Con más de treinta años de trayectoria, Caxton College ha contribuido a la formación de diecinueve promociones de estudiantes que van tomando posiciones de relevancia en el plano académico y profesional. Este servicio a la sociedad, por el que recientemente fue galardonado con el premio Club Rotary Valencia, dibuja un panorama muy positivo entre las filas de los graduados que se han ido estableciendo, por méritos propios a lo largo de este siglo XXI, en las universidades de mayor prestigio nacional e internacional y alcanzando puestos de responsabilidad en entornos profesionales altamente cualificados.
Como en años anteriores, la celebración de este fin de etapa escolar estuvo cargada de emoción y de mensajes impregnados de buenas intenciones por parte de todos los asistentes. Carmen Spinola, como madrina de esta promoción, se encargó de alentarles con un discurso en el que, entre otras ideas, les propuso que tengan en cuenta «el valor del esfuerzo, el trabajo en equipo, la honestidad con uno mismo, la creencia firme de que nada es imposible, de que tú eres lo que quieres ser y decides qué camino coger y que el éxito o fracaso» no viene de la suerte, sino «de tu trabajo y constancia».
A su vez, la directora de Caxton College, Amparo Gil, se dirigió a los jóvenes recién graduados, con unas palabras que elogiaban su actitud al exponer que «cada uno de vosotros sois estrellas, únicas, magníficas e irrepetibles. Cada uno con un destino y una órbita por la que transitaréis compartiendo vuestros valores y vuestra humanidad».
La ceremonia, a la que acudieron casi 600 invitados, congregó a familias de diez nacionalidades puesto que entre los graduados había alumnos de países como Suiza, China, Reino Unido, Rusia, Holanda, Hungría o Líbano, generando un ambiente de convivencia multicultural ejemplar.
En ese entorno multicultural, su voz también fue protagonista cuando uno de los padres tomó la palabra y con acierto les hizo llegar una serie de consejos como el que les recomendaba «pensad en las nuevas aventuras que os depara la interminable búsqueda de conocimiento y recordad que lo más importante en este mundo no es saber dónde estás, sino hacia dónde vas». Asimismo, les incitó con una última frase, a modo de eslogan cívico, en la que les proponía «salid al mundo y hacedlo mejor».
Para terminar, Spinola se aproximó una vez más a los graduados para sugerirles que sean «valientes, curiosos, sin dejar de ser fieles a vosotros mismos y a vuestros principios y valores. Y eso os deseo a cada uno de vosotros, que disfrutéis de la vida, de vuestro trabajo, de vuestra familia, de vuestra gente y que sigáis construyendo vuestras vidas para liderar el mundo».