El Servicio de Investigación Prehistórica (SIP) del Museo de Prehistoria de Valencia, dependiente del área de Cultura de la Diputació, mantiene, como en años anteriores, su programa de excavaciones arqueológicas en verano. Entre los meses de julio y septiembre se han realizado las campañas correspondientes al poblado de la Edad de Bronce del Altet de Palau en la Font de la Figuera; a los poblados ibéricos de la Bastida de les Alcusses en Moixent y Pico de los Ajos en Yátova; y a los yacimientos paleolíticos de la Cueva del Puntal del Gato de Benirredrà y Cueva del Bolomor de Tavernes de la Valldigna.
Se trata de excavaciones con periodicidad anual donde el Museo, a través del SIP, tiene una presencia constante en la recuperación, estudio y difusión del patrimonio arqueológico valenciano.
Según constata el diputado del área de Cultura, Xavier Rius, de quien dependen las competencias del SIP y del Museo de Prehistoria, “podemos aseverar que el interés por la arqueología va en aumento, y las campañas periódicas en las que el SIP y el Museo de Prehistoria de Valencia son claves, constituyen el puntal que refuerza el buen momento de la arqueología valenciana. No hay duda que existe un gran interés social en el acercamiento a nuestro patrimonio más antiguo”.
La Cueva del Bolomor
Hay que destacar la realización de las jornadas de difusión que se realizan puntualmente en el yacimiento y también las jornadas conmemorativas del 30 cumpleaños del inicio de las campañas de excavación, efectuadas durante el mes de mayo, organizadas por el equipo de investigación del yacimiento y por el Ayuntamiento de Tascas, con la colaboración del Museo de Prehistoria, en las cuales se reunieron un significativo grupo de especialistas en arqueología y difusión, contando con la presencia, entre otros, de Juan Luis Arsuaga, Manuel Pimentel o Miguel Ángel Oliver.La posterior campaña de excavaciones de 2019 en el yacimiento paleolítico de la Cueva del Bolomor ha sido realizada entre el 12 de agosto y el 8 de septiembre, dirigida por Josep Fernández Peris y con la participación de un equipo interdisciplinario formado por 46 arqueólogos, doctores, licenciados y estudiantes, de diferentes universidades y centros de investigación nacionales.
Los trabajos han continuado en dos sectores principales del yacimiento, denominados Oeste y Norte. El primero, con el nivel III, tiene la cronología más moderna, 120.000 años, y está formado por un depósito de travertino excavado de 6 m2. Presenta una gran cantidad de material faunístico y lítico muy procesado, que corresponde a una ocupación o campamento intenso, donde predomina la fauna consumida de tortuga, ciervo y ur.
En el sector Norte, el nivel XIII presenta una superficie de 60 m2 formada por un sedimento calcáreo muy bretxificat y espeleotemes, con una cronología superior a los 200.000 años. Se constata que la ocupación de este sector es esporádica y predomina la fauna consumida de ciervo, gamo y ur.
Los dos niveles excavados corresponden a momentos cálidos del Cuaternario medio. Con un clima parecido al actual y un ecosistema dominante de una Valldigna con albuferas, marjales y línea de costa próxima.
La Bastida de les Alcusses
La campaña anual de excavaciones arqueológicas en La Bastida de les Alcusses se ha realizado entre el 15 de julio y el 3 de agosto. Durante tres semanas, los trabajos se han centrado en las viviendas ubicadas junto en la Puerta Oeste. Este sector del asentamiento, en estudio desde el año 2008, ha proporcionado resultados sorprendentes e inesperados, al constatar una compleja historia: tanto antes como después de la construcción del poblado, en el siglo IV a. C., hubieron también ocupaciones en el lugar. El objetivo inmediato es conocer las características de cada fase.El proyecto de investigación de este emblemático yacimiento, monumento Histórico-Artístico desde 1931, plantea dos preguntas que guían todos los trabajos científicos y divulgativos: ¿cómo fue la vida cotidiana durante los siglos IV y V a. C. en el valle del río Canyoles? y ¿cómo se explica la fundación y el abandono de la ciudad fortificada? Además, el proyecto examina los procesos históricos que llevaron a la consolidación de élites urbanas y los cambios en la organización social durante el primer milenio antes de Cristo.
En las excavaciones, bajo la dirección de Jaime Vives-Ferrándiz, participan una quincena de especialistas entre conservadores y becarios del Museo de Prehistoria, investigadores de universidades nacionales e internacionales, junto con otros profesionales de la arqueología y del patrimonio, además de estudiantes universitarios en formación.
El Altet de Palau
La campaña de 2019, dirigida por María Jesús de Pedro, Víctor Chaos y Mario Sanz, se ha desarrollado entre los días 8 y 26 de julio y en los trabajos han participado licenciados, graduados y estudiantes de historia y arqueología de diferentes universidades de estatales y europeas, como por ejemplo las Universidades de Valencia, Granada, Santiago, Barcelona y Roma.El Altet de Palau es uno de los yacimientos más representativos del Bronce tardío en las tierras valencianas, y su estudio nos permite conocer la vida cotidiana de una comunidad agro-pastoral ubicada dentro de un barranco de la Serra de Enguera. Defendido por una muralla y una torre en la zona de más fácil acceso, se trata de un asentamiento de 2500 m² aproximadamente, con grandes habitaciones y departamentos de almacenamiento.
Los trabajos han permitido conocer la organización interna del poblado y su urbanismo gracias a la calle existente entre las estructuras excavadas, que parece conectar dos zonas muy diferenciadas: por un lado, la zona sur/este con departamentos pequeños rectangulares -4 x 6 m-, situados a lo largo de una gran calle central y, de otra, la zona norte/oeste con grandes habitaciones superando en algún caso los 70 m². El trazado de la calle nos acerca, pues, al recorrido habitual que realizaban sus habitantes. Además, se han terminado de excavar dos grandes habitaciones en el sector norte. Con hogares enlluïdes y gran cantidad de entonces carbonitzades entre los sedimentos que la cubrían; con estructuras de barro de muy difícil conservación -todavía en proceso de estudio-, áreas de combustión y almacenamiento, y restos de enlluït que formarían parte del suelo que pisaban sus habitantes.
Los materiales son representativos de este momento cronológico, cerámicas hechas a mano –algunas decoradas- material de construcción, un punzón de bronce, etc. Hay que destacar la gran cantidad de restos óseos consumidos –como por ejemplo ciervo, caballo, jabalí- depositadas en la salida de aguas de la calle principal. El estudio de las estructuras y de los materiales nos permitirá acercarnos al modo de vida del grupo y conocer los motivos de su abandono.