La familia Civera-Novella transforma el belén de Meliana en un gran diorama

Es el Belén Monumental más grande de la Comunitat Valenciana y el estado

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Felipe Civera es uno de los maestros belenistas con que cuenta Meliana y que con la familia Civera-Novella monta cada año uno de los belenes monumentales del municipio, siempre de una calidad artística muy destacable. Este año, han hecho una paso más y han transformado el belén monumental en el diorama más grande de la Comunidad Valenciana y del estado.

Cómo explica el maestro: "el diorama es la representación de diferentes escenas del belén en un único espacio con sensación de volumen, profundidad y luz por medio de diferentes técnicas y efectos". Concretamente, el espacio dedicado en Nazaret se centra en la Anunciación del ángel a Maria; mientras que Belén está representado con la llegada de Josep y Maria, accediendo en una gran plaza por una de las puertas de entrada al pueblo en que destacan, entre otras escenas, el empadronamiento -motivo porque se desplazaron desde Nazaret- o la investigación de puesta para pasar la noche.

A la parte central, al establo de una gran casa, se ha representado el nacimiento de Jesús y la adoración de Reyes Magos. En las afueras de Belén se ha ubicado la anunciación del ángel a los pastores; y el recorrido finaliza con la llegada de la sagrada familia en Egipto donde se refugian huyendo del rey Herodes. La escena destaca por una gran jaima en un oasis en que descansa un grupo de pastores, con pirámides de fondos y una caravana de elefantes.

El conjunto, destaca Civera: "ocupa una superficie de 25 metros cuadrados y cuenta con más de 1.000 figuras de diferentes medidas de los escultores Daniel Alcántara, José Luis Mayo, Joaquín Pérez y los hermanos Cerrada". Al tratarse de un diorama, todo el belén se ve a través de un gran marco o embocadura, el único espacio abierto. Además, una grabación narra las diferentes escenas y momentos, que se van iluminando en cada caso. El audiovisual cuenta con efectos como por ejemplo rayos, estrellas fugaces o las salidas de la luna y del sol, entre otros. Así, toda la narración pasa por las diferentes fases del día. Desde la noche, que da el inicio, hasta la salida del sol en qué todo el belén queda iluminado y es entonces cuando se puede contemplar en su conjunto.

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