta directa por un importe de 320.000 euros.

Francisco de Zurbarán (1598-1664)

Zurbarán fue uno de los pintores más destacados del barroco naturalista en España. Nacido en Fuente de Cantos (Badajoz) se instaló joven en Llerena, donde desarrolló su labor como pintor de caballete y de imaginería. En 1626 contrató sus primeras obras para Sevilla en las que ya dio cuenta de un crudo realismo, un uso dramático y contrastado de la luz, volúmenes trabajados de manera escultórica y una cierta ingenuidad en las composiciones. 

En 1629 Zurbarán se instaló en Sevilla y en 1634 se trasladó a Madrid para participar en la decoración del Salón de Reinos en el Palacio del Buen Retiro.

Durante las décadas de 1640 y 1650 el pintor dirigió un gran obrador en Sevilla que realizó notables conjuntos para su exportación a América y siguió surtiendo de pinturas a cenobios como la Cartuja de Jerez o el monasterio franciscano de Guadalupe.

En 1658 Zurbarán se trasladó definitivamente a Madrid y durante los últimos años de su vida su pintura se suavizó en el empleo de la luz y el color.