Las mujeres y los hombres no tienen los mismos hábitos de movilidad ni tampoco las mismas necesidades, como demuestran ya numerosos estudios, incluso de ámbito internacional. Por lo tanto, si en los procesos de transformación urbana que están acometiendo numerosas ciudades no se incluye desde el inicio la perspectiva de género, “los municipios seguirán siendo excluyentes”.
Esta es la principal conclusión de la mesa redonda celebrada esta semana en la Mancomunitat de l’Horta Sud en la que tres especialistas abordaron la movilidad sostenible con perspectiva de género, dentro de las jornadas europeas vinculadas a la iniciativa Claire. Las jornadas han contado con la asistencia de representantes de ayuntamientos y gobiernos intermedios de cinco países europeos (Rumanía, Bulgaria, Italia, Portugal y España), además de la participación del Ayuntamiento de Quart de Poblet y la colaboración del Ayuntamiento de Silla. A la última sesión se sumó el alumnado del grado de Logística de Florida Universitaria.
La actividad central en la Mancomunitat fue la mesa redonda, celebrada este miércoles, 18 de septiembre, con la participación de la arquitecta urbanista y profesora de la Universidad Politécnica de Valencia, Inés Novella, responsable del estudio para la Diputació de València sobre urbanismo con perspectiva de género; el director de la Fundació Horta Sud, Julio Huerta, organización impulsora de la iniciativa Serà Horta Sud, y el experto Juan Bueno, CEO de la empresa Movea Consulting, que trabaja en diferentes proyectos con la administración pública. Abrió el matinal el responsable de Proyectos Europeos de la Mancomunitat, Bartolomé Nofuentes.
Inés Novella defendió que las mujeres utilizan en mayor medida el transporte público por tener, en muchos casos, menos acceso al vehículo privado por cuestiones económicas, y sin embargo usan menos la bicicleta por la falta de infraestructuras o estar en mal estado. Por el contrario, son las mujeres las que mayor número de desplazamientos a pie realizan, en buena medida vinculados al cuidado de personas (hijos e hijas, familiares, atención motivos laborales y otros). De ahí que una movilidad sostenible realmente inclusiva en términos de género requiere “mejor transporte público y asequible, mejoras infraestructuras ciclables y también entornos urbanos seguros de las dotaciones públicas, de ocio y de movilidad”. Para conseguirlo, la experta reivindicó que las técnicas de Igualdad formen parte de los equipos multidisciplinares que planifican el urbanismo y la movilidad.
Por su parte, Julio Huerta explicó la iniciativa Serà Horta Sud, un proyecto para repensar la comarca desde la participación ciudadana nacido a raíz de la pandemia, que ha logrado sentar en diversas sesiones a todas las administraciones públicas para abordar la movilidad. El experto en asociacionismo instó a las instituciones a contar con el movimiento ciudadano en la toma de decisiones, como fórmula para que los planes integren la perspectiva de género y sean inclusivos, y también animó a la ciudadanía a ser crítica y elevar sus reivindicaciones. “Nadie va a venir a hacer las cosas por nosotros”, dijo.
Finalmente, Juan Bueno apeló al consenso político, administrativo, técnico y ciudadano para planificar las ciudades, y criticó los cambios de modelos que se producen cuando cambia el partido político que gobierna una institución o cambia la persona que está al frente de una concejalía. “Tenemos la tecnología para modernizar la movilidad y tenemos la conciencia ciudadana. Nos falta el consenso político para que los planes sean para largo plazo”, expresó.
En el debate posterior, los tres coincidieron en que una movilidad sostenible con perspectiva de género pasa porque las administraciones públicas integren a las técnicas de Igualdad en los equipos que planifican la movilidad; actúen desde el consenso político, institucional y técnico, además de la coordinación institucional; cuenten con el movimiento asociativo para planificar, y que la propia sociedad recupere su papel reivindicativo.
Visitas culturales
La jornada se completó con una visita del grupo de participantes europeos al Museu Comarcal de l’Horta Sud, donde conocieron cómo eran los hábitos de vida en la comarca a principios del siglo XX, así como una degustación de arroz y una recorrido en barca por l’Albufera, a cargo de un experto, que partió desde el Port de Silla.