Las 'cicatrices' y huellas todavía visibles de la Guerra Civil en València

Els estralls de la metralla de les bombes feixistes encara són visibles en diferents monuments del Cap i Casal com l’Ajuntament, utilitzat pel govern republicà

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En torno al 18 de julio de 1936 se produjo el golpe de estado fascista de Francisco Franco contra el gobierno de la Segunda República, que resultó en una cruenta Guerra Civil, represión y dictadura. Una contienda en la que, a finales de 1936, València pasó a ser la capital del legítimo gobierno republicano. Una época de la que, aún hoy, quedan huellas y cicatrices en muchas calles de València. Los estragos de la metralla de las bombas -casi todas ellas del aliado de Franco en Italia, Benito Mussolini- aún pueden apreciarse. En especial, en Ciutat Vella.

València, como muchos otros municipios de la costa mediterránea española, fue duramente castigada por las bombas fascistas. Los aviones de la Aviación franquista, la Legión Cóndor de Alemania y la Aviazione Legionaria de Italia, lanzaron miles de bombas desde el uno de enero de 1938 hasta el 25 de julio de ese mismo año. Los bombardeos no fueron, sin embargo, algo exclusivo de esas fechas; algunas de las marcas aún visibles en València datan de 1936.

El Cap i Casal se convirtió en un objetivo militar de especial importancia tras pasar a ser capital de la República en noviembre de 1936. Sólo dos meses después, las primeras bombas, la mayoría provenientes de la base italiana en Mallorca, cayeron sobre València. Se calcula que murieron 800 civiles y más de 2.800 personas resultaron heridas a causa de las bombas, demás de la destrucción de 900 edificios.

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Ayuntamiento de València

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La casa consistorial de València no era sólo el ayuntamiento, era una nueva sede del Gobierno de la República. Por ello, se convirtió en un objetivo estratégico a derribar por los golpistas reaccionarios.  El 28 de mayo de 1937 varias bombas cayeron sobre el edificio y en los alrededores.

El daño más grave producido fue sobre la escalinata de mármol; la actual es una reconstrucción. La original quedó destrozada, y con un enorme agujero en la parte derecha.

Escalinata del Ayuntamiento / Ayuntamiento

Tras una limpieza, diversas marcas de este bombardeo quedaron visibles en la fachada del Ayuntamiento, y así se dejaron para que queden en la memoria.

Iglesia de la Santa Creu

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El 26 de enero de 1936 seis aviones italianos lanzaron bombas en un perímetro acotado. Uno de los edificios afectados, de los que aún puede apreciarse fácilmente los daños, es la Iglesia de la Santa Creu.

En los escalones pueden verse diversas marcas, pero es en la columna izquierda donde puede apreciarse la violencia de la explosión. Se trata de un bombardeo que afectó a más edificios cercanos.

Marqués de Dos Aguas

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El Palacio del Marqués de Dos Aguas fue otro de los edificos afectados en el mismo bombardeo que la iglesia cercana de la Santa Creu. En el lateral de la calle Poeta Querol, todavía pueden apreciarse las marcas de la metralla.

Aunque tras la guerra se repararon los desperfectos con una masilla esta, que envejece distinto del mármol, resalta los lugares que fueron afectados por el bombardeo. Fue el más mortífero. El objetivo no era estratégico, sino la céntrica calle de la Pau: murieron 125 personas y 208 resultaron heridas.

Señales de 'vida'

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Por algunas fachadas de Ciutat Vella pueden verse una especie de señales de ‘tráfico’ incrustadas en la pared. Algunas son señales de tráfico pero otras -la mayoría-, poco tienen que ver. Se trata de unas señales redondas, con una flecha más detallada -menos lineal que las de tráfico-. Señalaban a los vecinos y vecinas hacia dónde dirigirse para acceder al refugio antiaéreo más cercano.

Muchas se han eliminado o repintado al azul, como las señales de tráfico actuales. El color original, sin una fuente documental que lo confirme, podría ser el rojo.

Refugio de Serrans

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En la calle de Serrans, número 25, se encuentra uno de los primeros 300 refugios que se construyeron en la ciudad. Empezó su funcionalidad en 1937; dentro podían refugiarse hasta 400 personas de las bombas enemigas.

En abril de 2018 fue rehabilitado. Un proceso en el que se ha podido conservar la pintura, instalación eléctrica e incluso grafitis de la época. Es uno de esos 300 refugios de los cuales, actualmente, hay localizados algo más de 20; muchos tienen sus entradas tapiadas bajo nuevas construcciones.

Refugio Espada

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EL Refugio Espada no estaba demasiado lejos del de Serrans, en la plaza de Tetuán. Allí se ofrecía resguardo de las posibles explosiones, avisadas gracias a un puesto en el Micalet, a unas 380 personas. Actualmente tiene las entradas tapiadas.

Al estar posicionado en un callejón, con poca visibilidad, se dispuso en la plaza un letrero incrustado en una fachada, con la palabra "refugio" en estilo Art Déco. Un estilo que se utilizaría también para el de Serranos. Este segundo 'rótulo' se conserva en buen estado, mientras que el primero en la entrada ha desaparecido.

El Micalet

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También los 'pies' del Micalet, uno de los elementos más distintivos en el corazón histórico del Cap i Casal, conserva cicatrices del golpe de estado fascista.

Durante la guerra, encima de la torre estaba situado un fonolocalizador -de los muchos alrededor de la ciudad-, que pretendía alertar con antelación de la proximidad de bombarderos. Estaba aquí arriba situada la ‘central de observación antiaérea”.

Ello convirtió el Micalet en un objetivo a destruir. El ataque se lanzó en 1938, pero no acertó y cayó encima de un tranvía que, entonces, discurría frente a la catedral. Todos los ocupantes murieron, y las marcas de la metralla son todavía visibles en los barrotes y paredes del monumento.

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