El ayuntamiento baraja poder quemar la cabeza de la meditadora en la Crida de las Fallas o 10 de marzo

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Busto de "la meditadora", con la mascarilla, símbolo de resistencia contra la pandemia
Busto de "la meditadora", con la mascarilla, símbolo de resistencia contra la pandemia

El concejal de Cultura Festiva el Ayuntamiento de València, Carlos Galiana, ha señalado este miércoles que se baraja que la cabeza de la meditadora, que forma parte de la falla oficial, pueda quemarse el día de la Crida o en la fecha "simbólica" del 10 de marzo, aniversario de la suspensión de las fiestas, si así lo permite la evolución del COVID.

Galiana, antes del pleno del consistorio, ha indicado que se están contemplando "absolutamente todos los escenarios y no hay ninguna decisión tomada". Ha aludido al 15 de enero, fecha marcada por Sanidad hasta la que se alargan las normas aprobadas recientemente por el Covid y "luego se verá la situación de la pandemia".

En este sentido ha subrayado que no se puede plantear cualquier actividad ahora ya que la situación es complicada y cambiante, aunque ha indicado que en un primer momento se ha barajado poder quemar la cabeza el día de la Crida, que da inicio a las Fallas, cuando se haga, y también ha destacado la fecha simbólica del 10 del marzo, día que se decidió suspender las Fallas por el Covid.

En todo caso, Galiana ha insistido en que "no hay ninguna decisión tomada" y ha subrayado que, cuando se haga, se realizará con el mundo fallero, "como se ha hecho siempre, que es el verdadero protagonista de la fiesta, y no se tomará ninguna decisión por parte del ayuntamiento sin consultarle".

La cabeza de la falla municipal de València 2020, la gigantesca meditadora, que se salvo del fuego, fue cubierta con una mascarilla al declararse la pandemia por el coronavirus que obligó a suspender las fiestas josefinas. El resto de la pieza que estuvo plantada dos semanas en la plaza del Ayuntamiento de València se quemó unos días después del aplazamiento de las Fallas 2020. El cuerpo fue pasto de las llamas en una insólita 'cremà' sin público y sin ser anunciada para mantener la seguridad.

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