A Català "le duele en el alma" que el Ajuntament se mantenga aconfesional en un acto que instauró el PP

L’entrada de la Senyera a la capital la va tornar a instaurar Barberá en els 90 després de cancel·lar-se en la Transició; la seua entrada xoca amb el principi d’aconfessionalitat de l’Estat

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Ayer, en cuanto el reloj pasó de las 12 de la noche, empezaron, de nuevo, otras dos jornadas de campaña política. La candidata del PP a la Alcaldía de València, María José Català, empezó lo actos con la asistencia al partido del Valencia C.F., para después dirigirse a la zona de la ciudad con las rentas más altas y que, históricamente, más ha votado a la derecha. Un primer acto de campaña en el que señalo que le "duele en el alma cuando la Senyera no entra en el 9 d'Octubre en la catedral", relacionándolo con otros asuntos como los carriles bici o la Semana Santa Marinera.

En la Avenida del Regne de València Català se rodeó de simpatizantes, el candidato a las elecciones europeas Esteban González Pons y Isabel Bonig, que obtuvo los peores resultados de la historia del PP en la Comunitat. Català, en un entorno siempre amable con el PP, se mostró segura de ser la próxima alcaldesa: "Vamos con la mejor candidatura posible, con gente muy preparada y que conoce y siente pasión por esta maravillosa ciudad".

Durante el acto y en declaraciones a los medios, Català aseguró que se inicia la campaña con el objetivo de "ganar la alcaldía de València" porque, asegura, hoy están "mucho más cerca que hace 4 años". En las elecciones de 2015 el PP obtuvo 10 escaños y, aunque no sumó para gobernar, fue el partido más votado. Sin embargo perdió la mitad respecto a 2011, que tenía 20. Si se extrapolan los datos de las autonómicas, los populares obtendrían en la ciudad de València 6 concejales -como cuarta fuerza- y, según el CIS publicado el pasado jueves, entre 6 y 7.

Aconfesionalidad del Estado

La alcaldable, natural de Torrent, reavivó la polémica de la Senyera al hacer un repaso por la 'mala gestión' de Ribó: "Quiero decirles a los valencianos que me siento uno más de ellos cuando sufren las incomodidades e inseguridad que ha creado Grezzi, que me duele en el alma cuando la Senyera no entra en el 9 d'Octubre en la Catedral, que me indigna cuando el alcalde no rinde respeto a la Semana Santa Marinera o al Día de la Virgen". En varias ocasiones, Català mostró su disconformidad a que las autoridades del Ajuntament de València quiera, como dice la Constitución, mantenerse aconfesional y no participar como tal en actos enteramente religiosos.

La entrada de la Senyera Reial a la Catedral ha sido algo intermitente a lo largo de la historia. Desde la transición fue algo que dejó de contemplarse porque, entre otras razones, choca con la aconfesionalidad del Estado y las administraciones públicas. No quiere decir que no pueda entrar una senyera, se trata de que no participen en un acto religioso y no cívico -en una procesión llamada Cívica- las autoridades públicas y la enseña del consistorio.

Pese a estas motivaciones el gobierno de Rita Barberà volvió a instaurar el Te Deum popular -himno cantado a la bandera-, que volvió a retirarse en 2015 con la llegada de La Nau. En esta primera procesión que, tras dos décadas, de nuevo se marcaba la aconfesionalidad del estado, la exalcaldesa de València participó en los actos religiosos pero no en los públicos y cívicos.

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