Cultura

“Cuando nadie cree en ti y ni tú mismo lo haces”. El reto y la necesidad de emprender musicalmente

Molts músics pensen a dedicar-se exclusivament a la música, però la dificultat i la por ho impedeixen en moltes ocasions, encara que l’èxit de molts projectes d’emprenedoria musical els podem veure fins i tot a peu de carrer

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557. Este número podría referirse a un Real Decreto del Gobierno, a los días que equivalen un año y medio o incluso los kilómetros que separan el Auditorio Musical de Orihuela con el mismísimo Liceu de Barcelona. Pero no, no es nada de lo anterior. 557 es el total de bandas de música -y sus respectivas escuelas- con las que cuenta la Comunitat Valenciana. 557 suena a pasodoble, a música de banda, a pasacalles, a fiestas y celebraciones, pero también a orgullo, un orgullo que viene del pasado, pero que aún tiene un largo futuro, y es que la música no corre el riesgo de desaparecer, del mismo modo que las bandas de música, que el único riesgo que corren hoy en día es el de desafinar o no desafinar en pleno concierto.

'El 50% de las bandas de música de España son valencianas'

Las 557 bandas de música que alberga la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana cuentan con un total de 40.000 músicos, 60.000 alumnos y más de 200.000 socios. De hecho, las 557 bandas de música que contiene la Comunitat Valenciana representa el 50% de todas las agrupaciones españolas. Si es que los valencianos y valencianas, cuando hacemos las cosas, o las hacemos bien o no las hacemos.

Seria cínico si afirmara que hoy en día las bandas de música y sus respectivas escuelas no se enfrentan a grandes retos, puesto que en plena pandemia en la que estamos todos estos se han multiplicado. No obstante, al margen de la pandemia que azota a todo el mundo, las bandas, las escuelas musicales, los músicos y músicas, así como la misma FSMCV hace tiempo que tienen a su disposición grandes retos que les pueden ayudar a crecer significativamente, no solo en cuanto a integrantes sino también en cuanto a calidad y su presencia en la sociedad. Uno de los retos, y el más difícil de conseguir, es el emprendimiento musical como método de motivación, superación, y hasta incluso, para sobrevivir.

'Los músicos piensan en dedicarse exclusivamente a la música, pero es difícil'

Después de preguntar a diferentes grupos de edades involucrados en la música activa así como pertenecientes a diferentes asociaciones y bandas musicales valencianas desde València hasta Almoradí pasando por Algemesí, Albalat de la Ribera, Benicull del Xúquer, Corbera, Llaurí, Xàbia, Biar y Alicante, podemos decir que desde dentro del sector musical, aquellos más jóvenes que comprenden las edades de entre 12 y 32 años, el 63,2% de los encuestados afirma haberse planteado en algún momento de su trayectoria musical el dedicarse profesional y exclusivamente a la música, frente al 36,8% restante que nunca se lo ha planteado. No obstante, si formulamos la pregunta "¿Has pensado alguna vez en montarte tu grupo de música o emprender tu proyecto musical?" sorprendentemente el porcentaje cambia hasta el punto de invertirse su resultado. De este modo, ante esta pregunta el 63,2% nunca ha pensado en llevar a cabo su proyecto musical frente al 36,8% que si que lo ha pensado.

Puede que, aunque estemos en una de las sociedades mas avanzadas hasta el momento, en pleno siglo XXI, el hecho de emprender un proyecto, un negocio o incluso un grupo de música o una formación adyacente a una banda de música aún dé vértigo y hasta incluso el escuchar, escribir o pensar en emprender nos erice la piel, notemos mariposas en el estómago o incluso nos asuste. No obstante, el hecho de emprender ha calado bastante bien en la sociedad en la que vivimos, pero para amplios sectores de la sociedad aún es imposible, y no por las ganas ni ilusión, sino por la gran capacidad económica o incluso de conocimiento del mismo mundo inversor al que uno se debe someter para llevar a cabo un proyecto de emprendimiento y que este termine siendo factible y viable, ese es el quid de la cuestión.

'El miedo y el desconocimiento a emprender hace que solo una minoría lo lleve a cabo'

Si volvemos a analizar los resultados de las encuestas llevadas a cabo entre los más jóvenes de las mismas bandas de música, es decir, quienes ayudan a sobrevivir a las mismas agrupaciones, observamos que, ante la posibilidad de emprender un proyecto personal y profesional dedicado a la música, solo dos de los encuestados responde afirmativamente al hecho de haberlo podido llevar a cabo. Dichos proyectos son la Xaranga Tot A Una y The Brassax Band, ambas iniciativas vinculadas a las agrupaciones musicales de banda tradicionales, pero con espíritu moderno, ambicioso y sobre todo con muchas ganas. La Xaranga Tot A Una, como su nombre indica es una de esas agrupaciones festeras musicales dedicadas a ambientar calles, plazas, escenarios y casales festeros de toda la Comunitat Valenciana a ritmo de pasodobles, hits musicales del momento o incluso adaptar arreglos para su interpretación. Por otra parte, The Brassax Band, una banda valenciana, formada por trompeta, saxo, trombón, bombardino, saxo barítono y batería predominando así los sonidos de viento metal arreglando canciones famosas a estos mismos instrumentos "al puro estilo americano, pero made in Corbera", nos cuenta, entre risas, uno de sus creadores, Arnau Artal.

Según los motivos dados por los mismos encuestados ante esa dificultad o imposibilidad de llevar a cabo un proyecto musical emprendedor, los principales motivos de su negativa han sido las pocas salidas laborales del sector musical, la dificultad para acceder a ayudas y la poca cultura emprendedora en la juventud, así como el desconocimiento de los agentes económicos a los que acudir para presentar ideas y proyectos y que estén dispuestos a asesorar, ayudar e invertir.

Hoy en día, ambos proyectos, que nacieron en el municipio valenciano de Corbera, han conseguido hacerse su hueco en el panorama musical valenciano, al menos en el municipal y comarcal, puesto que la misma xaranga, Tot A Una, ya firmó en 2019 y ha renovado el convenio con una falla de la misma localidad y la banda de metales The Brassax Band, a raíz de su creación durante la cuarentena, "vimos la posibilidad de no abandonar el proyecto", puesto que "los primeros datos nos sorprendieron mucho para aparcar el proyecto fruto del aburrimiento", nos confirman sus creadores.

ESCOLTA VALÈNCIA COMO IMPULSO EMPRENDEDOR

En el año 2014, la sociedad en su conjunto atravesaba una situación complicada, pues la sociedad todavía sufría los últimos coletazos de la crisis económica del 2008 y en Bankia "queríamos demostrar de manera muy clara que somos una entidad comprometida con el territorio valenciano en el que tiene su sede social y que siempre hemos apoyado al tejido asociativo valenciano", comenta Rosa Piqueras, directora comercial de la Territorial de Bankia en Valencia y Castellón.

En palabras de Piqueras, "muchos motivos nos llevaron a apostar por la música" ya que "las sociedades musicales están fuertemente implantadas por toda nuestra geografía y en todos los pueblos encontramos una o más y la práctica musical forma parte de nuestro ADN". En otras palabras, el arte es progreso, desarrollo económico y bienestar social, "tres aspectos muy arraigados en la acción de Bankia", remarca Piqueras.

Ante los posibles retos que evidencia entre otras cosas, la pandemia de la COVID-19, las necesidades de las agrupaciones y escuelas de música son muchas: acceso a la financiación, más becas en las escuelas de música, ayudas para la aplicación de las TIC, etc. "Y Bankia estará ahí, trabajando codo con codo con el sector buscando las soluciones", afirma Piqueras.

No obstante, a través del programa Bankia Escolta València con un patrocinio de un millón de euros anuales la entidad bancaria ha elaborado e implantado varios proyectos: becas destinadas al alumnado de las escuelas de música, unos premios a la música con una dotación de 200.000 euros, una acción para la recuperación del patrimonio de las sociedades musicales llamado ’Música a la Llum’, la rehabilitación de la Alqueria Julià que se convertirá en la Casa de la Música, estímulos para las orquestas de cuerda valencianas y algunos más. "Una contribución de gran calado que ha transformado el ecosistema musical valenciano" y que ante las dificultades que ven los músicos por emprender, Piqueras remarca que "son tiempos difíciles para todos, pero la música y el arte en general siempre han sido una poderosa herramienta de transformación social y de mejora de la calidad de vida de los ciudadanos hasta el punto que también representa una oportunidad de empleabilidad y de promoción social", y en lo que Bankia "estará apoyándoles". "Queremos lanzar un mensaje de optimismo y esperanza, todos juntos seguimos trabajando", insiste Piqueras.

Dejando miedos y dudas al margen, hay multitud de proyectos que actualmente "lo están petando", en términos coloquiales, y que además con su afán innovador, moderno, ganas de trabajar por y para la música y su espíritu lleno de positivismo han conseguido derribar muros y vallas, luchar contra la invisibilidad y llegar a ser, hoy en día, uno de los grupos de música referentes en el territorio valenciano que además, surgió del trabajo y la ilusión de jóvenes valencianos con ganas de emprender en el ámbito de las bandas de música.

Así pues, hablamos de La Fúmiga, el grupo revelación actual que ya ha tocado en gran cantidad de festivales, salas de concierto, etc., y que surgió esporádicamente de un sector juvenil de la Societat Musical d’Alzira. Artur Martínez, vocalista de La Fúmiga, nos cuenta como después de los ensayos semanales de la banda de música un grupo de amigos, el suyo, se reunía para hacer sus arreglos y hablar de sus ambiciones dentro del panorama musical, "y fue así como surgió La Fúmiga".

La Fúmiga en Alzira, 2020

'Nadie nos tomaba enserio, pero nosotros éramos los primeros en dudar'

La revolución festiva que caracteriza a esta agrupación valenciana va de la mano de su popularidad, la cual crece tan rápido como las visitas en su canal de YouTube. La Fúmiga que ya se ha revelado como una de las formaciones más excitantes de nuestra escena musical con un estilo contagioso y unos ritmos muy veraniegos empezó a tocar por las calles, hasta que surgió la idea de "realizar el primer Fumifest", un festival en el que el mismo grupo actuaba durante, nada mas y nada menos, que cuatro horas. El anuncio de este primer ‘festival’ "lo hicimos a través de unas redes sociales, en aquel entonces, muy pequeñas", pero sorprendentemente, al mismo acto "acudieron 400 personas, el aforo completo de la misma sala", cuenta Artur. A partir de aquí, el grupo vio la posibilidad de tomar cartas en el asunto y crecer de forma exponencial, y según Artur, "vimos que teníamos un público y creíamos que lo podíamos hacer". Y así fue como empezó la transición de La Fúmiga al pasar de las calles a los escenarios, una transición, actualmente, muy consolidada que no hace bajar de los escenarios al mismo grupo, nieva, truene llueva, o venga una pademia mundial, ya que este mismo verano, La Fúmiga organizó una serie de conciertos a lo largo del territorio valenciano con una capacidad de aforo limitado a medio millar de personas, con todas las garantías de seguridad aplicadas, consiguiendo, en todos sus bolos, colgar el cartel de "Sold Out".

'Las primeras inversiones nos daban vértigo, y para conseguir el dinero hicimos muchos conciertos'

Ante la consolidación de este mismo grupo, Artur, su cantante, confirma que los inicios de La Fúmiga, "no fueron fáciles", ya que "no se nos tomó en serio, por ser una banda formada por instrumentos de viento mayoritariamente", entonces, "no veían que podíamos hacer muchas cosas". No obstante, Artur insiste en que los primeros que no creían en el proyecto "éramos nosotros mismos", ya que "no teníamos los mecanismos necesarios para consolidar el proyecto, si sabíamos donde encontrarlos". Asimismo, ante estos inicios inciertos de uno de los grupos revelación del momento, La Fúmiga relata que lo más difícil de empezar fue "el hecho de buscar los recursos para comenzar a producir un disco", hecho que hoy en día ya es una realidad y podemos encontrar su disco 'Espremedors' en muchas tiendas de discos, en grandes plataformas, así como en grandes almacenes. "Las inversiones tan grandes que se deben hacer para emprender un proyecto, así como nuestro primer disco, nos daban vértigo, y, de hecho, lo pagamos poco a poco", comentan. Ante este miedo y pánico que pueden ver muchas bandas en sus inicios y consolidación, al tener que acceder a inversiones grandes y pagos a largo plazo, el modus operandi de La Fúmiga, se basaba en "hacer muchos conciertos para poder llegar a esas cantidades de dinero", hasta el hecho de que sus integrantes "no llegaron a cobrar ni un céntimo para hacer realidad 'Espremedors'", su primer disco que lleva casi 3,5 millones de visualizaciones acumuladas desde el lanzamiento de su primera canción "Mediterránea" en julio de 2018, todo un himno del verano valenciano y la banda sonora de muchas fiestas y celebraciones de los municipios valencianos.

'Escribimos, hablamos, cantamos, pensamos y nos relacionamos en valenciano y no tendría ningún sentido que lo hiciéramos de otro modo'

La utopía que persigue La Fúmiga, y así lo confirman ellos, hasta el punto de que sueñan con ello, es que algún día, "el hecho de cantar en valenciano no sea algo anecdótico, ya que estará tan normalizado que a los grupos de música se les valorará única y exclusivamente por sus canciones y no por la lengua en la que canten", a lo que prosiguen que "igual somos idealistas o utópicos, pero ojalá algún día sea así". "Nosotros escribimos, hablamos, cantamos, pensamos y nos relacionamos en valenciano y no tendría ningún sentido que lo hiciéramos de otro modo".

La Fúmiga en el Festivern 2019-20

Testimonios como el de La Fúmiga encontramos muchos más en el territorio valenciano, y hasta aquí podemos mencionar agrupaciones como Spanish Brass, que con más de 30 años de trayectoria en el mundo de la música de cámara, Spanish Brass es uno de los quintetos más dinámicos y consolidados del panorama musical español con premios como el del Concurso Internacional para Quintetos de Metales "Ville de Narbonne" de Francia o como el estrenado Premio Nacional de Música 2020 en la modalidad de Interpretación otorgado por el Ministerio de Cultura recibido el pasado 15 de octubre. Su afán emprendedor y su pasión por la música les ha hecho consolidarse como uno de los grupos o quintetos de metales de referencia internacional y los ha llevado de gira por Estados Unidos, Corea y Francia.

Spanish Brass

Ante esta capacidad de sobrepasar muros y vallas, de luchar con ambiciones y del mismo modo, conseguir unos objetivos, a priori, difíciles, pero no imposibles, La Fúmiga insiste en que "animan a todos los jóvenes que tienen pensado montar su grupo de música a emprender acciones", ya que "el territorio valenciano es la cuna de los mejores músicos, músicas y profesionales del sector".

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