El Club de Balonmano Femenino de Picassent afronta una temporada de consolidación en segunda nacional

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El Club de Balonmano Femenino de Picassent afronta una temporada de consolidación en la categoría de segunda nacional, después de haber fusionado dos equipos en uno, el cual ofrece una mezcla muy interesante de veteranía y juventud.

Así lo explica la presidenta de la entidad, Mireia Garcia, que vive su tercer año como máxima responsable, de un total de 10 años dentro de la directiva del club. La entidad es un todo un referente al pueblo e, incluso, en l'Horta Sud. Las chicas del club picassentino quieren consolidarse como equipo y jugar un buen papel en la categoría.

La entrenadora del equipo, María José Hernández, que vuelve a hacerse cargo de las chicas después de unos años lejos del club, asegura que «queda mucho para trabajar, pero las impresiones son muy buenas y esperamos hacer una temporada digna». Entre los objetivos, el primero es mantener la categoría y quedar lo más alto posible. En cuanto a las integrantes del club, la presidenta destaca que se ha conseguido un equipo que cuenta con la presencia de 2 o 3 veteranas junto con un buen número de jugadores (alrededor de quince) que tienen menos de 25 años, lo cual ayuda a ofrecer una fusión muy interesante. La entrenadora destaca que este año están jugando una liga de catorce equipos de toda la Comunidad Valenciana. Se trata de toda una novedad porque el año pasado había una liga para Valencia y Castellón y una segunda para Alicante, con 8 equipos, una cantidad reducida, dado que bajaban 2 de 8 equipos, lo que hacía muy complicado mantener la categoría. En este sentido, destacan el carácter más competitivo de la categoría resultante.

Garcia destaca que el equipo sénior disfruta del presente, pero se está trabajando y mucho con la escuela base. De hecho, el equipo cadete quedó segundo de España y aseguran que el futuro está trabajado desde los colegios. «Está claro que hay que esforzarse para continuar desde la base, pero comprobar cómo las chicas suben al primer equipo es una satisfacción», añade la responsable deportiva. Aunque reconoce que los 17-18 años son una edad complicada en la continuidad, sea por estudios o trabajo, o incluso cambios de domicilio, que dificultan la vinculación con el equipo.

En otro sentido, quieren destacar la importancia del deporte en cuanto a los valores como por ejemplo el respeto, el esfuerzo, el trabajo en equipo y la unidad, de hecho consideran que «somos una familia y nos tenemos que ayudar y hacer crecer». «En especial, cuando hablamos de los más pequeños, las familias acompañan en la práctica del deporte, en las salidas, y resulta fundamental andar de la mano: escuela, familia y equipo, también queremos hacer pueblo y tejido asociativo, mediante el deporte», subraya la presidenta de la entidad. El club, que este año cumple 22 años, viene de pasar una temporada de crisis que quiere superar con energía y buen juego, teniendo como base un equipo humano unido y con objetivos comunes.

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