El campamento social veraniego de Mislata cierra tras dos meses de actividades con 170 niñas y niños

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El final del verano y la próxima vuelta al cole marca también el final de muchas actividades veraniegas, como el campamento social que el Ayuntamiento de Mislata programa durante los meses de julio y agosto en el colegio Jaume I. Y un año más, este campamento, organizado desde la concejalía de Bienestar Social, ha cerrado la temporada de una forma lúdica y divertida con una Color Run, respondiendo así al objetivo municipal de convertir este programa social en una más de las actividades dirigidas a la infancia en la ciudad.

Mislata fue el primer ayuntamiento valenciano que abrió los comedores escolares en verano. Lo hizo por primera vez hace siete años, después de que Servicios Sociales detectaran que a muchas familias les resultaba imposible cubrir las necesidades nutricionales de sus hijos e hijas en períodos vacacionales. Y lo que en un principio surgió como un comedor social de emergencia, hoy en día es una escuela de verano más.

El alcalde, Carlos Fernández Bielsa, ha mostrado la satisfacción del gobierno municipal con el programa de este año, del que se han beneficiado cerca de 170 niños y niñas de familias con escasos recursos. “Cada año intentamos mejorar el programa complementando la asistencia nutricional con actividades lúdicas y deportivas que les permiten disfrutar a todos los menores, haciendo uso de recursos e instalaciones municipales”, ha manifestado Bielsa.

El campamento social de este año ha reforzado e incrementado las actividades y excursiones. Además de esta Color Run que cerraba esta edición, los niños y niñas han podido disfrutar de juegos y talleres diarios, de jornadas con hinchables acuáticos, disfraces y salidas a la piscina municipal y al parque infantil de tráfico de La Canaleta.

El comedor social volverá a abrir sus puertas por Navidad, el siguiente período vacacional escolar, y como asegura el concejal de Bienestar Social, Ximo Moreno, “seguiremos implementado este programa para que ningún niño de Mislata se quede sin comer ni un solo día y, a su vez, puedan divertirse y seguir desarrollándose en un contexto socioeducativo como en el de estos campamentos”.

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