Los colores vuelven a teñir las calles de pueblos y ciudades valencianas gracias a las Fallas. Pero esta vez, los protagonistas no son los monumentos los que las ocupan, sino las cruces de mayo de Valencia de 2019. Una tradición que el viernes estará en todo su esplendor, ya que es el 3 de mayo cuando deben estar todas ellas instaladas.
En concreto, se calcula que habrá un total de 49 cruces realizadas por los falleros y falleras, pero también por asociaciones culturales, comisiones festivas, parroquias, colegios, particulares y entidades que participan en esta iniciativa de Lo Rat Penat en colaboración con el Ayuntamiento de València.
Lo Rat Penat indica, en las bases del concurso floral de las cruces, que deben de estar confeccionadas en flor natural y fresca, aunque como complementos sí que pueden utilizarse flores secas, plantas, piedras rocosas, juegos de agua, luz o cualquier otro efecto “que ayude a su nobleza en su conjunto”. En este sentido, quedarán descalificadas las que estén hechas con papel de seda, plásticos o materiales que las imiten o sustituyan.
El jurado, que las visitará mañana viernes día 3 a partir de las 8.30 horas, valorará la cantidad y calidad de las flores, las rarezas de las especies, la composición cromática, la simbología, los elementos y flora autóctona, la presencia de agua e iluminación, los elementos estructurales, el diseño, la innovación, la originalidad y los detalles que realcen la imagen de la Santa Cruz. En concreto, aunque la fiesta de la Santa Cruz se celebra tradicionalmente el 14 de septiembre, con este concurso se conmemora el hallazgo de la cruz de Jesucristo por Santa Elena, madre del Emperador Constantino el Grande.
Así, las cruces de mayo adornarán las esquinas y calles de València todo el fin de semana y podrán recibir un premio económico. En el caso de la Sección A, para los monumentos de más de 3 metros de altura y un presupuesto igual o mayor a 500 euros, podrán ganar esa cantidad, 250 o 125 euros; mientras que en la Sección B, Lo Rat Penat entregará 200, 150 y 100 euros a las propuestas de menos de 3 metros de alto y con un valor inferior a los 500 euros.
Según recoge València Turisme, antiguamente en los pueblos valencianos, los agricultores y agricultoras querían proteger los campos de posibles tormentas, heladas tardías o granizo como el que cayó ayer en Utiel con la llegada de la primavera. Por ello, bendecían sus próximas cosechas con cruces de camino, de término o de montaña. Sin embargo, en el caso de València, estas se decoraban con flores, hasta el punto de que esas cruces pasaron de ser de piedra a ser de flores y productos naturales en el día de hoy, como mantiene la entidad.