Cultura

Cornelles: “Russafa Escènica es una forma de vivir el teatro de forma diferente”

El director artístico asegura que Russafa Escènica se debe a su barrio y que no puede faltar la pluralidad de lenguajes en cada edición

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Jerónimo Cornelles, director de Russafa Escènica

Russafa Escènica-Festival de Tardor comienza este jueves su XIV edición con una propuesta que combina el talento emergente, artistas de larga trayectoria y todo tipo de lenguajes. Hasta el 29 de septiembre se podrá disfrutar de esta programación “plural” que, en palabras de su director artístico, Jerónimo Cornelles, responde a la forma de vida de su barrio de origen, donde cada espacio puede convertirse en un escenario para descubrir el teatro, el circo o la danza.

Este año disfrutaremos de más de 30 propuestas entre espectáculos y actividades. ¿Qué destacarías especialmente?

Yo creo que la programación. Programamos siempre con propuestas que son ideas en papel, no sabemos lo que nos encontraremos finalmente. Pero viendo lo que hemos hecho estos años, creo que este año va a ser muy potente. Tenemos a mucha gente de la escena valenciana que quiere participar, en el caso de los Bosques, y creo que en los viveros tenemos a una generación de artistas emergentes que viene pisando muy fuerte, con ganas de contar muchísimas cosas desde un lugar fresco. Hemos visto en julio ensayos de sus residencias y creo que van a funcionar muy bien. Además, la gente confía en las propuestas del festival y simplemente compra porque son propuestas que forman parte del festival. Eso es un valor añadido muy importante. 

Russafa Escènica es cuna de artistas emergentes, ¿pero es también un primer contacto del público con las artes escénicas?

El 50% de la programación del festival, y esto es muy singular para nosotros, son espectáculos de compañías con gente muy joven o que comienza su andadura en el mundo profesional. Y el otro 50% son o bien jóvenes o artistas consolidados que quieran vivir la experiencia. En esta edición hay un poco más de peso para emergentes. Respecto al público, Russafa Escènica es una experiencia, ver un espectáculo en un escenario que se convierte en un teatro para la ocasión, lo que hace que vivas el hecho escénico de una forma totalmente distinta. Es otra forma de consumir cultura y eso hace el festival muy atractivo para el público, hace que se multiplique la experiencia. Somos un festival de formato pequeño o medio pero no puede ser de otra manera: queremos trabajar para un grupo reducido de espectadores y en espacios pequeños. No está en el ADN del festival crecer en este sentido, para eso ya están otros festivales que tienen otros aforos. La gente quiere una experiencia y eso lo damos con Russafa Escènica. 

Presentación de Russafa Escènica 2024

Hay muchas actividades aparte de los espectáculos. ¿Cómo ha evolucionado el festival en esta programación paralela?

El festival nace en 2011 por la necesidad de que artistas mostráramos lo que hacemos en un espacio, después de una crisis brutal. A partir de ahí ha mutado. Ha ido cambiando a lo que se nos proponía, cosas que hemos pensado nosotros… y es a partir de la tercera edición cuando impulsamos más las actividades. Hay muchas personas relacionadas con las artes escénicas que también podían tener su visibilidad y vimos que tenía muy buena acogida. Así hemos ido sumando cursos, exposiciones de fotógrafos, charlas, etc. Todo esto no surge porque se nos ocurre y ya está, sino que va en línea con esa necesidad. El grueso del festival evidentemente es la programación pero las actividades son muy importantes y son como un satélite sobre el que gira el resto. 

¿Qué no puede faltar a la hora de organizar Russafa Escènica?

Yo creo que la pluralidad. Somos un festival de pequeño o medio formato, podemos reunir unos 8.000 espectadores, y tenemos muy claro que nace en un barrio y cuenta con el apoyo de un barrio. Luego se expande pero el origen siempre es el barrio. Creo que nos debemos a este barrio, a su gente, familias, padres, niños… que merecen una programación que les interese. Por eso proponemos espectáculos para adultos, familiares, de danza, teatro textual, circo… una pequeña muestra del hecho escénico para todo el barrio. Además, ahora en Russafa vive muchísima gente extranjera, es una realidad, y por eso buscamos propuestas que no tengan texto para que el idioma no sea un hándicap, por eso damos más peso a las artes performativas o a la danza, para que ellos y ellas también puedan disfrutar del festival. 

En la rueda de prensa de presentación de esta edición destacaste que necesitáis más apoyo institucional. ¿De qué forma?

Este festival surge de la iniciativa de un grupo de gente que no tiene un espacio donde mostrar lo que hace. Empiezan a dedicar su tiempo en el festival. Sus primeras ediciones son impulsadas por ese voluntariado, pero ha avanzado y ya tiene una estructura legal, se va accediendo a subvenciones, y la gente espera cobrar por su trabajo, al igual que cualquier otro trabajador. No podíamos seguir así y nosotros mismos nos autorregulamos para intentar mejorar un poco las condiciones, aunque estamos muy lejos de unas condiciones óptimas. 

Jerónimo Cornelles durante la presentación de Russafa Escènica 2024

Buscamos recursos de cualquier sitio y conseguir un socio cuesta muchísimo trabajo. Todo esto se convierte en una dependencia a las ayudas públicas, que afortunadamente existen, y estas tienen un fundamento burocrático que no coincide con la realidad. Estamos en la realidad. Este sistema está obsoleto y necesita una revisión. No puede ser que las ayudas para 2024 salgan a finales del año, sino al inicio. Esto hace que nos desgastemos y evidentemente hay una parte que queremos hacer pero también queremos cobrar lo que merecemos, por trabajar. Quienes hacen las políticas culturales no son responsables pero sí que tienen una responsabilidad porque trabajan en el sector público por y para la cultura. Si hay una sensibilidad por el trabajo, independientemente del color que tengas, yo creo que se puede extender puentes más fácilmente y hace falta voluntad más allá del dinero.

El año que viene celebráis 15 ediciones. Siendo una fecha más redonda imagino que prepararéis algo un poco más especial. ¿Cómo afecta esta situación?

Nosotros estamos a tope con esta edición y somos como las fallas, cuando acaban al día siguiente ya empezamos con la siguiente edición. Las 48 personas del equipo no tenemos una ansiedad por cómo será esa edición, habrá edición. ¿Que no tenemos esa ayuda que pedimos? Pues igual no hay festival. Y sería una pena porque la ciudad se quedaría sin ese espacio, sin ese lugar que tanto ha costado consolidar. Trabajamos por y para la ciudad, nuestra obligación es reunirnos con todo el mundo y establecer sinergias con todo el mundo. Ahora mismo, me siento agradecido por este equipo de gobierno, me siento escuchado y tienen ganas de colaborar. Vamos a ver en qué se traduce. 

¿Por qué la gente no puede perderse Russafa Escènica?

Es una cita ineludible con el inicio de la temporada teatral. Llevamos más de 2.000 entradas vendidas antes de empezar el festival, y piensa que tenemos aforos muy reducidos, por lo que algunas ya tienen ‘sold out’. Hay que venir a Russafa Escènica porque es una forma de ver teatro desde un punto de vista diferente, porque van a ver personas que triunfarán en unos años en el panorama teatral nacional, y porque es una forma maravillosa de acercarse a lo escénico. Para mí no hay un mejor plan que quedar con quien quieras, dar un paseo por un barrio tan bonito como es Russafa, tomar algo y después ir al teatro por tan solo cuatro euros o incluso gratuitas. Creo que es un planazo. 

'Latas', de la compañía DClick