La Unidad de Hemodinámica del Servicio de Cardiología del Hospital General Universitari de Castelló (HGUCS) ha implantado por primera vez en la Comunitat Valenciana un nuevo tipo de stent a un paciente con una cardiopatía isquémica, con el fin de recuperar la funcionalidad de sus arterias coronarias.
El dispositivo bioabsorbible metálico, que tiene forma de muelle y se introduce en la arteria cardíaca afectada tras una angina de pecho o infarto, ha sido realizado con un tipo de material que el cuerpo humano es capaz de absorber en el plazo de un año.
Esta innovación tecnológica permite que la arteria quede con el tamaño adecuado y sin obstrucción y que al mismo tiempo sea flexible, recuperando así su motricidad natural. Hasta el momento, los stent utilizados también son de tipo metálico, pero quedan fijados de forma permanente en la arteria afectada.
Así, se obtienen los beneficios de los dispositivos metálicos fijos, como la facilidad en la implantación, al tiempo que se obtienen los de la desaparición de la estructura, permitiendo una mayor recuperación en la funcionalidad de la arteria.
El Hospital General Universitari de Castelló es el tercer centro sanitario español en implantar este tipo de material intracoronario, detrás del Hospital Universitari de Bellvitge y el Hospital Universitario Virgen de la Macarena de Sevilla, en una decisión que permitirá que los pacientes de la provincia de Castellón puedan beneficiarse de sus ventajas.
Hay que recordar que la cardiopatía isquémica se encuentra entre las principales causas de fallecimiento en España razón por la cual la Unidad de Hemodinámica del HGUCS funciona las 24 horas del día y los 365 días del año para atender a los pacientes de la provincia de Castellón.
Las principales manifestaciones de esta son las anginas de pecho y los infartos de miocardio, cuyo tratamiento habitual es la realización de angioplastias y la implantación de los llamados stents que permiten corregir el estrechamiento que sufren las arterias coronarias debido a arteriosclerosis.
Los pacientes en los que se van a implantar estos nuevos dispositivos deben tener como condición que su esperanza de vida sea de al menos 5 años con una calidad aceptable, permitiendo que la ventaja de la recuperación de flexibilidad de la arteria sea beneficiosa.