Celebró 12 ediciones, la primera en 1985; "Tuvo su esplendor entre los 80 y 90". Sin embargo, fue "olvidada" durante 10 años por el anterior gobierno municipal. Ahora se celebra los premios de la III Bienal de Mislata Miquel Navarro; la número 15 si se cuentas las del inicio. El alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, celebró junto a la comisaria la "gran relevancia" que ha adquirido el concurso desde su vuelta: "Con 308 obras presentadas, se consolida como una de las convocatorias de instituciones de arte contemporáneo no sólo más importantes de la Comunitat Valenciana, sino de todo el Estado español".
Una obra que ejercita la memoria sobre el Holocausto y el fascismo alemán, y otra que recuerda los destares de los incendios forestales en Galicia. Son las dos obras ganadoras de esta edición, que buscaba hacer una reflexión sobre la "memoria", colectivo o individual, relacionado con asuntos sociales que nos afectan como sociedad. Premiadas entre las 10 obras seleccionadas para ser expuestas en la Centro Cultural Carmen Alborch de Mislata: "representativas de la producción artística contemporánea de este momento", aseguró Alba Braza, comisaria de la exposición y miembro del jurado.
La Bienal, como desde su 'vuelta' del "olvido", tiene esta edición un sobrenombre: 'Los Premios de Adquisición Mislata 2029. Compromiso social en las artes visuales'. Un nuevo certamen de apoyo a la producción artística, en especial a aquellos emergentes "que necesitan el apoyo de las instituciones", según recalcó Bielsa. Un arte emergente próximo a la realidad social y comprometido.
El alcalde aseguró que el equipo de gobierno está muy "orgulloso de haber recuperado la Bienal", que en esta edición "ha batido récords de participación" con las 308 obras presentadas. "De verdad, no pensábamos que podíamos llegar a una participación tan importante", aseguró el alcalde con la afirmación de la comisaria. Según Bielsa, son obras que ejemplifican la importancia de la "democracia del presente", y no "volver a cometer errores que ocurrieron el el pasado". "Cuenta lo importante que es no olvidar y tener siempre presente estos errores para que no se puedan repetir", aseveró.
Patrimonio cultural y natural destruido
La obra ganadora de esta edición, con 7.000 euros, es 'List of burned Books in Germany in 1933' (Lista de libros quemados en Alemania en 1933), de Miquel García Membrado. Se trata de una obra que, en sí misma, es una paradoja que cuenta el proceso vivido en ese momento. Se trata de un gran lienzo negro, aparentemente sin información, al que al pasarle un soplete por encima, el fuego 'aclara' el lienzo y aparece un listado con los libros. Se trata de aquellas obras quemadas la noche del 10 de mayo de 1933 por militantes fascistas.
'Sobre lo que resta', de Irene Grau, ha conseguido el segundo premio, dotado con 6.000 euros. Se trata de tres grandes telas, enrolladas sobre sí mismas. Originalmente blancas, están pintadas con pintura orgánica, obtenida únicamente de las cenizas de los árboles. Patrimonio natural calcinado de los grandes incendios forestales ocurridos en octubre de 2017 entre Galicia y el norte de Portugal.
Fue Bielsa, el viernes por la tarde, el que dio a conocer la decisión final del jurado: "Hemos querido recopilar iniciativas de arte contemporáneo que hablen de la memoria colectiva, de los avances en democracia, de momentos que dejamos atrás y manifestar que hay cosas que no queremos que vuelvan a ocurrir jamás", señalaba.
Cultura, democracia y participación
Si bien las 10 obras seleccionadas de las que se han sacado los premiados, fueron elección de los profesionales, en los ganadores entra la participación ciudadana. Un total de 15 vecinos y vecinas de Mislata, de las distintas franjas de edad y sin relación con el mundo del arte, fueron los que decidieron entregar estos primer y segundo premio a las obras. "Ha sido un proceso de mediación, meditación y de decisión", ha repasado Bielsa. Todas las obras estarán expuestas en el Centro Cultural Carmen Alborch hasta el próximo 31 de enero.
El alcalde señaló esta participación como una muestra de la "importancia" de la interlocución con la ciudadanía para su equipo de gobierno, en especial "en ámbitos tan importantes como este: "Sin cultura no hay libertad, pero tampoco hay cultura sin participación".
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