Por un lado, se está mejorando la urbanización de la acera del camí Rotgeres, que había sido levantada por el arbolado; por otro, se va a elevar el vallado que separa el campo de fútbol de la zona reservada a campo de entrenamiento, con el fin de independizar ambos espacios. El proyecto tiene un presupuesto de 88.000 euros y está previsto tenerlo finalizado en marzo.
Las obras del campo municipal de fútbol se realizaron en el año 2000 y fue entonces cuando se plantaron árboles del tipo Casuarina equisetifolia en los 22 alcorques de la calle Rotgeres, cuya acera de 2,5 metros de anchura rodea el estadio por el lado este.
«Las raíces de estos árboles acabaron por levantar la acera junto a cada alcorque, por lo que hubo que talarlos aproximadamente a un metro de altura, con el fin de que los daños no se incrementaran», recuerda la concejal Elena Camarero. «Ahora se están eliminando los tocones que aún quedan de los árboles talados, cortando las raíces y reconstruyendo la acera».
Además, se ejecutarán rebajes en los pasos de peatones para facilitar el paso a viandantes y el acceso del público a las instalaciones deportivas.
Las obras en el interior del campo municipal incluyen una valla nueva y más elevada para separar el terreno de juego de la zona destinada en un principio a los entrenamientos, dado que la que se diseñó hace más de veinte años no tiene la altura adecuada.
El muro actual tiene una longitud de 73 metros y una altura de 80 centímetros, por lo que ni «cierra» todo el perímetro, ni tiene la altura suficiente para separarla del terreno de juego.
Tras las obras, el nuevo muro alcanzará los 140 centímetros de altura y conectará con la valla que bordea el estadio, todo ello con pilastras adicionales para garantizar la estabilidad y la seguridad de la zona.
El proyecto ha sido diseñado íntegramente por los técnicos municipales de Urbanismo y las obras las está realizando la empresa Rebogar Obras y Servicios, S.L., que tiene previsto finalizarlas durante el mes de marzo.