De la A a la Z: la corrupción valenciana que no entendía de límites

El 9 de desembre se celebra el Dia Internacional contra la Corrupció i repassem els casos més forts al territori valencià

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Rita Barberà y Francisco Camps
Rita Barberà y Francisco Camps

Acuamed, Brugal, Cooperación, Divalterra, Emarsa, Gürtel, Imelsa, Metrored, Palau de Les Arts, RTVV, Trajes, Valmor Fórmula 1 y podríamos volver a empezar con la A que no se nos terminarían los nombres de casos de corrupción en la Comunitat Valenciana. Y es que durante unos veinte años, los sillones de la Generalitat Valenciana tenían nombre y apellidos, y daba igual que pasaran elecciones o que se acumularan los casos de corrupción. La historia no se puede cambiar, pero sin duda, muchos de los políticos actuales cambiarían su pasado, otros no, y aquí vemos el carácter social de la política, y es que mientras unos ven la política como modo de enriquecerse, otros la ven como el modo de solucionar los problemas, mejorar la vida de las personas y como el órgano representativo y democrático de la sociedad.

Dejando atrás el bipartidismo histórico de España, obviamente, los casos de corrupción más grandes y más llamativos pasan, otra vez, por este sistema electoral concentrado solamente por dos únicos partidos: PSOE y PP. No obstante, es el Partido Popular quien se lleva la palma en cuanto a casos de corrupción, la mayoría de ellos ya juzgados y acumulando penas inalcanzables de prisión.

Aunque la corrupción no mire de colores ni ideología ni de partidos, aquí en la Comunitat Valenciana la corrupción llegó a ser un fenómeno tan grandioso que cuando nada se podía sostener, el PP, la formación atrincherada en las instituciones valencianas, y con el apoyo de la ciudadanía, hasta 2015, tuvo que abandonar sus aposentos con un mal sabor de boca. Y es que ni uno, ni dos, ni tres, 62 son los casos, por ahora contabilizados, de corrupción de este mismo partido. Y no lo digo yo, sino el mismo Google, sin llegar a terminar de escribir Partido Popular, las búsquedas relacionadas son "Partido Popular organización criminal". Y no solo Google, sino que si acudimos a los tribunales, la Audiencia Nacional llegó a constatar que varios diligentes de este mismo partido inmersos en una extensísima sentencia que relata las andanzas de una verdadera "organización criminal" formada por las gentes de Correa y esos dirigentes del PP. Atrás quedan los nombres de Camps, Cotino, Rus, Blasco, y la alcaldesa perpetua de València, Rita Barberá, pero a dia de hoy los valencianos y valencianas aún están pagando las consecuencias.

camps_juicio_gurtel Eduardo Parra - Europa Press

No obstante, el PSOE no se va de rositas, y es que si tiramos de historial, no son solo los ERE la sombra de la corrupción socialista, sino que en el territorio valenciano, los socialistas también se han visto en algunas ocasiones sentados en los banquillos, y lo malo en este asunto es que no tenemos que irnos a mucho antes, sino que, el hermano de Ximo Puig, actual president y líder del PSOE, ha sido imputado por las subvenciones que recibió de la Generalitat a sus medios. El pasado mes de septiembre, el Juzgado de Instrucción número 4 de Valencia citó a declarar en calidad de investigados a Francis Puig, hermano Ximo Puig, y a Rubén Trenzano, director general de Política Lingüística, quien está vinculado a la formación valencianista de Compromís. La causa se abrió tras una querella interpuesta el pasado marzo por la número dos del PPCV, Eva Ortiz, por los posibles delitos de fraude de subvenciones, prevaricación y malversación por las ayudas públicas otorgadas a Comunicació dels Ports y Mas Mut Produccions, dos empresas que administra el hermano de Puig. A este historial socialista podemos sumar las desaladoras de la trama de Acuamed. La causa investiga la presunta adjudicación fraudulenta de contratos públicos inflados, las denominadas "mordidas", para obras hídricas y medioambientales entre los años 2007 y 2014. Una trama que, además de las obras, implicó contratos de publicidad que financiaron las compañías adjudicatarias de varias desaladoras a favor de los socialistas, así como la millonaria comisión que también por esa época habría cobrado el director general de Acuamed. Entre otros casos, podemos mencionar el caso Beniferri, Comercio, Divalterra, Flotador y el caso de colaboración con el PP de Innova Gandia.

En cuanto al espectro político de la izquierda, es verdad que hay muchos menos casos de corrupción, pero si, los hay. Eso si, mucho menos grandes. Con la mención de antes a Trenzano, de Compromís, quien hubiera podido acometer los delitos de malversación y prevaricación, la formación valencianista se vio duramente golpeada por el caso BLOC-PSPV, donde se citó a declarar en calidad de investigadas a dos ex altos cargos del Ministerio de Sanidad durante la etapa de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por un contrato de publicidad de 2008 que pudo servir para financiar al PSPV y al Bloc. A este decálogo podríamos sumar el caso Alqueria, en el que las dos principales fuerzas políticas de izquierda, Compromís -Bloc- y el mismo PSPV, se vieron involucrados en el caso Divalterra, con los delitos de prevaricación y malversación. Este caso se zanjó con la salida del expresidente de la Diputación de València, Jorge Rodriguez, del PSPV "para no hacerle daño".

Trenzano, de Compromís

Por otra parte, en cuanto a la formación de Ciudadanos, el Caso Rojo, fue la polémica corrupta que golpeó a la formación de Cantó. No obstante, este caso terminó sin ninguna imputación grave, puesto que la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia absolvió al diputado de Ciudadanos Domingo Rojo del delito de apropiación indebida del que había sido acusado, de 246.000 €. De este modo, en el citado fallo, que versaba sobre un asunto inmobiliario, se explica que se acreditó "sobradamente" que "todo el dinero entregado" de los querellantes "fue destinado y gastado destinado y gastado en las obras de construcción objeto de contrato, si bien, por diversas circunstancias, las obras se retrasaron, y los compradores ejercieron la opción de resolver el contrato, pero las obras siguieron hasta su terminación, que tuvo lugar meses después del inicio de la reclamación civil". En este sentido, la Audiencia señaló que no se apreciaba "apropiación, desvío o distracción del dinero entregado a fines distintos de los comprometidos, ni dolo en la actuación del acusado".

Con este rápido y, en cierta manera, corto repaso por la historia de la corrupción valenciana, queda constancia que la corrupción es una lacra social y política que nos persigue, pero que su historial se va haciendo cada vez más grande y amplio. Es verdad que los tiempos han cambiado y que ahora las políticas de transparencia ayudan a apaciguar los casos de corrupción, si no de evitarlos de pillarlos a tiempo. No obstante, el 9 de diciembre siempre será una buena jornada de reflexión en cuanto a la corrupción, a la mala praxis política y al poder que tiene la política como único método para mejorar la vida de las personas.

De todos modos, el cambio del paradigma social valenciano ha cambiado, ¡y tanto que ha cambiado! Antes éramos conocidos por nuestra corrupción y ahora los valencianos y valencianas llevamos por bandera los mejores servicios sociales europeos, dos leyes pioneras en cuanto a derechos trans y LGTB y políticas que tienen en el centro a las personas y no los bolsillos de los políticos.

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