El vidrio al verde, el cartón al azul... pero, ¿Qué pasa con el marrón?

Els contenidors marrons han arribat a València per a un nou tipus de reciclatge però encara hi ha gent que desconeix quins residus orgànics es poden abocar en ells

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Contenedor marrón para residuos orgánicos
Contenedor marrón para residuos orgánicos

Las calles de València, desde arriba, se llenan de puntitos de colores en las esquinas o al lado de los pasos de cebra. Y es que el amarillo, el verde, el azul, el gris o el naranja sirven para clasificar los contenedores según los tipos de residuos que se pueden abocar en ellos. Desde hace tan sólo un mes, los acompaña el de color marrón en varios barrios valencianos para distribuir más materia orgánica que se deposita en el gris, el de los orgánicos, pero... ¿sabe la gente para qué sirve?

Tal y como presentó la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de València, Pilar Soriano, el pasado 5 de noviembre, la campaña "N'érem pocs... I arribà el Marró" tiene como finalidad fomentar un reciclaje que pueda crear compuesto cien por ciento natural y de calidad y que menos del 50% de los residuos llegue a los vertederos. Así lo exige la Unión Europea (UE), que el pasado 2 de julio de 2014 propuso una reunión para revisar los objetivos de las directivas de 1999 y 2008 relacionados con los residuos para maximizar el valor de los recursos.

En este sentido, en la jornada se destacó que si se consiguiera reducir la materia orgánica alimentaria en un 30%, se rebajaría la demanda agrícola de tierra, energía y agua, así como la contaminación asociada a fertilizantes y nitratos.

De este modo, al contenedor marrón de reciclaje se tienen que echar los restos de frutas y verduras, de carne y pescado y de plantas; los tapones de corcho, el papel de cocina sucio, las bolsas de infusiones, los restos de café (pero sin cápsulas de plástico, que se tienen que echar al contenedor amarillo) así como las de comida y las cáscaras de los huevos.

Así, se produce este compuesto que aportaría gran riqueza a la tierra. Además, la regidora indicó que se estudiará la posibilidad de bonificar, en 2020, la Tasa TAMER de 25 euros al año en aquellas ciudades y municipios que sigan esta campaña, ya que se pretende obtener recursos económicos de la venta si se consigue una gran cantidad de compuesto.

El resto de residuos que no sean papel y cartón (azul), envases (plástico), ropa (naranja) y aceite (puntos limpios fijos o móviles) se tienen que echar a los vertederos grises, los orgánicos.

“Juntaremos todos los contenedores en el mismo espacio para ponérselo fácil a la ciudadanía. Y es que nuestra idea es que los contenedores grises vayan desapareciendo a largo plazo, a medida que la ciudadanía empiece a utilizar el marrón", explicó Soriano. Con esta iniciativa, València se sitúa en la vanguardia dentro de la Comunidad Valenciana, y se compara, en materia de reciclaje, con ciudades como Madrid.

Este vertedero se instalará en el mismo espacio que los de vidrio, papel y cartón y envases y se recogerá entre 3 y 4 veces por semana, informó la regidora. En concreto, se prevé colocar 1.370 unidades de forma gradual en los barrios de la ciudad, aunque algunos ya lo tienen desde antes por un proyecto piloto: Sant Marcel·lí, Benimaclet, Campanar y Sant Pau.

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