La cabeza de la Falla municipal de Escif se quemará en julio en las Fallas 2020

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La cabeza de la falla municipal de este año, junto con las escenas que se tenían que plantar repartidas por toda la plaza, se salvará de las llamas hasta la celebración de las Fallas en julio -una vez se haya reconducido, claro, la situación sanitaria actual-. Así lo ha anunciado el concejal de Cultura Festiva del Ayuntamiento de València, Carlos Galiana, después de haberlo hablado este lunes con los artistas de la falla de la plaza del Ayuntamiento.

"Se ha convertido en todo un símbolo y en julio desaparecerá entre las llamas como manda la tradición para todas aquellas cosas que no nos gustan. Es la esencia de las Fallas, su idiosincrasia", ha afirmado Galiana, que ha recordado que la cremà del resto de la falla se producirá sin ninguna publicidad, para secundar el objetivo máximo de todas las medidas tomadas por las autoridades sanitarias: evitar aglomeraciones y contribuir así a la contención del virus COVID-19.

En un primer momento, los artistas falleros Manolo Martín y José Ramón Espuig, así como el artista urbano Escif, optaron por quemar el monumento al completo porque, decían, que el fuego era "el fin más digno". Y es que aunque Escif apostaba por mantener la cabeza en la plaza del Ayuntamiento hasta la celebración de las Fallas 2020, como un símbolo de resistencia, lo cierto es que desde el Consistorio no contemplaron esta opción porque "se deterioraría la estructura".

Por este motivo, antes de llegar a este acuerdo, explicaban a los medios que "hemos decidido que sale totalmente de contexto sacarla en julio", y apostaban por sacar "las escenas" que componen el resto de monumento en la celebración de las fiestas josefinas. Sin embargo, finalmente, se ha llegado a un acuerdo para mantener la cabeza, que presidirá la plaza del Ayuntamiento en julio.

Galiana, que ha explicado que una vez pasen estos días será tiempo para pensar cómo se tiene que replantar la falla municipal, ha hecho un llamamiento a "la responsabilidad ya demostrada por el mundo fallero y por el resto de la ciudadanía de València para asumir que la cremà de estos días tendrá que ser sin público y que la que disfrutaremos será la que en julio muestre al mundo cómo renace una fiesta y una ciudad después de ganarle la batalla a una pandemia".

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