El coronavirus, cabeza de cartel en los festivales valencianos de verano

Un estiu sense festes? Segur que t’has fet alguna vegada aquesta pregunta, i encara que la veges impossible, molts ajuntaments valencians ja han suspés les seues festivitats estivals

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Con el aplazamiento de las Fallas del mes de marzo al mes de julio, vimos una posibilidad de celebrar esta festividad valenciana tradicional, pronto. Sin embargo, igual fue un poco precipitado anunciar que las Fallas se podrían celebrar a mediados de julio, puesto que en el ámbito estatal muchas han sido ya las festividades estivales que se han suspendido, como por ejemplo la festividad pamplonesa del 7 de julio.

Seguro que te ha rondado la idea por la mente que las fiestas estivales valencianas podrían ser suspendidas para evitar una nueva oleada de contagios y además, por seguridad. En el fondo te parece lógico, pero tu subconsciente lo ve una medida un poco "extraña", puesto que los valencianos y las valencianas repetimos mil y una veces aquello de "las fiestas son sagradas". Pero, frente a una pandemia como la que estamos viviendo, ¿ se tendrían que suspender todas las festividades estivales que pudieran acoger un gran número de gente?

De norte a sur del territorio valenciano, muchos han sido los pueblos, localidades y ciudades que han acordado aplazar o suspender sus fiestas que a tanta gente acogen. Ciudades como Alzira o Buñol han decidido la suspensión de sus fiestas, de este modo la localidad castellonense de Buñol, será el primer año que no se tiña de rojo y se inunde de olor a tomate con su ya tradicional Tomatina. Por otra parte, la localidad ribereña de Alzira ha decidido suspender las fiestas patronales en honor a San Bernat que estaban programadas del 17 al 25 de julio.

No podemos arriesgarnos, puesto que nadie nos asegura que llegado el momento tengamos el visto bueno de las autoridades sanitarias y que se puedan celebrar con las condiciones de seguridad adecuadas. La decisión es suspender y no se ha considerado cambiar la fecha". Xavi Pérez, regidor de Fiestas.
La gran fiesta de la ciudad de València, como son las Fallas, así como la Magdalena de Castelló no se han podido celebrar en sus fechas previstas, justamente en el mes de marzo, y del mismo modo, la gran fiesta alicantina de las Hogueras de San Juan, prevista para finales de junio, ha tenido que ser aplazada, en un principio, del 2 al 6 de septiembre de este mismo año. Del mismo modo, las Fiestas de Moros y Cristianos de la localidad de la huerta valenciana, Torrent, también se han tenido que suspender.

El territorio valenciano y su temporada estival se caracteriza por el gran número de festivales multitudinarios que acoge durante los meses de julio y agosto, y aunque algunos festivales como el Medusa de Cullera, el Arenal de Burriana o el FIB de Benicàssim no se han pronunciado sobre el posible aplazamiento, todo apunta al hecho que tarde o pronto tendrán que emitir un comunicado para informar a sus usuarios, los cuales se encuentran en un mar de incertidumbres por la duda de si se hará o no el festival.

Los festivales que ya han anunciado que se aplazan en otoño, como el Festival de les Arts, reconocen que no lo pueden garantizar al cien por cien, es por eso que piden ayudas al gobierno español a la vez que exprimen la imaginación. Un ejemplo claro de imaginación e innovación es el Montgorock Festival de Xàbia, el cual trabaja en un sistema para garantizar la distancia social y han diseñado un proyecto para dividir la pista en lonjas con aforo limitado.

Se trata de reagrupar a las personas en grupos de 50 personas por parcela, pero antes hay otras medidas como tomar la temperatura o ser rociado con gel hidroalcohòlic a la entrada del recinto. Josan Serrano, director del Montgorock Xàbia Festival

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