La Diputació expone los carteles de Renau como icono de la revolución de la imagen política y cultural de los años 30

La muestra ‘Josep Renau i el temps de les imatges’ puede visitarse en el Saló de Respecte de la corporación provincial con acceso gratuito, los sábados y domingos hasta el próximo 10 de julio

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Josep Renau i el temps de les imatges
Josep Renau i el temps de les imatges

El Saló de Respecte de la Diputació de València abre sus puertas a Josep Renau, un artista ilustre que entendió el arte como una herramienta visual más para la revolución social y política. Una selección de 70 carteles de distinta temática, desde la fiesta hasta el cine, pasando por la Segunda República y la Guerra Civil, forma el núcleo de una exposición que incorpora decenas de imágenes de portadas de libros e ilustraciones de revistas. Todo un reclamo visual de la revolución de la imagen política y cultural a la que contribuyó Renau en los años 30.

La muestra Josep Renau i el temps de les imatges, comisariada por el doctor en Historia del Arte Enric Olivares, podrá visitarse en la sede central de la Diputació hasta el próximo 10 de julio, los sábados y domingos de 10 a 14 y de 16 a 20 horas, con acceso gratuito. La corporación provincial también ofrece visitas guiadas los fines de semana y una actividad especial para grupos que puede concertarse a través de [email protected].

En palabras del presidente de la Diputació, Toni Gaspar, esta exposición monográfica “permite descubrir la producción cartelista de un valenciano profundamente comprometido con la cultura de su tiempo y con la situación política y social de unos años que marcaron la historia de todo un país”. Gaspar destaca “la capacidad renovadora y el atractivo visual de una obra que seduce y provoca, ayudándonos a entender la realidad de una época de grandes cambios desde la mirada de uno de los artistas valencianos más importantes del siglo XX”.

La producción de Josep Renau, repleta de elementos y técnicas innovadoras como el aerógrafo o el fotomontaje, “está marcada por la concepción de un arte público y profundamente social”, según explica Enric Olivares. Y así se refleja en el catálogo que acompaña a la muestra, en el que la imagen es vertebradora de cualquier tipo de discurso, bien sea festivo, político o cinematográfico.

Tres núcleos de la exposición

Los discursos de los que hablamos, que abordan las distintas etapas de Renau, sirven para establecer los núcleos de una muestra que se divide en las imágenes festivas y de promoción turística de la Valencia de los años 20 y 30; los carteles políticos y bélicos realizados durante la Segunda República; y los encargos de productoras cinematográficas con los que el artista pudo ganarse la vida durante la Guerra y especialmente en el exilio mexicano.

El cartel de la Gran Feria de Valencia de 1931 encabeza la vertiente festiva de la exposición, que coincide con la etapa art déco de Josep Renau. Un labrador valenciano a lomos de un imponente y colorido caballo toca a rebato festivo sobre un fondo de fuegos artificiales que envuelve la silueta del Micalet. Es uno de los trabajos de una etapa en la que, tras descubrir el diseño gráfico y la imagen publicitaria, Renau transforma la temática costumbrista en una modernidad cosmopolita, donde elegantes dandies y sofisticadas jóvenes peinadas a lo garçonne desafían las rígidas normas de conducta del momento.

La retórica visual de los carteles políticos y bélicos es una de las grandes aportaciones de este icono del cartelismo republicano y uno de los principales animadores del panorama cultural valenciano y español. Renau se acercó primero a las ideas anarquistas y se amparó después en el marxismo, forjando su compromiso republicano y difundiéndolo “a través de una imagen impactante, atractiva, concisa y legible, apelando más a la emotividad que a la racionalidad”, apunta el comisario de la muestra.

En 1936, Renau convirtió en icono la imagen de un campesino que sujeta en su mano diestra un fusil con bayoneta, en el que se enrosca una amenazadora serpiente, mientras porta una hoz en la siniestra. El cartel, realizado para el Ministerio de Agricultura, incluía un mensaje explícito y directo: ‘Defiende con las armas al Gobierno que te dio la tierra’. La obra sirve de ejemplo de una etapa en la que Renau utilizaba una imagen realista para apelar a la movilización patriótica, la defensa del gobierno elegido por el pueblo y la lucha contra el elemento faccioso y el quintacolumnismo.

El recorrido por la obra de Renau propuesto por la Diputació concluye con su exilio mexicano tras la derrota de los republicanos en la Guerra. Durante el conflicto bélico, el artista se centró en la promoción de películas comunistas, con un diseño influido por el constructivismo ruso. La marcha a México, un país que no conocía y en el que vivió durante casi dos décadas, le obligó a ceder al carácter comercial de estos encargos cinematográficos, pese a conservar la capacidad para transmitir mensajes claros y efectivos. De esta época, concretamente del año 45, es el cartel para la adaptación al cine de ‘La Barraca’ de Vicente Blasco Ibáñez, una producción de Inter América Films.

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