Después de más de cinco años de guerra en Siria, millones de personas se han visto obligados a abandonar sus hogares en busca de seguridad en otros países. Según los datos de Eurostat 2015 y Naciones Unidas, alrededor de 22 millones de sirios han sido acogidos en países como Turquía, Líbano, Jordania, y desde el pasado verano, también en países europeos. Sin embargo, más de 3.500 personas han desaparecido en el intento.
Con todos estos datos, no es de extrañar que desde diferentes organizaciones se esté reclamando una actuación rápida de los gobiernos frente a esta gran tragedia humana. Valencia Extra ha tenido la oportunidad de hablar con CEAR, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, para entender mejor tanto el trabajo que desarrollan en defensa de los derechos de las personas refugiadas, como los principales problemas con los que se encuentran.
En este sentido, organizaciones como ACCEM, Cruz Roja y CEAR han firmado un acuerdo de colaboración con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para facilitar la acogida e integración de los refugiados en España, ya que señalan que los campamentos de refugiados no son la solución al no contar con los estándares mínimos de seguridad, alimentación e higiene, que exige la Dirección de Acogida de la Unión Europea.
España ya se ha sumado a esta lucha y ya son alrededor de 200 refugiados los que han sido reubicados para comenzar una nueva vida en nuestro país. Además, se espera que antes de que finalice el verano, otros 203 sirios sean acogidos. Por su parte, el Gobierno se comprometió a acoger a 16.000 refugiados antes de que finalizase 2017.
Asimismo, Valencia también se ha sumado a esta lucha, y desde el pasado otoño, se ha declarado Ciudad Refugio para apoyar a las personas que intentan acceder a los países de la Unión Europea.
Pero no basta con la reubicación, sino que también es de vital importancia trabajar en la integración. Por eso desde CEAR nos comentan la atención integral que llevan a cabo con estas personas que llegan a España. “Les apoyamos en diversos ámbitos: acogida, atención psicológica, asistencia social, asistencia y asesoramiento jurídico y elaboración de itinerarios de inserción socio-laboral”.
Sin embargo, el mayor problema con el que se encuentran estas organizaciones, que luchan para garantizar los derechos de los refugiados, es el acuerdo firmado entre la Unión Europea y Turquía el pasado 18 de marzo. Un acuerdo que permite la devolución de refugiados a Turquía, un país desbordado que no garantiza la protección que merecen, y que además, los considera inmigrantes forzados, pero jurídicamente ilegales.
De este modo CEAR denuncia que este acuerdo “vulnera los tratados internacionales sobre asilo y el principio de no devolución y el de no discriminación por país de origen de la Convención de Ginebra. Las expulsiones colectivas están prohibidas en el Protocolo de Convenio Europeo de Derechos Humanos”.
Lo que está claro que solucionar este drama humanitario no tiene que ser solamente tarea de gobiernos y organizaciones, sino que es necesario concienciar a la sociedad para que, entre todos, se encuentren soluciones favorables, que eviten que cientos de personas mueran por intentar alcanzar un futuro lejos de la guerra.