El MuVIM (Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat), junto con el Museu de la Ciutat y el Ministerio de Defensa, han presentado el ciclo “La riuà 60 años después”, una propuesta museográfica conjunta que recordará como una gran crecida del río Turia llenó de agua y barro la ciudad de Valencia, así como los pueblos de alrededor. La riuà provocó 81 muertos y numerosos daños en el patrimonio valenciano, pero también significó un nuevo comienzo para la ciudad de Valencia.
Esta es la narración que se quiere transmitir a las nuevas generaciones de valencianos y valencianas, a través de la exposición “Sang, fang i silencis”, centrada en los efectos de la riuà sobre las personas damnificadas y que se exhibirá al MuVIM hasta el 14 de octubre; así como de “La vulnerabilitat del patrimoni”, que trata de analizar los efectos sobre los bienes e inmuebles de la ciudad, y que se podrá visitar al Museu de la Ciutat.
El acto inaugural ha contado con el diputado del Área de Cultura, Xavier Rius; la regidora de Cultura del Ayuntamiento de València, Glòria Tello; el coronel Juan de la Puerta, jefe del Área de Reclutamiento y encargado de la exposición por parte del Ministerio de Defensa; el director del MuVIM, Rafael Company; y los comisarios de ambas exposiciones, Joan Mateu y Juan Marco.
El diputado de Cultura se ha mostrado orgulloso del resultado de esta “muestra conjunta entre el Ministerio de Defensa, el Ayuntamiento de València y la Diputación, dedicada a la riuà que asoló la ciudad y los pueblos de alrededor. Un trabajo conjunto de tres instituciones que beneficia a la ciudadanía”. Xavier Rius ha afirmado que “60 años después a ningún valenciano o valenciana de cierta edad hay que recordarle que significa la riuà, pero, aun así, es necesario trabajar porque la historia aporte un relato coherente con los pueblos de València, con la pobreza y con las carencias económicas y de infraestructuras que sufría la ciudad”.
El coronel Juan de la Puerta, por su parte, ha explicado cómo se desarrollaron los acontecimientos: “La ciudad estaba cubierta de barro, sin agua corriente ni electricidad y con el alcantarillado abnegado. Desde el Ayuntamiento se hacía imposible el control de la ciudad y se propuso que el ejercido tomara el control. Más de 3.000 militares de todo el Estado trabajaron sin descanso para que en ocho semanas la ciudad pudiera volver a la normalidad”.
La concejala Glòria Tello ha destacado que “seis décadas después de la riuà, los valencianos todavía continuamos pidiendo un trato justo para invertir en nuestras infraestructuras y evitar problemas como este”. Tello ha remarcado la importancia de esta exposición en el hecho que “todavía quedan elementos para descubrir sobre uno de los acontecimientos más destructivos para la ciudad de València, y es necesario aportar luz sobre un hecho que significó un importante cambio en la historia reciente de nuestra cultura”.
Los comisarios de las exposiciones, Juan Marco y Joan Mateu, han destacado el hecho que “una catástrofe y sus efectos se alargan en el tiempo, marcan la vida de los damnificados y los lugares afectados, por eso son importantes muestras como estas, para dar voz a los afectados”. Este ciclo es “fruto de una larga colaboración entre las dos universidades públicas de la ciudad de Valencia que empezó en el año 1982 y que ha significado un camino enormemente fructífero”.