La huerta valenciana en peligro por la huella urbanística

El projecte de canalització de l’aigua posarà en perill els cultius de l’horta de Campanar-Benimàmet

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Huerta de València
Huerta de València

 

Los labradores de la huerta de Campanar-Benimàmet, junto con la Asociación Vecinal de Campanar se han propuesto proteger la huerta valenciana, una de las señas de identidad de nuestra tierra, del proyecto de canalización de agua entre la Estación de tratamiento de agua potable (ETAP) en Manises, y la Red Metropolitana de Agua en Valencia. Un proyecto que atravesaría los campos y los cultivos de estos dos barrios valencianos – Campanar y Benimàmet – afectando alrededor de 246 parcelas.

De esta manera, además de presentar las alegaciones pertinentes a este proyecto de expropiación, que conllevará la construcción de una tubería arterial de agua potable atravesando la huerta, los afectados han mantenido reuniones tanto con el presidente del Emshi (Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos), responsable del proyecto, como con las concejalías de Urbanismo y Agricultura, para mostrar su descontento con un proyecto que, tal y como aseguraban en el comunicado que envió la Asociación Vecinal de Campanar, ‘no han contado con ningún tipo de diálogo con el colectivo de agricultores de la huerta afectada’.

Asimismo, continuaban que ‘el diseño debería ajustarse en la medida de lo posible a las vías naturales o de infraestructuras existentes en la zona, como trazar la canalización al cauce del río Turia a la altura del antiguo azud de Rascanya, con la pertinente colaboración de la Confederación Hidrográfica del Júcar, o hacer coincidir la canalización con el Camino Viejo de Paterna y la calle Padre Barranco’. Unas opciones más que viables que, desde la Asociación de Vecinos de Campanar, han consultado con arquitectos, y que serían mucho más respetuosas con las parcelas agrícolas.

campanar

Desde la asociación consideran que ‘este proyecto está en clara contradicción con el discurso y los programas de promoción y defensa de la huerta, que promueve el Ayuntamiento’. Por eso, abogan por volver a replantear el trazado de canalización en el tramo III ‘de acuerdo a los parámetros urbanísticos y características del suelo que planteará el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Valencia, actualmente en trámite’. Y es que consideran que el estudio de impacto ambiental, que se realizó en 2012, se encuentra desfasado, además de no contar con la protección de un terreno, que se ha ido revitalizando con el paso de los años.

Por el momento, este proyecto está en fase de exposición, y no se plantea la paralización del mismo para estudiar otras alternativas. De aprobarse, la nueva canalización del agua afectaría tanto a 246 parcelas, como a las cosechas, ya que la duración de las obras no sólo obligaría a paralizar los trabajos de la huerta durante 18 meses, sino que se podrían enfrentar a problemas de riego por el corte de las acequias y caminos, destrozando la continuidad de muchas parcelas.

Tanto labradores, como vecinos, están de acuerdo en la necesidad de realizar una nueva obra para la gestión de las aguas de la ciudad. Sin embargo, tan sólo piden que se ajuste a los caminos y carreteras ya existentes, y no se convierta en una línea recta que atraviese la huerta. En este sentido, y en las alegaciones presentadas, señalan que esta medida podría deberse ‘al abaratamiento de costes’. Aun así, también apuntan a que ‘podría pensarse que el trazado estaría condicionado por otros motivos, como podrían ser las perspectivas de crecimiento urbanístico’.

Así, añaden, en la alegación 7 que el diseño actual ‘está realizado de acuerdo al estudio previo del Plan General de Ordenación Urbana (2013), impulsado por el anterior gobierno, que contemplaba declarar suelo urbanizable el extremo sureste de la huerta de Campanar-Benimàmet-Beniferri, con unas previsiones totalmente devastadores. Este documento fue rechazado por los movimientos vecinales, y anulado por el nuevo Gobierno del Ayuntamiento’. Es por este motivo, por el que, ahora, no entienden por qué se sigue adelante con un proyecto que causará daños sobre parcelas cultivables.

Fomento rechaza la propuesta de Ribó sobre la ampliación de la V-21

Ya estaba todo dicho, pero desde el Ayuntamiento de Valencia no quisieron darse por vencidos. Tras la reunión que se mantuvo en Madrid con el Ministerio de Fomento, la esperanza se esfumaba. Y es que la alternativa de ampliación de la V-21, propuesta por el Alcalde de Valencia, Joan Ribó, que reducía de ocho a cuatro metros la zona de servidumbre, y minimizaba un 60% el impacto que el actual proyecto de ampliación tendrá sobre la huerta valenciana no ha prosperado.

Fomento continuará con un proyecto de ampliación que arrasará 80.000 metros cuadrados de huerta valenciana, e incluso llegará a afectar aquellas parcelas que se encuentran dentro de la denominación de origen de la Chufa de Valencia. Un proyecto que ya está adjudicado, y que consistirá en la construcción de un tercer carril entre el Carraixet y Valencia.

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