El Institut Valencià de Cultura ha presentado su nueva producción de danza ‘El público’, basada en la obra del mismo título de Federico García Lorca.
La dirección y la coreografía del espectáculo es de uno de los coreógrafos valencianos más internacionales, Gustavo Ramírez Sansano, distinguido como Etoile de Ballet 2000, galardonado con el Prix Dom Perignon y nombrado Chicagoans of the Year, entre otros galardones.
Gustavo Ramírez Sansano ha creado más de 45 espectáculos estrenados en escenarios de todo el mundo en compañías emblemáticas como Nederlands Dans Theater, Norrdans, National Dance Company Wales, Hubbard Street, Ballet Hispánico, Butler Ballet o la Compañía Nacional de Danza. Desde 2006 Gustavo lidera su propia compañía Proyecto Titoyaya en España.
Con esta adaptación del clásico de Lorca, Gustavo Ramírez alcanza un punto de inflexión en su carrera que le lleva a reflexionar sobre la honestidad en el trabajo y en el amor. En esta obra, considerada una de las más importantes del siglo XX, el poeta granadino se desprendió de las máscaras y habló de sí mismo como minoría por su condición homosexual.
El coreógrafo alicantino expone estas inquietudes en su baile, que es un canto a la libertad desde la coerción que ejercen los espectadores, tanto desde el teatro como desde la calle.
El Institut Valencià de Cultura, a través de la Dirección Adjunta de Artes Escénicas, se configura como un centro de creación de teatro y danza de autores valencianos, tanto jóvenes como consolidados. En esta ocasión, el IVC ha encargado a Gustavo Ramírez Sansano la creación de una obra basada en ‘El público’ de Lorca, creada y ensayada enteramente en Alicante según la línea de producciones públicas desarrollada en los diversos territorios.
Completa la programación del día la creadora Marina Mascarell con su montaje ‘Orthopedia Corporatio’, programado en la Sala Matilde Salvador. La heterogeneidad es el eje vertebrador de esta nueva creación de la coreógrafa que vive en los Países Bajos. En escena, cinco intérpretes de 22 a 54 años, de trayectorias, culturas y nacionalidades diferentes, interactúan y se fusionan. Los cuerpos de este grupo ecléctico de bailarines protagonizan la resistencia, el hecho de luchar para no ser domesticados y estandarizados, en un viaje en el que el sonido se muestra como una extensión del cuerpo.
Por problemas de salud, la compañía de Rocío Molina, que debía presentar en el Rialto ‘Inicio (Uno)’, se sustituirá por ‘Al Fondo Riela (Lo otro del Uno)’, segunda entrega del tríptico dedicado por la ‘bailaora’ a la esencia del flamenco. Danza farruca, seguidillas, bulerías y soleà se sucederán en el escenario en una lucha incesante contra su propia imagen. La Premio Nacional de Danza 2010 se enfrenta a dos guitarras, “la que me acompaña desde el escenario es mi ego, y dos guitarras completamente diferentes: Eduardo Trassierra es armonía y complejidad técnica; Yerai Cortés es todo intuición y naturalidad”, ha concretado la artista reconocida con el León de Plata de la danza 2022 de la Bienal de Venecia.
Por último, Colectivo Sin Par estrena en la Sala 7 la pieza de Lara Misó ‘No es amor’, una coreografía en que, a través de la danza contemporánea, el cuerpo explora la figura geométrica del círculo desde todas las perspectivas: espacial, corporal y compositiva. Inspirada en el trabajo de la artista japonesa Yayoi Kusama, la obra mira de cerca las diversas facetas de una obsesión en que aparece la insistencia, la repetición, la hipnosis y la liberación. ‘No es amor’ tiene, además, la singularidad de ser la primera pieza de danza realizada en un metaverso. La propuesta ha sido albergada en una realidad virtual alternativa gracias a la colaboración de la Universitat Politècnica de València y de las compañías Metric Salad y ZetaLab. Al final de la función, los asistentes podrán vivir una experiencia inmersiva con gafas de realidad virtual.