La bicicleta, el transporte estrella para mantener el distanciamiento social y la calidad del aire

França ja estudia mesures per a implantar la bicicleta com el principal mitjà de transport quan acabe el confinament

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Que la bicicleta es uno de los medios de transportes más sostenibles y saludables no es nada nuevo. Sin embargo, ahora se le añade un valor más. Y es que se ha convertido en el transporte por excelencia para prevenir el contagio por Covid-19. De hecho, Francia ya estudia medidas para implantar la bicicleta como el principal medio de transporte cuando acabe el confinamiento porque, dicen, es perfecto para mantener el distanciamiento social en los desplazamientos.

Una iniciativa que ha llamado la atención del gobierno de España. La vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha anunciado, a través de su cuenta de Twitter, que pedirá a sus equipos de clima y de calidad del aire que estudien medidas similares a las de Francia porque "es una gran oportunidad en el marco de una movilidad distinta".

Ya el ministro de Sanidad, Salvador Illa, recomendó a la ciudadanía que, en la medida de lo posible, el desplazamiento al trabajo se hiciese andando, en bicicleta o en vehículo privado para garantizar esa distancia de seguridad para prevenir el contagio por coronavirus. Así, la coordinadora de asociaciones y colectivos ciclistas ConBici ha reivindicado la promoción del uso de la bicicleta porque no solo permite la distancia social, sino que, además, "descongestiona el transporte público y contribuye a mantener bajos los niveles de contaminación".

Solo en València ciudad, la calidad del aire ha mejorado sustancialmente desde la entrada en vigor del estado de alarma y, por tanto, la consiguiente reducción de la circulación de vehículos privados. El objetivo es seguir manteniendo unos niveles óptimos cuando el confinamiento acabe. Por tanto, la bicicleta se alza como el medio de transporte estrella para conseguir ese doble objetivo: mantener la distancia social y la calidad del aire.

Desde 2017, el Ayuntamiento de València, a través de Movilidad Sostenible, ya trabaja en la promoción del uso de medios de transporte sostenibles con la puesta en marcha de un gran anillo ciclista que conecta los barrios de la ciudad. Una infraestructura que gana usuarios cada año, pero que, además, ha supuesto un antes y un después. "Hemos pasado de un periodo de despilfarro y corrupción a ser la quintaesencia de las políticas de movilidad, que han colocado a València como un ejemplo a seguir no solo en España sino también en toda Europa", apuntaba el concejal Giuseppe Grezzi.

Y es que desde que empezó la transformación de la movilidad en València, el incremento de usuarios ha sido constante. Entre 2017 y 2018, hubo un aumento del 21%, que en las zonas más transitadas llegó a ser incluso del 31%. Sin embargo, del 2018 al 2019, las cifras se dispararon de una manera mucho más acusada, y en tan solo un año el anillo ciclista aumentó en un 36% su número de usuarios, llegando incluso al 50% en los tramos más concurridos.

Pero el cambio no se detiene, y en los últimos presupuestos participativos, la ciudadanía votó por la construcción de un segundo anillo ciclista que, aunque todavía no se ha concretado, sí que se ha avanzado que cubrirá la zona de la ronda de Tránsitos, es decir, General Avilés, Peset Aleixandre, Maestro Rodrigo, Pérez Galdós, Giorgeta y el ya existente tramo de Primado Reig.

La movilidad sostenible es una aliada para seguir manteniendo una ciudad saludable. València ya lleva unos cuantos años años promoviéndola y, ahora, tras la pandemia que estamos sufriendo, todo apunta a que se intensificará por todo el país.

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